Faro do Roncudo en el horizonte, Costa da Morte.

Faro do Roncudo en el horizonte, Costa da Morte. Shutterstock

Cultura

¿Por qué Galicia es la región de Europa con más naufragios en la historia?

Las costas gallegas atesoran un enorme patrimonio arqueológico bajo sus aguas, con más de 1.500 pecios hundidos encontrados sólo en las últimas décadas y concentrados en su mayoría en la Costa da Morte o los puertos históricos

13 mayo, 2023 05:00

Bajo las aguas de las costas gallegas se esconde una riqueza arqueológica inexorable: sólo durante las últimas décadas se han llegado a localizar más de 1.500 barcos hundidos, si bien la cifra real se estima bastante mayor. Una de las principales razones que hacen de Galicia una de las regiones de Europa -e incluso del mundo- con más naufragios a sus espaldas viene dada por su situación geográfica: Galicia se encuentra frente a una de las rutas de tráfico marítimo más importantes que ha conocido la historia de la humanidad. Todas las naciones europeas sin excepción, ya sea para salir o entrar desde el norte del continente a cualquier otra parte del mundo, tenían que cruzar el litoral gallego. Por su parte, también los vientos recurrentes y las corrientes marinas de la zona contribuyeron en gran medida a convertir los mares gallegos en un enorme cementerio de barcos, sobre todo en la provincia de A Coruña y particularmente en la Costa da Morte. 

De esta forma, a lo largo de los siglos, las diferentes líneas de la historia han ido dejando sus rastros en forma de grandes y pequeños naufragios, desde la época romana hasta las centurias más próximas. En palabras del gallego Miguel San Claudio (A Coruña, 1964), doctor en arqueología submarina: "un pecio es como una cápsula del tiempo". De hecho, cada naufragio representa una instantánea sumamente precisa del momento en el que dichos barcos se fueron a pique, arrojando datos sobre aspectos tan interesantes como las relaciones comerciales llevadas a cabo entre puertos, la vida diaria de a bordo de los marineros así como la tecnología que era empleada para la construcción o navegación en las distintas épocas.  

¿Por qué en Galicia hay tantos naufragios?

Antiguo naufragio en el estuario de la ría de Betanzos, Bergondo. Foto: Shutterstock

Antiguo naufragio en el estuario de la ría de Betanzos, Bergondo. Foto: Shutterstock

Desde las temidas aguas de la Costa da Morte hasta las cercanías submarinas de puertos históricos como el de Vigo, A Coruña, Baiona o Ribadeo, ningún rincón del litoral gallego se ha librado del cruento destino de miles de navíos naufragados a lo largo del tiempo. Este hito tan sorprendente ha provocado que especialistas de todo el mundo hayan acudido hasta nuestras costas para rescatar del fondo marino esas piezas históricas capaces de hacer emerger el pasado a la superficie, también con el empeño de proteger y preservar un patrimonio único de valor incalculable

Pero, ¿por qué Galicia se ha convertido en la zona cero de los naufragios en todo el mundo? Desde grandes conflictos navales hasta desafortunadas causas meteorológicas: no es una sino muchas las razones que han llevado a Galicia a convertirse en el cementerio de barcos más grande de toda Europa. Entre los factores naturales, la propia configuración del litoral gallego ―de carácter extremadamente sinuoso― , los frecuentes temporales y las corrientes marinas solían ser la combinación más habitual a la hora de llevar a un buque directamente hasta los fondos marinos.

Cabe destacar que hace sólo unos dos mil años, entre los navíos era común la navegación de cabotaje, es decir, los desplazamientos se llevaban a cabo bordeando toda la costa de origen a destino evitando así las rutas marítimas por alta mar. En el caso particular de Galicia y la cornisa atlántica, este tipo de navegación provocó que muchos barcos se hundieran al chocar contra las rocas y arrecifes tras ser arrastrados por los temporales. Lo mismo sucedió en la época en la que se introdujeron los motores a vapor en los buques, ya que los barcos terminaban por acercarse demasiado a la costa para recortar distancias y ahorrar en carbón, tal y como ocurrió con el vapor británico SS Solway, perteneciente a la Royal Mail Steam Packet Company, que zarpó del puerto de A Coruña hacia América un 7 abril de 1843 y se fue a pique en la costa de Baldaio, a apenas 15 millas de la ciudad herculina.

Submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial. Foto: Wikipedia

Submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial. Foto: Wikipedia

Entre los componentes bélicos que favorecieron el hundimiento de cientos de barcos, resulta importante señalar que las costas gallegas se convirtieron en una zona de paso obligado durante las grandes guerras mundiales, sobre todo al discurrir por este litoral la principal vía hacia América. Tanto las armadas alemana como británica encontraron frente a Galicia un campo de batalla naval sin precedentes (sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial), dejando en el camino una larga lista de buques y aeronaves sumergidas entre las que destacan hasta una veintena de submarinos principalmente alemanes (como el U-966 Gut Holz hundido frente a Estaca de Bares para evitar que los aliados se hicieran con la nave), medio centenar de cazabombaderos británicos e incluso un sumergible germano datado de la época de la Primera Guerra Mundial. 

La Costa da Morte, el epicentro de los hundimientos

Intervención subacuática de Miguel San Claudio en Galicia.  Foto: Cedida

Intervención subacuática de Miguel San Claudio en Galicia. Foto: Cedida

A lo largo del tiempo, cientos de tragedias navales han contribuido a agrandar la leyenda de la Costa da Morte, un topónimo construido sobre la base de una sucesión de desdichados naufragios, una enrevesada geografía y la fiereza del mar en este punto de la costa gallega. Si bien en el imaginario colectivo esta denominación nos remonta a alguna fecha entre finales del siglo XIX o principios del XX, la primera referencia escrita de la que hay constancia sobre la "Costa da Morte" tiene lugar en enero de 1904, cuando el antiguo periódico coruñés Noroeste bautizó las aguas de este segmento noroeste del litoral de Galicia con dicho nombre en una crónica sobre tres naufragios ocurrido en esta zona en una sola jornada: el carbonero inglés Kenmore, la draga holandesa Rosario D2 y el bergantín goleta Francisca Rosa, caídos en los bajos de Traba de Laxe, Santa Mariña y Lobeira respectivamente. 

Un año después de que apareciera documentada aquella denominación amarillista de la Costa da Morte, el hundimiento del crucero acorazado Cardenal Cisneros en la entrada de la ría de Muros terminó de consolidar un término que ya se venía haciendo notar entre la prensa nacional e incluso internacional. De hecho, la acumulación de naufragios de bandera inglesa y francesa ocurridos en la Costa da Morte a lo largo del siglo XIX asistieron en la creación del mito, pues tanto la de prensa Reino Unido como de Francia aludían de forma constante a este término sombrío. 

A pesar de todo, es evidente que este punto del litoral gallego acumula un gran número de pecios hundidos bajo sus aguas. Algunos de los naufragios y accidentes navales más históricos de la Costa da Morte tuvieron lugar entre 1543 y el 2002, y entre ellos destacan los casos del hundimiento del buque de guerra francés Capitana de la Saane (1543) del que hoy por hoy se desconoce su localización; el ya mencionado naufragio del Solway (1843); la caída del Great Liverpool (1846), un velero inglés que transportaba correo y marfil y que terminó hundido a la altura de Praia Gures en Cee, o el carguero George C construido en Países Bajos y de bandera libanesa que se fue a pique en Carnota en 1962.

También resulta de sobra conocido el caso del HMS Serpent, el crucero acorazado de la Royal Navy Británica que acaeció la noche del 10 de noviembre de 1890 entre la Punta do Boi y la Punta da Cagada, en Camariñas, cuyos tripulantes se encuentran enterrados en el Cemiterio dos Ingleses, muy cerca del Cabo Vilán. Mucho más reciente es el desastre del Prestige, que en el año 2002 se accidentó en una tormenta mientras transitaba más de 77 mil toneladas de fuel pesado a su paso por la Costa da Morte, siendo el cuarto petrolero que provoca una catástrofe en la costa de A Coruña tras el Casón, el Urquiola y el Mar Egeo