Enclavada en la zona más oriental de la comarca de Bergantiños, A Laracha se erige como la majestuosa puerta de entrada a las indómitas aguas de la Costa da Morte. Este rincón de la provincia de A Coruña dibuja un mosaico de paisajes donde el mar, el río y la montaña se entrelazan en una suerte de cuadro en vivo esculpido a lo largo del tiempo por la naturaleza. A pesar de ser uno de los destinos menos explorados de la comarca bergantiñana, este destino esconde un sinnúmero de tesoros que aguardan al viajero más curioso.
Sus puertos y villas marineras rezuman encanto y autenticidad; sus arenales dorados invitan al baño en las jornadas más calurosas del año; y sus bonitos paseos fluviales logran conectarnos con la esencia más pura del destino. Y es que A Laracha ofrece una completa experiencia donde la historia, la cultura y la naturaleza se unen para dejar una huella imborrable en quienes se atreven a descubrirla. De hecho, su enorme riqueza patrimonial también recorre cada esquina del callejero larachés, destacando construcciones religiosas tan pintorescas e interesantes como el Santuario dos Milagres de Caión, un verdadero testigo de fé y devoción a lo largo de los siglos.
El templo abrazado por el mar y la naturaleza
El Santuario dos Milagres de Caión se enmarca en un promontorio situado a unos 300 metros de altitud sobre el nivel del mar, convertido en un balcón natural que presume de unas impresionantes vistas de la entrecortada Costa da Morte. En este remanso de paz y naturaleza se erige desde hace décadas este templo de estilo barroco compostelano al que todavía siguen peregrinando los más fieles en busca de consuelo, esperanza y milagros para sus vidas. El templo en cuestión hunde sus raíces en el siglo XIX ―concretamente en el año 1835―, levantado en piedra en el mismo lugar en el que antaño debió existir una iglesia primitiva de origen románico.
La estructura principal es de planta rectangular y tiene cubierta de teja a dos aguas que cubre la única nave que da forma a la iglesia, que consta de una puerta adintelada con jambas y dintel moldurado. En su fachada, el pequeño campanario fue erigido por el maestro cantero Manuel María Niego y data del año 1936, mientras que en el interior el retablo mayor es una obra posterior, de 1871, realizada por Manuel Fernández. Este elemento central del presbiterio del templo presenta un estilo neoclásico y fue construido en madera de castaño. También la torre campanario que puede observarse en su cara exterior, compuesta de dos cuerpos, sigue estas directrices arquitectónicas basadas en un arte nuevo, sereno y equilibrado que surgió a mediados del siglo XVIII ante el agotamiento de las formas del Rococó.
A la salida del Santuario dos Milagres de Caión se encuentra asimismo la Fuente Santa cuyos orígenes se remontan al año 1828. El manantial todavía emana unas aguas puras y cristalinas que, según las creencias populares, poseen características milagrosas y curativas. En la entrada al recinto del templo también destaca la figura de un sencillo y austero cruceiro, una de las señas de identidad más importantes de la cultura, el arte y el paisaje gallego.
La romería más importante de A Laracha
Todos los años a principios del mes de septiembre, el Santuario dos Milagres de Caión se convierte en el escenario de una de las romerías más importantes del municipio de A Laracha. Este festejo popular de gran tradición está declarado de Interés Turístico en Galicia y tiene lugar cada 8 de septiembre. Como dato curioso cabe recordar que al no tratarse de un templo de culto diario, la imagen de la Virgen que pertenece a él es llevada cada año hasta la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Socorro durante esta romería.
De hecho, el domingo anterior al 8 de septiembre se produce el regreso de la imagen de la Virgen en procesión hasta el lugar do Outeiro, marcando así el comienzo de los actos religiosos y populares de esta famosa romería. A lo largo de esa semana de celebraciones, el Santuario dos Milagres de Caión se convierte en el lugar de peregrinación de miles de fieles y romeros que, llegados desde todos los puntos de la provincia, rinden devoción a la Virgen y terminan su viaje a los pies de la fuente milagrosa.