Del bosque al plato: guía práctica para recoger setas en Galicia
Una guía muy necesaria para no llevarnos sorpresas desagradables recogiendo setas
22 octubre, 2022 06:00En Galicia ya es tiempo de setas y hongos, de salir a recolectarlas e incluso disfrutar de ellas en la mesa si se disponen de los conocimientos necesarios. Con la llegada del otoño y las primeras lluvias empiezan a emerger estos tesoros culinarios de la tierra que, junto a las castañas, visten los bosques de gala en esta época del año. Lo cierto es que la región gallega resulta todo un paraíso micológico debido en parte a la gran cantidad de hábitats que coexisten en todo el territorio.
Pasear por el campo, disfrutar de los colores del otoño y recoger setas puede ser un buen plan para disfrutar ya sean en solitario, en familia o con amigos. Si vuestra idea es aventuraros por primera vez en el mundo de las setas, en esta breve guía os traemos algunos consejos a tener en cuenta para llenar la cesta únicamente con variedades comestibles; así como también los mejores rincones que encontraréis en Galicia para el micoturismo.
Cómo recolectar setas de forma correcta
A la hora de recolectar setas para consumo propio es muy importante conocer las diferentes variedades y si existe algún tipo de duda, la mejor opción siempre será extremar precauciones y no cogerlas por si pudiesen resultar tóxicas. Además, para este tipo de actividad es también recomendable aprender de la mano de expertos y llevar siempre una buena guía o manual para identificar especies. Dicho esto, a continuación podréis encontrar una breve guía con consejos útiles para recolectar setas y hongos de forma segura en Galicia.
Sobre el material y los utensilios autorizados, la regulación actual permite únicamente el uso de un cuchillo o una navaja para la recolección de setas. Cada ejemplar debe ser recogido empleando la punta del utensilio cortante desde la base del pie de forma horizontal. Tras haber extraído el ejemplar, se debe cubrir el suelo de modo que el terreno regrese a sus condiciones iniciales. Asimismo, la ordenanza estipula que para el almacenamiento y transporte por el bosque sólo están permitidos cestos u otros recipientes permeables y abiertos por arriba que permita la circulación del aire y la liberación de esporas. En esta misma línea, cabe destacar que la cantidad máxima de setas para autoconsumo autorizada por persona y día es de dos kilos.
Entre las setas que más abundantes en Galicia encontramos algunas variedades como la armillaria mellea, cantarelos, seta del cardo, níscalos, cogordos, boletus o capuchinas. Por su parte, entre las más venenosas y que crecen en abundancia se pueden observar algunas como la seta de los caballeros, paxilo, amanita muscaria y amanita phalloides. Es muy importante saber diferenciarlas y tener en cuenta los siguientes detalles como su apariencia y color. De hecho, las gamas más llamativas como el rojo, verde y anaranjado fuerte suelen reflejar la toxicidad de las setas. También es importante fijarse en el tallo tanto a la hora de recogerlas como cocinarlas, ya que si este cambia de color o suelta un líquido lechoso probablemente sea venenosa. Lo mismo con el aroroma: un olor desagradable o similar a algún compuesto químico nos indica que no es comestible.
Por otra parte, el color de las esporas también suele indicar la posibilidad o no de consumir de una seta. Si se trata de un color muy oscuro o presenta tonos rosados el hongo podría ser tóxico. Varios de los elementos que suelen aparecer en muchas clases de setas venenosas son las láminas blancas, anillo y volva. El himenio se encuentra debajo del sombrero de la seta, donde esta guarda sus esporas. Si este tiene forma de láminas blancas hay que descartar inmediatamente la seta. Lo mismo si el tallo presenta varios pliegues con forma de anillo o si presenta un ensanchamiento en el extremo final del tallo (volva), ya que podrían ser tóxicas. Por último, otro detalle que puede indicar que una seta es venenosa tiene que ver con la presencia de una especie de tela casi transparente, similar a un velo, en la zona del tallo o bajo el sombrero.
Los mejores lugares para recoger setas en Galicia
Galicia conforma un territorio idóneo para las rutas micológicas. El agua, la humedad y unas temperaturas adecuadas permiten proliferar a las diferentes variedades de setas y hongos una vez llegado el otoño. En la provincia de Lugo, la sierra de O Courel es una de las mejores zonas para llevar a cabo la actividad. Este sistema montañoso se extiende a lo largo de 20.000 hectáreas donde se pueden encontrar especies como las lepiotas, níscalos o boletos en los bosques de Folgoso y Seone do Courel, así como la Devesa de Rogueira.
Entre el territorio lucense y ourensano, la Ribeira Sacra es uno de los entornos naturales más fascinantes y visitados para la recolección de setas. Allí destacan variedades como los hongos de pino (Suillus luteus), rúsulas comestibles (Russula Vesca) o rebozuelos (Cantharellus cibarius), e incluso molineras (Clitopilus prunulus) o capuchinas (Tricholoma portentosum). Otros lugar de la provincia de Ourense a marcar en el mapa micológico abarca el entorno natural de Pena Folenche, en A Pobra de Trives. Entre las setas y hongos que crecen en la zona se encuentran variedades como la bola de nieve (Agaricus arvensis), parasol (Macrolepiota procera) o la senderuela (Marasmius oreades). También, en el límite natural entre Pontevedra y Ourense podremos encontrar un buen escenario para la recolección de setas: A Serra do Suído. Los bosques caducifolios de esta cima permiten encontrar un gran número especies, desde boletos reticulados (Boletus reticulatus) o amanitas rojizas (Amanita rubescens), a alenguas de gato (Hydnum repandum) o rebozulos, entre otros.
En las Rías Baixas, los puntos más recurrentes para el micoturismo y una visita otoñal se encuentran en el entorno del Lago Castiñeiras o Monte Castrove. Chantarelas (Cantharellus cibarius), lenguas de gato, rebozuelos o matacandiles (Coprinus comatus), son algunas de las variedas comestibles que se pueden recolectar entre estos bosques. Más hacia el interior de la provincia, los bosques y Fragas de Catasós, en Lalín, resultan asimismo un rincón mágico para el senderismo y la recogida de setas como los boletos reticulados, carboneras (Russula cyanoxantha) o boletos calabaza (Boletus eduli), entre otras. Por último, en la provincia de A Coruña el paraíso de las setas y hongos lo encontraremos en zonas como la Serra da Capelada, Serra do Xistral o el Monte Xalo.