Este es monumento gallego más antiguo conservado del Camino de Santiago: Es del siglo IX
Enclavado justo en la entrada del Camino Francés a Galicia, el Santuario de Santa María la Real de O Cebreiro conforma uno de los grandes tesoros patrimoniales vinculados a las rutas xacobeas
10 agosto, 2024 05:00El Camino de Santiago se ha convertido en una de las rutas de peregrinación más importantes de todo el mundo. Desde hace siglos, miles y miles de peregrinos han dirigido sus pasos hacia la ciudad santa de Compostela a través de las distintas sendas xacobeas, descubriendo a cada paso un legado patrimonial extraordinario.
La realidad es que desde sus orígenes, el Camino de Santiago trajo consigo la creación de un sinnúmero de templos, monumentos, palacios y todo tipo de construcciones de diferentes épocas que en el presente dan forma a verdaderos tesoros artísticos y culturales. Si fijamos la mirada en los paisajes montañosos que separan Galicia de El Bierzo en los límites de la comarca de Os Ancares, el Santuario de Santa María la Real de O Cebreiro es una de esas joyas que nos regala el Camino de Santiago en su vertiente francesa.
La localidad de Pedrafita do Cebreiro es famosa por su arquitectura tradicional en forma de pallozas, unas construcciones ancestrales ―cuyo origen se remonta a la época prerromana― que se caracterizan por su singular forma ovalada y sus tejados cónicos vegetales.
También de origen prerromano es precisamente uno de los monumentos más antiguos y mejor conservados de todo el Camino de Santiago: el templo de Santa María la Real de O Cebreiro se mantiene prácticamente intacto desde que fuese levantado allá por el siglo IX, concretamente alrededor del año 872. Además, según narra la tradición popular, en el interior de esta iglesia gallega se produjó el milagro del Santo Grial (la copa usada por Jesucristo en la última cena), cuya historia trascendió fronteras gracias a la ruta xacobea.
Así es el templo más antiguo del Camino
El Santuario de Santa María a Real do Cebreiro se presenta como la auténtica puerta de entrada del Camino Francés a Galicia, enmarcado en un enclave mágico de O Cebreiro vinculado desde hace décadas a la historia xacobea. De hecho, este templo religioso es el más antiguo que podemos encontrar en todo el Camino de Santiago, pues ni la propia catedral compostelana puede presumir de tantos años de longevidad.
En cualquier caso, este tesoro de la arquitectura prerrománica hunde sus raíces más remotas en el siglo IX. Ahora bien, cabe señalar que una de las referencias documentales más antiguas conservadas lo sitúan ya alrededor del año 1072, época en la que se sabe que el templo empezó a depender de los monjes benedictinos franceses.
Sobre sus orígenes se sabe que fue el conde de Aurillac, San Xiraldo, quien decidió fundar un hospital comunitario para atender y dar cobijo a los primeros peregrinos de esta emblemática ruta espiritual. No es de extrañar por tanto que por este templo lucense hayan llegado a pasar personalidades de la época tan relevantes como los Reyes Católicos o incluso el emperador Carlos I.
Además, al margen de su enorme valor histórico al tratarse del monumento más antiguo del Camino de Santiago, el templo religioso de Santa María la Real do Cebreiro está considerado el escenario de uno de los mitos religiosos más importantes de la historia, pues se dice que el milagro del Santo Grial tuvo lugar en las entrañas de esta iglesia. Más allá del mito, en el interior del templo también destacan otros elementos patrimoniales tan singulares como una pila bautismal datada de la misma época que la iglesia y una impresionante talla románica de la Virgen.
El milagro del Santo Grial
La longevidad de este santuario lucense no es lo único de su historia que lo convierte en un lugar mágico y especial. Y es que la fama de la iglesia de Santa María A Real también viene dada por su vinculación a uno de los relatos religiosos más conocidos de todo los tiempos: la leyenda del Santo Grial.
Según narra la tradición popular gallega, todo comenzó una noche gélida de un 24 de diciembre, cuando un habitante de la aldea de Barxamio se disponía a asistir al mítico oficio religioso de la misa del gallo. Sin embargo, por culpa de las fuertes nevadas y el temporal propio de la época, el acceso directo a O Cebreiro resultaba totalmente intransitable. Dichas condiciones motivaron que el hombre no alcanzase a llegar a la iglesia hasta el momento exacto de la consagración.
La leyenda dice que cuando el hombre entró por la puerta, el sacerdote no pudo evitar lanzar a este un gesto de displicencia, pues aquel feligrés había superado tantas penurias únicamente para postrarse ante el pan y el vino. No obstante, fue en ese preciso instante cuando se obró el milagro, convirtiendo el pan en carne y el vino en sangre.
Se dice que el sacerdote que oficiaba la misa no pudo evitar desplomarse ante el asombro y que la imagen de la Virgen con el Niño del altar inclinó la cabeza para contemplar aquella divinidad, quedando en esa posición de observadora para la eternidad. Además, aquel milagro logró captar también la atención de los Reyes Católicos, quienes donaron un relicario al templo para guardar el cáliz que todavía hoy se exhibe en una de las capillas laterales de la iglesia.