Los romanos invadieron Gallaecia por primera vez alrededor del año 132 a.C, bajo el mandato de Décimo Junio Bruto. En aquel entonces los territorios conquistados por esta antigua civilización fueron adoptando poco a poco las costumbres, técnicas, religión e incluso el idioma de estos. De hecho, en el caso particular de la región gallega, tras varios siglos de dominación y aprovechamiento de las riquezas naturales, el paso del Imperio Romano dejó una huella imborrable en el patrimonio histórico, la cultura e incluso la ingeniería (tanto civil como militar) de Galicia. Sus hitos más destacados incluso lograron modificar de alguna forma el paisaje gallego, como sucedió en el caso del túnel de Montefurado, una obra de la ingeniería romana que cambió para siempre el curso del Sil.
Pero más allá de estas grandes obras fruto de la minería aurífera, los puentes fueron una de las obras favoritas del Imperio Romano. De hecho, son muchas las pasarelas de origen romano que sobreviven a día de hoy en el territorio gallego, si bien la mayoría de ellas fueron restauradas o modificadas de manera parcial en épocas posteriores a su creación. No obstante, existen dos puentes en Galicia ―concretamente en la provincia Ourense― que se conservan prácticamente íntegros desde su construcción: el Puente do Freixo en Celanova, declarado Monumento Histórico-Artístico; y el de Bibei en A Pobra de Trives, el cual todavía soporta el tráfico rodado de la carretera OU-636.
Breve historia del puente romano de Bibei
La provincia de Ourense conforma un rincón de paso natural desde Castilla a Galicia, epicentro y nexo de unión de un sinfín de vías comerciales y caminos de peregrinaje desde tiempos inmemoriales ―y por tanto, también de antiguos pasos elevados. De todos cuantos existen en este territorio, el Puente Bibei es sin lugar a dudas uno de los más importantes a nivel histórico y patrimonial, pues se trata de uno de los puentes romanos mejor conservados de toda Galicia, declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931. Su origen hunde las raíces en la época del emperador romano Trajano, alrededor del siglo II de la era cristiana (entre el 114-119 d.C), habiendo sido erigido para salvar las aguas del río sobre el que se asienta y dar continuidad al itinerario que unía Bracara Augusta con Asturica Augusta, la Vía Nova o Vía XVIII del itinerario de Antonino, cuyo trazado finalizó en torno al año 80 d.C.
Lo cierto es que el emblemático puente romano de Bibei recibe su nombre del propio río que atraviesa, enmarcado en una zona recóndita y rodeada de vegetación en mitad del Valle dos Codos de Larouco, todavía dentro de límites territoriales del municipio de A Pobra de Trives. Se cree que en el momento de su construcción los romanos aprovecharon este punto del curso fluvial donde habría ya unas rocas que pudieron servir de base para la estructura, en una zona además de poca altura para facilitar su levantamiento. Más allá de las suposiciones, para la edificación del Puente de Bibei se utilizaron materiales y disposición rústica, granito pardusco y sillería horizontal que han permitido a esta histórica estructura sobrevivir a las inclemencias del tiempo y el transcurrir de los siglos. Cabe destacar asimismo que el puente en cuestión suma cerca de 75 metros de largo por 6,5 de ancho y presenta varios arcos apuntados así como gruesos pilares de cinco metros de ancho. Por otro lado, la altura que presenta desde el lecho del río hasta el arco central alcanza los 22,5 metros de altura, unas dimensiones más que suficientes para evitar las crecidas que se producen algunas temporadas en el curso del Bibei.
Una obra útil desde la época romana
Una de las curiosidades que rodean a la figura del Puente Bibei es que desde la época romana nunca perdió su función de obra útil, un hecho que ha resultado ser clave en su proceso natural de conservación. De hecho, en la segunda mitad del siglo XIX, este paso a nivel se incluyó en el nuevo trazado de la calzada entre Ponferrada y Ourense (Real Orden del 15 de diciembre de 1852). En el siglo XX por su parte, acogió también el recorrido de la carretera N-120 (Logroño-Vigo) y ya en la actualidad, el Puente Bibei sirve como zona de paso de la vía autonómica OU-636 que comunica A Pobra de Trives con la localidad de Larouco. Casi dos milenios después, la estructura todavía soporta el tráfico rodado, incluido el tránsito de vehículos pesados.