‘A Coruña imposible’: Cuadros de la ciudad conquistada por jirafas de un artista de 78 años
Jirafas en la estación de tren de San Cristóbal, en el Palacio de los Deportes, Plaza de Pontevedra, los Cantones o el Paseo Marítimo. Unas escenas irreales que improbablemente se darán en A Coruña pero que sí existen representadas en lienzos
29 enero, 2023 06:00Jirafas en la estación de tren de San Cristóbal, en el Palacio de los Deportes, Plaza de Pontevedra, los Cantones o el Paseo Marítimo. Unas escenas irreales que improbablemente se darán en A Coruña pero que sí existen representadas en lienzos que forman parte de la peculiar colección ‘A Coruña imposible’. Su autor es Vicente Golmayo, de 78 años y jubilado, natural de Zaragoza y coruñés de adopción, que cuando dejó su trabajo de funcionario optó por hacer girar su vida en torno al arte.
Estas últimas semanas ha sido el artista del mes de Jaspe Art, un negocio histórico coruñés (93 años en la ciudad con la familia Nieto) para los amantes de Bellas Artes y ha marcado un antes y un después, porque en los años que se lleva haciendo esta iniciativa, según confirman en el establecimiento, "ningún artista había logrado vender un escaparate completo de sus obras". Llegó a Galicia para quedarse en 1975 junto a su mujer, con 38 años, y reconoce que "el arte lo lleva en los genes", ya que un tío suyo era escultor y es autor de figuras a tamaño real de ángeles y santos en el cementerio del pueblo que le vio crecer, Alhama de Aragón.
"Dibujar me ha gustado siempre pero no hacía maravillas y cuando uno se jubila, que me jubilé a los 70, uno se cruza de brazos y se pregunta: "¿Qué hago? Y surgió la pintura que me hace feliz y me ocupa el tiempo", detalló.
Las pinturas que ahora vuelan del escaparate donde llevan semanas expuestas estuvieron guardadas celosamente durante años en el trastero de Golmayo, pero un día decidió probar suerte con el público y darles aire y ha resultado ser un acierto. Para ello ha esperado tres años, ya que en 2020 preguntó en el local sobre la iniciativa de "artista del mes" y le dijeron que le llamarían cuando le llegase su turno, que ha resultado ser este enero de 2023. "Cuando me dijeron que mi turno llegaría en tres años, tuve dudas de si debido a mi edad estaría para poder disfrutarlo, pero finalmente me avisaron", dice satisfecho.
"Dibujé escenas que tenía en mente y nunca se darán, son pura locura"
Sobre la elección de las jirafas como protagonistas de sus obras, bromea con que ya tiene interiorizada su anatomía y que han venido a rescatarle de "un marasmo pictórico en el que estaba metido". "Surgieron un día y estoy encantado de haberlas conocido. Soy un soñador y un día estaba tomando fotografías por A Coruña para hacer algo de la ciudad y nacieron así, porque me gusta lo imposible", apunta.
Otro de sus peculiares cuadros tiene como protagonista a la Torre de Hércules de fondo, ocupando el espacio central una novia que huye de su pareja y su familia hacia una escalera que le leva a su coche donde le está esperando su perro. "Dibujé escenas que estaban en mi mente que nunca se darán, son una pura locura, y las jirafas son una continuación de esta locura", detalla.
"Quería dibujar una A Coruña identificable, no una Coruña impersonal", afirma, y tanto es así que en uno de sus cuadros la llamativa fuente de las gaviotas de la plaza de Portugal aparece con un indio y su caballo bebiendo agua allí. Otros de los escenarios reconocibles son el tejado del Palacio de la Ópera y ciudades europeas como Londres o París. Otra de las obras en las que Golmayo tiene mucha fe es el cuadro que representa a una ballena en el puerto exterior, una imagen que trataron de comprarle desde Francia hace años pero que finalmente no cuajó.
Sobre su inesperado éxito con la exposición de su colección en Jaspe Art, argumenta que "el boom ha sido porque la gente se ha encontrado con un mundo que no esperaba y les ha asombrado de tal manera que no pueden vivir sin él y para soportar el impacto se llevan un trocito a su casa". A la hora de pintar, usa lo primero que tiene a mano, comienza a pintar con acrílico y después para algunos detalles usa el lápiz. "No me preocupo de ningún patrón estético. No pinto cuadros, los construyo", aclara, mientras que concreta que todos tienen una profundidad determinada y "hace puzles". "Como las piezas no las venden en ningún sitio las fabrico y las pego en el cuadro y casan perfectamente", dice.
Los cuadros de Golmayo son a su vez una experiencia sensorial que se completa con el tacto. "Llevo 4 o 5 años con las jirafas, es mucho trabajo, no me limito a sentarme delante del lienzo, que no es lienzo sino un tipo de madera ligera que pesa menos que el aire", subraya. El precio de los cuadros, de 120×60, es de 350 euros, son muy flexibles y cuentan con soporte de madera.
"Inicialmente pensé que mis cuadros serían rechazados por absurdos"
"Inicialmente pensé que mis cuadros serían rechazados por absurdos, y realmente lo bonito del arte es que te sorprenda", resume Golmayo, que fantasea con el hecho de que "no vive en una casa, sino en un almacén". Sobre su vivienda, comenta que está llena de cajas de lámparas, porque se pasó una temporada haciendo lámparas curiosas (con forma de peces, trajes…) y los relojes son una de sus pasiones.
Tiene 17 colgados en una pared de su casa, cada uno con la forma de la cabeza de un animal, de cartón reciclado y un movimiento diferente, dado que el péndulo está colocado en diferentes sitios. "Unos mueven las orejas, otros los ojos, la lengua…", enumera, mientras admite que el día de mañana le gustaría que esas creaciones vieran la luz.
De cara al futuro, ha tomado la determinación de transformar máscaras tribales en relojes de pared, a modo decorativo. "Crearé hasta que el cuerpo aguante, porque pintar solo no me aporta, cobra mucha más importancia si en ese paisaje pones algo que la gente no se espera, lo que provoca que se detenga frente a la obra porque le llamará la atención", concluye ilusionado y con una mente que no descansa para seguir creando.