La costa de Galicia hace 400 años. Esto reflejan los planos que el cartógrafo portugués Pedro Teixeira Albernaz realizó en 1634 y que hoy en día suponen una auténtica joya por su valor a la hora de representar cómo era el litoral gallego. "Son de gran belleza, digamos que son como preciosas acuarelas pintadas con colores en las que se representan mar, cielo, valles y montañas… Se trata de buscar la belleza de la orografía", explica el profesor de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) Alfredo Vigo Trasancos, que incide en la importancia que estos mapas tuvieron al reflejar la casi inexistencia de barreras defensivas en las villas gallegas.
El Consello da Cultura Galega recuperó estos planos bajo la dirección del propio Alfredo Vigo Trasancos y la coordinación de Jesús Ángel García y Miguel Taín Guzmán, que comenzaron su labor tras la publicación hace 20 años de El Atlas del Rey Planeta con los mapas de toda España. El resultado es un documento en el que pueden observarse las vistas sobre algunas localidades como A Guarda o las rías de A Coruña o Ribadeo, entre otras, en un recorrido por el litoral de Galicia que tiene mucho que contar.
Y es que estos planos nunca llegaron a publicarse. "Toda esta información, al no editarse en una imprenta, quedó circunscrita a un círculo muy cerrado de todos aquellos que tenían acceso a la biblioteca real", explica Vigo Trasancos. El ejemplar que los expertos usaron para la publicación, de hecho, acabó en la Biblioteca Imperial de Viena, a partir del que también se hizo la reproducción fotográfica de El Atlas del Rey Planeta.
Conocer la costa… y defenderla
El portugués Pedro Teixeira tenían una gran capacidad para representar planos y trasladar su conocimiento del territorio. Este cartógrafo, que trabajó al servicio del monarca Felipe IV de España y Portugal y está considerado el autor del plano más minucioso y preciso del Madrid de los Austrias, elaboró hermosos mapas de las villas y rías de Lugo, A Coruña y Pontevedra en los que ahora podemos distinguir desde playas y montañas hasta la distribución de las poblaciones.
Teixeira era un dibujante excepcional y, por encargo del rey, realizó un recorrido ilustrado de la costa peninsular española y portuguesa. "Dentro de ese gran atlas cartográfico en el que se representa la costa de la Península Ibérica, ocupa un lugar muy importante el Reino de Galicia, que comienza en Ribadeo y termina donde comienza el siguiente reino incorporado a la corona española, el de Portugal", indica Alfredo Vigo Trasancos. Esto supone la creación de un documento geográfico único que permite conocer cómo era la costa, pero también datos muy valiosos sobre las ciudades situadas en el litoral.
"Ese atlas se hace no solo para que el rey vea como eran las costas de su reino, sino también con una intención de tipo defensivo. España está inmersa en guerras con el exterior, e interesa que un cartógrafo que tiene también conocimientos militares y de tipo estratégico le transmita una información de primer nivel para que el rey sepa cómo estaba la costa en caso de un posible ataque exterior o una invasión de ingleses u holandeses", explica el profesor.
Este trabajo, por tanto, tiene un doble objetivo: mostrarle al rey la costa y permitirle conocer sus defensas en caso de un ataque exterior. Así, estos planos realizados como si fuesen a vista de pájaro desde el mar se complementan con un informe escrito realizado por el propio Teixeira en el que indica las carencias o fortalezas de cada una de las villas.
Galicia carecía casi en su totalidad de fortificaciones modernas y las que tenía, no estaban preparadas para una guerra moderna. "Las fortificaciones abaluartadas en Galicia eran muy pocas y se concentraban en puntos muy estratégicos: en la entrada de la ría de Ferrol y en A Coruña, que era la ciudad que actuaba como capital militar del reino gallego, con el Castillo de San Antón", indica Vigo Trasancos.
El cartógrafo viajó por los diferentes pueblos de la comunidad durante varios años para más tarde reflejarlos en su atlas, en el que certificó que los puertos gallegos carecían de defensa. Vigo Trasancos explica que "era la propia naturaleza" (y las rías) la que los defendía y les daba calidad, a diferencia de otras villas peninsulares en las que había diques.
Los planos de Pedro Teixeira siguen siendo una fuente de información extraordinaria, "de grandísima calidad" y con la posibilidad de ser tratada desde diferentes ángulos. "Yo trabajo la Historia del Arte y la Historia de la Arquitectura y casi siempre la he visto desde el punto de vista de la arquitectura militar o de como era el urbanismo en aquel momento", concluye el docente de la USC.