Eugenio Prados es ingeniero agrónomo, pero nació en Ferrol y eso es sinónimo de llevar la playa y el mar en el ADN. Se confiesa adicto al salitre, este apasionado de los deportes acuáticos que es, además, juez internacional de surf y bodyboard y lleva cerca de dos décadas inmortalizando con su cámara el interior de las olas.
Relata Eugenio a Quincemil que siempre estuvo muy ligado al arenal de Doniños y a los ocho años le regalaron su primer corcho, generando un vínculo muy especial con el agua. Su grupo de amigos forma, también, parte del "mundillo" que ha marcado a este ferrolano que, con su trabajo fotográfico, brinda a su comunidad de seguidores la posibilidad de apreciar lo que se vive "desde dentro".
Una lesión lo inició todo
Una lesión de rodilla motivó que Eugenio utilizase la fotografía para seguir vinculado a Doniños, al surf y a las olas. "Me enganchó muchísimo", confiesa el fotógrafo a este diario.
Su rehabilitación la realizó nadando e inmortalizando la realidad en el agua y desde entonces han pasado veinte años en los que Eugenio ha ido aprendiendo la técnica a base de "ensayo-error".
"Son muchas horas en el agua, muchas fotos y sales y no has hecho nada bueno", detalla el ferrolano que compagina su vida profesional en el monte con los fines de semana en la playa.
Esta pasión por la fotografía le llevó a plantearse estudiar algo relacionado con este campo, aunque finalmente optó por hacer una ingeniería. Nunca abandonó, no obstante, el interés por captar la realidad a través de su cámara que se acabaría convirtiendo en un hobbie fundamental para él.
El agua es una fiesta
Preguntamos a Eugenio por el valor que puede tener un equipo de las características del que usa y su respuesta no deja lugar a dudas, su pasión por la fotografía acuática no es barata. "Hay veces que entras al agua con 6.000 euros en la mano", detalla el fotógrafo a Quincemil.
"Pierdes el equipo y te planteas dejarlo porque no vives de esto", confiesa Eugenio. En su caso, la compra de una carcasa marcó un antes y un después en su modo de hacer fotografías.
El hecho de poder captar lo que se vive y se observa dentro del agua le llevó a tener que distribuir el tiempo de disparar con su cámara y el de surfear. "Te planteas hacer fotos o pillar una ola", bromea Eugenio que tiene claro que el agua "es una fiesta" que le permite escapar de la rutina y evadirse en un medio que siente como propio.
Doniños, su musa
Aunque Eugenio ha viajado a Bali y realiza fotos por las distintas playas gallegas, confiesa que siente predilección por Doniños porque "cuando naces en una zona tan ligada al mar y al surf, eso te marca" y en su caso todo ha comenzado en su ciudad natal, Ferrol.
Otra de sus zonas favoritas es Muros (A Coruña), donde "hay un par de playas alucinantes". Esta afición te permite "viajar, te vas de excursión, surfeas, comes por ahí y haces fotos", expresa Eugenio con entusiasmo.
Los días en los que hay nubes que ofrecen matices diferentes o el hecho de buscar siempre "el punto más cañero", marcan la diferencia de las imágenes que capta Eugenio, despertando el interés de marcas y publicaciones especializadas.
Sus olas enamoran a Inditex
El hecho de que Eugenio no viva de sus fotografías le permite disparar sin presiones, con más libertad y tiene claro que hace esto porque le gusta. La calidad de su propuesta ha hecho que sus fotografías hayan ilustrado reportajes de publicaciones y revistas especializadas en el mundo del surf.
Este ferrolano confiesa que no es un habitual de las redes sociales y que ni siquiera tiene cuenta en Facebook. "Me abrí el Instagram por el tema de la fotografía y ahí he conocido a una comunidad de personas que trabajan esta modalidad en toda España", narra el fotógrafo a Quincemil.
Aunque relata que, como toda pasión, hay épocas en las que puede pasar "meses sin hacer fotografías" porque hay momentos "de bajón" y ahí es fundamental el apoyo que este tipo de aficionados se brindan entre ellos.
Al final, Eugenio siempre vuelve a captar el interior del oleaje y es que su forma de mirar ha cautivado a importantes marcas como ‘Pull&Bear’ que utilizó una de sus fotografías para una colección especial con motivo del ‘Pantin Classic’.
"Estas cosas siempre motivan, que valoren lo que haces y que esas prendas sirvan de recuerdo a otras personas", explica Eugenio.
Y es que su adicción al salitre ha logrado empapar su timeline de unas fotografías que invitan a entender lo que se siente al practicar este deporte, a comprender ese Doniños que hechizó a Eugenio en su infancia y que, sin duda, forma parte de la estampa promocional de una Galicia con mucho potencial para el turismo de olas.