Inma López Silva (Santiago de Compostela, 1978) ha publicado recientemente el libro Por qué Asunta en donde además de profundizar en el caso del asesinato de la niña aporta una narración desde la perspectiva de género donde plantea cuestiones hasta ahora olvidadas. Movida por todo aquello que todavía no se ha contado sobre el caso y por encontrar otro modo de ponerlo sobre la mesa, López Silva aborda el crimen en esta obra que publica la editorial Tres Hermanas.
Inma, ¿cómo estás sintiendo la acogida de este libro?
La verdad es que, aun siendo un tema doloroso, la gente está recibiendo el libro con mucho interés, no tanto desde el punto de vista amarillista que lleva instalado diez años con nosotros, sino desde la necesidad de abordar el crimen y todo lo que lo ha rodeado desde las perspectivas distintas que se encuentran en el libro. Creo que la gente tiene necesidad de encontrar en este tipo de historias explicaciones a nuestra propia condición, reflexiones sobre el mal y sobre la perversión que puedan salir de lo tristemente morboso. Es un libro no sobre el crimen, sino sobre nuestra mirada sobre el crimen.
Muchas personas pensarán que del Caso Asunta se ha contado todo. ¿Qué les dirías?
Les diría que no sólo no se ha contado todo, sino que muchas cosas no se han contado o podrían contarse de otra manera. Por ejemplo (y esa es una parte importante de Por qué Asunta), no se ha aplicado la perspectiva de género: ¿por qué, incluso antes de iniciarse la investigación, las sospechas recayeron sobre Rosario Porto antes que sobre Alfonso Basterra? ¿Por qué todo el discurso de ella fue juzgado como mentira y el de él, aun sabiéndose que también mintió, no? ¿Por qué no se tuvo en cuenta la violencia sufrida por ella? Otra perspectiva en la que creo que no se nos ha permitido situarnos es la de la propia Asunta, una niña que no sólo ha sido la desgraciada víctima de un asesinato, sino que ha sido usurpada de su identidad y su individualidad a lo largo de estos años. Asunta Basterra Porto es la gran olvidada de su propia historia.
En tu libro se percibe el respeto por el tratamiento de la menor y del tema como un rasgo diferencial. No siempre ha sucedido esto y la exposición de la intimidad de la niña fue algo tremendo. ¿Crees que variaría si sucediese esto hoy?
Quiero pensar que sí, aunque no tengo tan claro que un sistema que tiende a convertir la investigación criminal en ficción criminal tenga ahora esa prevención que ya podría haber tenido hace diez años. El asesinato de Asunta puso a prueba nuestra capacidad para tratar este tipo de temas de manera empática, respetuosa y crítica, y temo que ese tipo de periodismo de lo novelero (en el peor sentido) y lo espectacular (en la lucha por las audiencias) ha venido para quedarse. Ahí, creo, es donde hay un lugar para la crónica o el reportaje que, aprovechándose de la demora que puede aportar la literatura, puede centrarse en otro tipo de miradas sobre asuntos que, como éste, indudablemente, despiertan legítimo interés, y justamente en esa demora es donde podemos preguntarnos, también, el porqué de ese interés.
Afirmas con rotundidad que estamos ante un caso de violencia vicaria. ¿Puedes explicarnos esto?
No es que afirme que se trata de eso porque no tengo acceso a las pruebas que podrían demostrarlo, pero sí creo que, en su momento, eso no estuvo sobre la mesa cuando hay elementos que pueden llevarnos a verlo así. En primer lugar, Asunta es asesinada en el contexto de un divorcio que, en contra de lo que se nos ha dicho, no era ni idílico ni ejemplar: Rosario Porto estaba siendo fuertemente presionada por su exmarido para dejar a su pareja de entonces y ya había habido episodios de violencia entre ellos; además, creo que no se ha valorado lo suficiente el intento de asesinato anterior que había sufrido la niña.
Como periodista que viviste con cercanía el tema, ¿has tenido que alejarte un poco o has aprovechado ese "estar cerca" a la hora de escribir?
Sin duda, he aprovechado ese estar cerca, teniendo en cuenta que mi proximidad era relativa y, por tanto, lo suficiente alejada como para poder poner el foco en diversos lugares. El hecho de conocer a personas verdaderamente allegadas que han querido hablar conmigo (la madrina de Asunta, el psiquiatra y el abogado de Rosario, amigos de la familia…) me ha colocado en ese espacio intermedio.
Compostela parece casi un elemento más en este crimen ¿Cómo crees que afecta a la ciudad este acontecimiento?
Creo que la ciudad y su composición social son esenciales para explicar algunos de los porqués del caso: algunas reacciones de Rosario Porto, la recepción social del crimen y, sobre todo, la herida abierta en una ciudad poco acostumbrada a la exhibición de la intimidad de sus familias patricias.
Con todo, el debate que existe actualmente es sobre hacer series basadas en casos reales y donde hay niños expuestos ¿Cuál es tu opinión sobre esto? ¿Has podido ver la serie de Netflix?
Sí he podido verla y, como producto de ficción destinado al entretenimiento, me parece que está bien, ya que se centra estrictamente en la intriga que siempre rodea un crimen, con magníficas interpretaciones. En el sentido de tu pregunta, creo que la serie salva ese aspecto porque evita, imagino que de manera consciente, una exposición de la menor más allá de lo imprescindible al tratarse de la víctima. Con respecto a otros productos, me da la sensación de que la cuestión no es tanto la exposición de los niños y las niñas, como la gratuidad de la misma en aras del morbo que, por desgracia, genera tantas audiencias.
¿Qué nos pasa como sociedad para que estemos dispuestas a satisfacer nuestra necesidad de entretenimiento a través de una curiosidad insana que, encima, utiliza a niños que no son dueños ni de su imagen ni de su intimidad? Obviamente hay otros puntos de vista posibles (yo trato de aplicarlos en el libro), pero ¿por qué no generan tanto interés? O más aún: ¿por qué (fundamentalmente) la tele no desea o no logra orientar el interés hacia un lugar respetuoso con los derechos de las niñas y los niños?
Imagino que no ha sido fácil sacar horas del día para escribir este libro ¿Cómo ha sido la organización?
¡Nada es fácil nunca cuando te dedicas a este oficio! Pero al final, te organizas, duermes menos y, sobre todo, te dejas llevar por la necesidad de la escritura que te completa y explica tu lugar en el mundo. Entonces, estás agotada, pero sientes que estás haciendo lo que debes y, sobre todo, siendo coherente con aquello en lo que crees y que te ha llevado a dedicarte a esto.