David Perdomo: "Soy anarquista-capitalista. Me gusta tener guita y hacer lo que me sale de la p****"
El cómico habla con Quincemil del EMHU, de su carrera, del Koruño, de feminismo, del público gallego y de sus problemas de salud.
16 mayo, 2019 12:22Para David Perdomo los días empiezan a las 7 de la mañana. "Soy un señor", dice el popular cómico coruñés. Pero los nervios siguen ahí, pese a tener casi 40 años. Se confiesa "cagao" ante la actuación de mañana, viernes, en el EMHU. Compartirá escenario con otros grandes compañeros de profesión como J. J. Vaquero o David Amor en A mariscada dos idiotas.
Perdomo se considera un "punki" y admite que no le gusta actuar en escenarios grandes. Se siente más cómodo en los clubes pequeños y, confiesa, de fuera de Galicia. Personajes como el Koruño han marcado su trayectoria, pero él no se arrepiente de ellos. Hace 4 años, una angina de pecho casi acaba con su vida cuando llevaba un disfraz de Spiderman puesto. Ahora, está "mejor que nunca" y tiene pocas ganas de petarlo: "Estoy muy cómodo en mi caminito".
Está preparando un nuevo monólogo, que pretende estrenar en el Teatro Colón a finales de año, mientras sigue con funciones de Macbeth, en Land Rober y preparando un programa propio para la TVG: "Es algo que la gente lleva tiempo pidiendo y que se podrá ver en septiembre".
¿Cómo llevas los días previos a tu actuación en el EMHU?
Yo curro guay bajo presión. Entonces no fue hasta esta semana cuando me di cuenta de la gravedad del asunto. Es una cosa muy tocha. Creo que mucha gente no es consciente de que A Coruña sea el centro del humor nacional durante esta semana. Tengo una responsabilidad muy grande, porque aquí no van a estar cuatro amateurs. En las grandes ocasiones, la cago siempre. Así que ya voy avisando a los asistentes que si quieren ver a David Perdomo, ya pueden ir a un club pequeño, porque en los grandes teatros no rindo.
Lo contrario a Djalminha, que se crecía en los partidos importantes.
Mi humor es más underground. Es cierto que puedo ser un mercenario por salir en la tele y hago otras cosas. Pero lo que hago con mi firma nunca estuvo dentro de El Club de la Comedia, nunca estuvo dentro de lo establecido. Ahora me siento un poco extraño, porque todo el mundo es muy punki. ¿Desde cuando es esto así? Porque yo llevo dando por culo desde el 2000, me han echado de mil sitios y nadie se ha acordado de mí. Ahora todos se suben al barco y yo me siento mayor, porque no me gusta dar la caña que daba con 25 años. Mi discurso es más duro, pero desde la sobriedad de la edad.
Entonces la gente no se tiene que acostumbrar a verte en grandes teatros.
La idea es presentar mi próximo espectáculo en el Colón, pero lo estoy alargando porque estoy cagado. En el fondo prefiero actuar en un local pequeño. Yo no esperaba estar en el EMHU, dentro de un show tan coral con grandes nombres. Para mí ha sido como: "Hostia, que guay". Se me respeta y se me valora. Es un orgullo y habrá que intentar dejar el pabellón alto.
¿Es pánico escénico o miedo a que tu humor no encaje lo que te echa para atrás?
Entra en juego la percepción que tiene la gente, claro. Y a mí me gusta ser muy provocador. Hace poco, le di el micro a alguien del público que hizo un chiste sobre Madeleine, la chica desaparecida. Todos se rieron. Si lo digo yo, se lía. Yo siempre he pretendido igualar mi discurso al de la gente. Si yo soy bruto es porque la gente lo es. Al fin y al cabo, estoy follando con ellos. Si me piden caña, yo les doy caña. Y los teatros son como las iglesias; la gente no sabe si se puede reir de determinadas cosas.
Además últimamente, que vuelve a hablarse de censura en el sector.
La gente dice: "No, es que hay que ser super inclusivo, super…". No, tronco, yo seré lo que me salga de la polla. Y al que no le mole, que no venga. Lo que pasa es que la gente muchas veces me ubica en programas como Land Rober y luego vienen a verme y flipan. "Pero este puto colgao", dicen.
¿El discurso será el mismo pese a ser un acto más coral?
Claro. No cambio el discurso. Tampoco lo haría si me llamasen unos padres para una fiesta infantil a las seis de la tarde. Sabes lo que traes. Evidentemente, no soy un asesino en serie. Me controlo y me habitúo a ciertas circunstancias.
Hay muy poca representación femenina en el EMHU.
Debería haber cómicos y cómicas por igual. No sé por qué pasa. Tampoco entiendo que se fomente las cómicas que solo hablan de lo mismo. El feminismo y el patriarcado ya no hacen gracia. Estamos hablando de comedia. Me despista un poco cuando es todo ataque. No voy a entrar en si es positivo o no, a mí como espectador no me hace gracia. Para mí Isabel Risco barre a todas esas neocómicas. Me parece súpermachista imponer un guion de ese estilo. Por ser mujer no tiene que hacer humor de mujer. Tiene que hacer humor, a secas. A mí me flipan mucho más las cómicas americanas que los cómicos. Y no entran ni por asomo en temas feministas. Es lo que pienso, y creo que tendría que haber muchas más mujeres. Hacen falta en la comedia.
Empezaste a actuar a los 19 años en el Peñarredonda, imitando a tus profesores del instituto.
Yo tuve suerte, que pude formarme. Lo que pasa es que era un bala perdida. Con 19 años no quería hacer nada con mi vida, tenía una banda de punk, me gustaba el cine y me gustaba disfrazarme. Efectivamente, estudié en el Peñarredonda y los profesores me mandaban subir al escenario a imitarlos. No se me ocurre una manera mejor de trolear en la cara a maestros de un colegio del Opus.
¿Ya eras tan bestia?
Yo soy bestia porque la sociedad también lo es. Muchos de mis personajes están sacados de la vida real, de los Telexornais de la TVG. La gente es muy bestia. Con el personaje de "fúbol" hubo mucha polémica porque la gente decía que me reía de la gente con minusvalía. Para nada, solo imito lo que veo en el mundo real. Es como cuando me imitan a mí. Mi amigo Raúl Pérez, el imitador de Buenafuente, cuando hace de Perdomo me pregunto: "¿Tengo esa mala hostia?". Y la respuesta es sí, lo que pasa es que no me doy cuenta. Con la gente pasa lo mismo.
¿Cómo fueron esos primeros años estudiando interpretación?
Yo escogí el camino difícil, pero me dieron siempre las cosas hechas. Me encantaría haber hecho drama porque siempre quise ser Marlon Brando. Ahora estoy haciendo Macbeth en teatro y la gente flipa y me dice: "Tío, no sabía que actuabas tan bien". Pues claro, chorbo. Fueron años duros, pero ahora se empieza a recoger el fruto.
El personaje del Koruño fue un exitazo.
Fue una quemada brutal. La peña piensa que yo nací en el 2009 a nivel artístico por ese personaje, y ya llevaba 10 años comiendo mierda. Subimos los vídeos de SKoruño y se hicieron virales.
¿Te llegaste a arrepentir del personaje por encasillarte?
Para nada. Además es que yo hablo así con mis colegas. A día de hoy lo seguimos haciendo. Me parece una identidad que tenemos aquí y mola que se recupere y no se mire como algo periférico. Cuando vas por Galicia mola que la gente entiende que aquí hay un argot. Si que es cierto que no me gusta la fama y las explosiones repentinas. Yo no buscaba eso, con el Koruño solo buscábamos dar por culo.
Ecce Perdomo también lo petó bastante.
En principio iban a ser más de 20 capítulos del Koruño, pero yo ya quería matar a ese personaje. Soy un actor y hay que presionar. Por eso salió el personaje de María Pita. Ecce Perdomo estuvo muy bien pero nunca se llegaron a explotar esos personajes. Tampoco tengo ningún interés en ser Broncano. Y menos con casi 40 años. Prefiero estar aquí, en este caminito que me he montado. No quiero ganar premios ni petarlo.
¿Te quedarías con algún personaje?
Haciendo el Koruño estoy muy cómodo. Podría hacer cualquier cosa con él. Me gusta pensar que controlo un muñeco desde dentro. Por eso, el Koruño sería mi niño bonito, porque fue el que más me dio de comer. Pero con Fubol me lo paso tan bien cuando lo hago. Me permite hacer cosas que otros personajes no me lo permiten.
De hecho aún lo interpretaste el pasado año en Land Rober. Incluso hablaste con Djukic.
La peña no entendía nada. Touri muriéndose de risa. Pero es un personaje para hacerlo solo, porque si me pones a gente delante me da un subidón de energía y se me va. Me dieron un balón y porque Touriñán se pispó y me paró, pero yo hubiese dado un pelotazo al público. Por lógica con el personaje. Le di un morreo a una señora. No volvimos a sacar más ese personaje en Land Rober. Creo que en mi universo funciona, pero allí era muy recargado.
En tus monólogos también hay mucha improvisación.
Hay guion también, pero me gusta llegar a los sitios y ver como respira la gente. Y te digo una cosa, no me mola un carajo el público de Galicia, y de A Coruña especialmente. Fui a Valladolid con Dani Rovira hace unos meses y fue brutal. Sigo recibiendo mensajes de la gente para que vuelva. Veo como la peña reacciona y flipo. El público que mejor me ha tratado es del fuera de Galicia. No significa que aquí se me trate mal. Es la puta realidad. Tampoco me gusta salir de aquí y tener que decir a todo el mundo que soy gallego. No soy ese cómico que tiene que hablar de la puta nécora y de si está todo el día nublado. ¿En serio? En el 2019.
Es una tendencia y suele ser recurrente identificar a los artistas con Galicia.
Me gustaría romper eso, pero bueno. Cada uno escoge su camino, fuera de implicaciones políticas. Porque a mí me come los huevos la política; los unos, los otros y los del medio. Yo soy anarquista y capitalista. Me gusta tener guita y hacer lo que me sale de la polla. Como a todo el mundo, esto lo hago para mí. Soy un egoista de mierda. Por eso hago monólogos, sino haría una oenegé.
¿Has superado tus problemas de salud?
Hace cuatro años me dio una angina de pecho en Land Rober. Es de coña. Casi palmo vestido de Spiderman. Se dice que la gente ve su vida pasar y todo eso. Yo solo decía: "Por favor, si voy a palmar, quitadme este puto traje". Lo cuento en los monólogos porque es demasiado. Llevaba muy mala vida, comía muy mal, el rock and roll… Me abrieron como un pollo y me pusieron un triple bypass coronario. Ahora estoy guay, mejor que nunca.