La leyenda más famosa y fascinante de Galicia narra la historia de los restos del Apóstol Santiago en su último periplo por este vasto y mágico territorio. Según la tradición popular, tras la crucifixión de Jesús de Nazaret, uno de sus doce apóstoles viajó a la península para predicar el evangelio. Este no era otro que Santiago El Mayor, más conocido en nuestros días como el Apóstol Santiago.
Lo cierto es que no se sabe con exactitud el recorrido que hizo entonces hasta llegar a la antigua Gallaecia, si bien algunos historiadores afirman que habría bordeado el sur de España y luego la costa de Portugal, mientras otros tantos aseguran que partió desde Murcia hacia el norte o incluso que siguió el valle del Ebro y la vía romana de la cordillera cantábrica hasta alcanzar A Coruña. Sea como fuere, su peregrinación es el preludio de todos los caminos xacobeos que existen a día de hoy hasta Compostela.
Ahora bien, la historia de Santiago El Mayor por Hispania no termina ahí, pues tras su regreso a Jerusalén este discípulo fue martirizado hasta la muerte por orden del rey Herodes Agripa I. Fueron sus aprendices los que recogieron el cuerpo y, a bordo de una embarcación de piedra guiada por los ángeles, pusieron rumbo desde Haffa a la costa gallega hasta llegar a un rincón llamado Iria Flavia y hoy conocido como Padrón.
Después de surcar mares y océanos, enfilar las aguas de la ría de Arousa y remontar el cauce del río Ulla, los restos del apóstol fueron sepultados por sus discípulos en un lugar desconocido y olvidado durante más de ocho siglos. Sería un ermitaño que respondía al nombre de Paio (o Pelayo) quien, en el siglo IX y guiado por una estrella fugaz, daría con aquel sepulcro sagrado.
Merece la pena recordar en este punto que la estela luminosa que marcó el camino del anacoreta podría ser a su vez el origen del nombre de Santiago de Compostela, derivado de la forma toponímica latina Campus Stellae. En cualquier caso, lo que está claro es que la pegada del Apóstol Santiago en Galicia no se limita únicamente a la capital gallega, pues lugares como Padrón o Muxía jugaron un papel fundamental en tanto el viaje evangelizador de este discípulo de Jesús como en el último recorrido de sus restos mortales.
Muxía y la aparición de la Virgen
Si bien es cierto que no existen demasiados testimonios escritos que nos permitan conocer el recorrido exacto que hizo Santiago El Mayor en su voluntad de evangelizar Hispania, son varios los relatos populares que mantienen viva la idea de su paso por la península. El Breviarium Apostolorum datado del siglo VI, los textos de San Isidoro allá por el VII y del Beato de Liébana cien años después sitúan a Santiago en diferentes puntos de la actual península Ibérica, entre ellos Gallaecia.
De todos cuantos relatos se conservan, destaca uno que tiene como escenario la actual localidad de Muxía. La narrativa popular dice que fue frente a las salvajes aguas de la Costa da Morte donde el discípulo de Jesús recobró su ánimo mermado gracias a la presencia divina de la Virgen. La aparición mariana en Muxía entremezcla una serie de elementos cristianos y precristianos, explicando dicha leyenda que cuando Santiago se encontraba predicando por el noroeste de Hispania, este se angustió con el poco éxito de su misión evangelizadora.
En una jornada mientras rezaba a la orilla del mar vio aparecer una embarcación de piedra dirigida por dos ángeles en la que viajaba la Virgen María, quien le animó a continuar su labor. La virgen también le hizo entrega de una imagen suya para que levantase un pequeño altar debajo de una roca sobre la cual, muchos años después, los lugareños construirían el famoso Santuario de Nuestra Señora de la Barca.
Padrón, el origen de la leyenda
Para muchas personas la localidad de Padrón conforma el verdadero origen de la leyenda xacobea. De hecho, incluso parece que su topónimo podría encontrar su origen en el vocablo "pedrón", el cual referenciaría a la piedra en la que los aprendices de Santiago habrían amarrado la barca con la que trasladaron su cuerpo. El hecho es que la huella de Santiago El Mayor en esta histórica villa coruñesa ya habría comenzado con su visita evangelizadora al cercano monte de Santiaguiño y continuado más tarde con la llegada de su cuerpo al puerto de Iria Flavia.
Sería también en la actual localidad de Padrón donde se dice que los dos discípulos apoyaron los restos del apóstol sobre una piedra que de forma milagrosa se reblandeció para adaptarse a su anatomía. Tras aquel asombroso prodigio, su ataúd fue trasladado entonces al monte Libredón en Compostela, lugar en el que finalmente habría sido enterrado.
Santiago de Compostela, el lugar sagrado
Santiago de Compostela es la ciudad del apóstol: un lugar para el culto y un destino sagrado en Galicia en el que culminan a día de hoy todas cuantas rutas xacobeas existen. Y es que el nacimiento de la capital gallega se produjo hace ya varios siglos alrededor de la tumba del Apóstol Santiago, tras su hallazgo fortuito en el monte Libredón y en un rincón bautizado como Campus Stellae.
Cuando el ermitaño Paio encontró la tumba rápidamente avisó a Teodomiro, Obispo de Iria Flavia, y juntos acudieron al lugar señalado. Tras la comprobación in situ del sepulcro, procedieron a informar al rey Alfonso II, quien inició la primera peregrinación de la historia. Una vez sobre el terreno, el monarca ordenó construir la Catedral de Santiago y trasladar a ella los restos del Apóstol y sus discípulos.