Cañón del Sil, en la Ribeira Sacra.

Cañón del Sil, en la Ribeira Sacra.

Cultura

La Ribeira Sacra, finalista para ser Patrimonio Mundial de la Humanidad

La candidatura competirá con otras 22 del resto del mundo. Si todo discurre bien, sería declarada en junio del año 2021, coincidiendo con el Año Xacobeo

28 marzo, 2020 18:24

La Ribeira Sacra está más cerca de convertirse en Patrimonio de la Humanidad. Su candidatura a Patrimonio Mundial ha conseguido situarse entre las 24 propuestas internacionales de inscripción elegidas para ser presentadas y sometidas a debate en la 45 sesión del Comité de la Unesco, que se celebrará durante 2021.

El organismo ha comunicado a la Xunta que esta candidatura ha sido aceptada como la propuesta de España para esta sesión y, con ello, entra en evaluación para su posible inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial, de la que ya forman parte en Galicia la Ciudad Vieja de Santiago, el Camino Francés, los Caminos del Norte, la Muralla de Lugo y la Torre de Hércules.

La candidatura competirá con otras 22 del resto del mundo. Si todo discurre bien, la Ribeira Sacra sería declarada Patrimonio de la Humanidad en junio del año 2021, coincidiendo con el Año Xacobeo. Se sumaria así a una lista gallega que inauguró el casco histórico de Santiago de Compostela, en 1985, y a la que la última en sumarse fue la coruñesa Torre de Hércules.

La candidatura está basada en un "profundo e importante trabajo técnico", ha precisado la Xunta, impulsado por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Consellería de Cultura, en el que se destaca "el valor universal excepcional de esta zona".

La Ribeira Sacra, añaden, constituye un "testigo excepcional de la cristianización del Occidente de Europa", un territorio en el que se desarrolló un movimiento ascético de eremitas y anacoretas que ocuparon los valles del Sil y del Miño y que, con el tiempo, fue sustituido por una fecunda implantación monacal.

1.500 años de historia

Este territorio representa "un ejemplo único del monacato de Occidente y de la sacralización del territorio", gracias a conjuntos arquitectónicos de "extraordinaria singularidad" que ilustran 1500 años de historia.

Al margen del patrimonio cultural y arquitectónico, la Ribeira Sacra también "es un paisaje vivo y el máximo exponente de la relación entre hombre y naturaleza", recuerda la Xunta, con ejemplos como las terrazas de cultivo y de viticultura heroica en las laderas del Sil y del Miño.