Los relojes de sol permiten medir el paso del tiempo mediante la observación de la sombra que emite un objeto sobre una superficie. Esta herramienta está extendida y Galicia no es una excepción: son cientos los relojes de sol escondidos en diferentes lugares que pasan desapercibidos en muchas ocasiones. Precisamente, con el propósito de mostrar el diverso patrimonio gnomónico existente, nació el proyecto fotográfico Relojes de sol en Galicia en redes sociales como Facebook.
El libro Relojes de piedra en Galicia de José Luis Basanta fue la primera toma de contacto que la persona responsable de la página tuvo con la gnomónica, la ciencia que enseña como elaborar los relojes solares. El blog Reloxos de Sol recoge la ubicación de todos los encontrados hasta la fecha en la comunidad, "que a priori no es una tierra donde el astro rey sea el gran protagonista", y tras hallarlo a mediados de 2019, el responsable de Relojes de Sol en Galicia decidió crear su proyecto y centrarlo en la fotografía y las redes sociales.
Reloxos de Sol lleva activo desde 2003 y el responsable de esta nueva iniciativa, que comenzó como una forma de mostrar "estos tesoros casi olvidados e invisibles", colabora con el proyecto. El inventario continúa en aumento y las redes sociales se convirtieron en una herramienta fundamental para hallar nuevos ejemplares. Esta comunidad de la que forman parte tanto aficionados como profesionales de los relojes de sol tiene localizados más de 2.000, de los que unos 400 fueron encontrados a lo largo del año pasado en todo el territorio gallego.
¿Qué es un reloj de sol?
Un reloj de sol, en esencia, puede ser cualquier cosa que emita sombra sobre una superficie y se ha convertido en una de las numerosas herramientas que el ser humano creó a lo largo del tiempo, precisamente, para medir su paso. Estos objetos se basan en el movimiento del astro rey y las sombras que proyecta según avanza el día y proporcionan la hora solar, distinta a la que se puede consultar en un teléfono móvil, por ejemplo.
"Existen numerosos tipos de reloj de sol, pero básica y generalmente, casi todos ellos constan de dos elementos esenciales, un gnomon o estilo (encargado de señalar las horas) y una superficie o cuadrante donde se proyectan las sombras generadas por el gnomon", explica la persona responsable de la página de Facebook. El cuadrante contiene las marcas de las distintas líneas horarias y, según avanza el día, la sombra se mueve sobre su superficie indicando las horas.
Los relojes de sol verticales son los más numerosos en Galicia y en ellos las horas de la mañana estarían a la izquierda, las 12:00 horas o mediodía solar en el centro y las horas de la tarde, a la derecha. En el hemisferio sur sería al revés. Cuando un reloj de sol perfectamente diseñado y orientado marca las 12:00, nos está diciendo dónde está el sur y, por tanto, el resto de los puntos cardinales: podemos afirmar que un reloj de sol también es "una especie de rosa de los vientos".
La información que proporciona esta herramienta va mucho más allá de la hora: puede funcionar como calendario, decirnos la latitud o paralelo terrestre en el que nos encontramos, señalarnos la posición de la estrella polar, mostrarnos la inclinación del eje de la tierra, la posición del ecuador, los cambios de estación o incluso indicarnos la posición de las constelaciones, convirtiéndose así en "una fabulosa herramienta astronómica". Los relojes de sol, además, dan las horas nocturnas gracias a la luz de la luna, aunque son más complicadas de comprobar debido a la contaminación lumínica existente en muchos lugares.
El material del que están hechos estos objetos varía según la zona y en Galicia la mayoría son de piedra y granito, aunque en la parte oriental de Lugo y Ourense abundan los de pizarra o cuarcita y los hay de cerámica, hormigón o distintos tipos de metal. También las formas varían, en este caso según el tipo de reloj. "Los hay poliédricos, como los relojes múltiples con varios cuadrantes; en forma de disco, como los ecuatoriales, o incluso en forma de arco de medio punto, como algunos relojes polares", explica este aficionado a los relojes de sol. Destacan, entre otros, los antropomórficos, que suelen estar coronados por una cabeza humana o formar parte de una estatua y que proliferan sobre todo en Galicia y en el norte de Portugal.
Los relojes de sol son, además, únicos porque están diseñados para el lugar en el que se van a colocar debido a que la latitud del lugar juega un papel determinante en su trazado, diseño y disposición. Los adornos que contienen también varían y pueden hacer referencia no solo al sol sino a las estaciones, a la religión o ser motivos geométricos.
¿Dónde es posible encontrar relojes de sol?
Estas herramientas para medir el paso del tiempo son mucho más frecuentes en las zonas rurales. La provincia de Pontevedra concentra la mitad de los relojes de sol localizados en Galicia, con Bueu como municipio con mayor representación con más de un centenar. "La mayoría de los relojes de sol están situados en las fachadas o remates de todo tipo de templos como iglesias, capillas, monasterios o en las catedrales, seguidos de los que suelen coronar los hórreos y de los que adornan viviendas", explica el responsable de la iniciativa.
Casas señoriales y rectorales, así como parques y jardines, son otros emplazamientos habituales de los relojes de sol, pero no los únicos. Petos de ánimas, cruceiros, hornos comunales o incluso en los leguarios que flanquean la carretera N-550 en el tramo que va desde el municipio de Valga hasta el de Vilaboa son otros lugares donde se han registrado estas herramientas. Pero, ¿de que época proceden?
El año e incluso el siglo en el que fueron elaborados y colocados estos relojes de sol son difíciles de determinar en muchas ocasiones, pero lo que sí que se sabe con certeza es que en Galicia coexisten procedentes de distintas épocas y se siguen haciendo en la actualidad. Se conocen algunos ejemplares de principios del siglo XVII, aunque la época dorada en la comunidad fue durante los siglos XVIII y XIX.
El uso de estas herramientas estaba ligada fundamentalmente al ámbito eclesiástico, para conocer la hora de los oficios religiosos o cuándo tocar las campanas. Su presencia en las zonas rurales, sin embargo, no es accidental: los relojes de sol eran muy útiles en la agricultura, ya que se utilizaban para repartir el tiempo de uso de los sistemas de riego en los campos.
¿Y por qué están en tantas casas señoriales? Podrían tomarse como un símbolo de prestigio y distinción de las clases más pudientes. "Como curiosidad, en el pazo de Santa Cruz de Ribadulla existe todavía un reloj de sol esférico que tenía un pequeño cañón con una lente encima, para que los rayos de sol del mediodía encendieran la pólvora, se disparara y dar así la señal que avisara al personal o a los niños que jugaban en los jardines de que la comida estaba lista", explica el responsable de Relojes de Sol en Galicia.
Desconocidos y descuidados
La importancia que la sociedad le da a los relojes de sol varió con el paso del tiempo que tan bien reflejan: antiguamente, le daban un valor añadido a cualquier construcción, mientras que en la actualidad "parecen estar condenados a una especie de ostracismo o irrelevancia". Esto se debe a que muchos ciudadanos piensan que es algo "anacrónico o inservible" y desconocen las muchas utilidades de esta herramienta. La divulgación de su historia y funcionamiento y la creación de proyectos en las aulas para que los jóvenes los redescubran son dos ideas que podrían ayudar a recuperar su valor y a prestarles más atención. El responsable de Relojes de sol en Galicia denuncia que es posible encontrar ejemplares mal diseñados o mal orientados por la falta de educación gnomónica y porque suelen ser considerados elementos "meramente decorativos".
"Muchos de ellos sufren, junto a otros elementos etnográficos como hórreos o cruceiros, el maltrato de instituciones públicas, empresas de suministros eléctricos o de telefonía y de los propios particulares. Se dan casos como el de los relojes situados en un paseo o parque con árboles plantados delante que les hacen sombra, y el mismo ejemplo pero con postes de teléfono o de la luz", explica este aficionado a la gnomónica. Otros malos usos de estas herramientas es su traslado a otro lugar, por lo que dejan de funcionar correctamente; su venta, lo que conlleva una pérdida de la historia; e incluso su robo, como ocurrió en A Pereira (Rairiz de Veiga) o en Parada de Montes (A Pobra do Brollón).
La conservación de los relojes de sol también deja mucho que desear. Es "raro" ver un reloj de sol que conserve intacto su gnomon, ya que muchos están doblados, oxidados o, directamente, desaparecidos. La restauración de estos elementos es delicada y podría desvirtuar la función de los relojes de sol si no se colocan de forma adecuada, aunque éste no es el único problema al que se enfrentan: las colonias de líquenes o musgo cubren muchos de estos objetos. Habitualmente, se utiliza una hidrolimpiadora para retirar los organismos, algo totalmente desaconsejado porque podrían destruir información tallada en la piedra y dificultar la posibilidad de conocer más sobre estas herramientas que marcan el transcurrir del tiempo y de la vida.