El cruceiro es uno de los símbolos más representativos de la cultura y el paisaje de Galicia. Estos monumentos pétreos recorren el grueso de la geografía como una auténtica manifestación de la devoción popular y religiosa. Lo cierto es que los cruceiros fueron concebidos en su origen como un elemento capaz de santificar lugares y mantener alejados a los malos espíritus y demonios, aunque con el tiempo también evolucionaron hacia fines mucho más prácticos, cómo marcar límites ―jurisdiccionales, civiles o eclesiásticos―, indicar la proximidad de algún santuario o camposanto y hasta señalar las distintas rutas de peregrinaje que ponen rumbo a la ciudad de Santiago de Compostela.
Se estima que a día de hoy todavía se conservan más de 10.000 de estos monumentos religiosos repartidos por todo el territorio gallego, siendo la representación más antigua conservada una enclavada en el corazón del municipio coruñés de Melide. El conocido como cruceiro de San Roque hunde sus raíces en el siglo XIV, si bien de su estructura original tan sólo se conserva la cruz y una parte del capitel que se mantienen sostenidas sobre un fuste y una base mucho más modernas.
Además, al encontrarse en un lugar en el que se cruzan el Camino Francés y el Primitivo, el cruceiro melidense es visitado cada año tanto por fieles y devotos como por peregrinos que realizan alguna de estas dos famosas rutas xacobeas. Lo cierto es que por su fama y valor incluso existe alguna réplica del mismo en otros puntos de Galicia. Sin ir más lejos, en el lugar de A Ermida, en el municipio de Covelo, podemos encontrar una versión que data del año 2006.
Así es el cruceiro más antiguo conservado de Galicia
Melide es una de las villas más populares del Camino de Santiago, pues conforma un punto de confluencia en los últimos pasos del Camino Francés y Primitivo antes de alcanzar el destino final en la capital gallega. No es de extrañar por tanto que entre los límites de esta localidad coruñesa se pueda encontrar un amplio abanico de elementos históricos y culturales de enorme valor, entre ellos el que está considerado el cruceiro más antiguo de Galicia: incluso Castelao lo calificó así en su ensayo As cruces de pedra na Galicia (1950). Esta estructura religiosa de estilo gótico es a día de hoy uno de los cruceiros más notables y longevos de Galicia, cuyos orígenes se remontan al siglo XIV, también conocido como el siglo de la peste.
El citado cruceiro se encuentra enmarcado en pleno centro de Melide, en el atrio de la actual capilla de San Roque. Según apuntan algunos expertos, y dadas sus características, es probable que dicho monumento pétreo no fuese un cruceiro en origen, sino más bien una cruz gótica que podría haber pertenecido al retablo de la antigua iglesia de Melide, hoy ya desaparecida. Además, otro dato interesante es que el cruceiro de San Roque fue en su origen policromado. De hecho, todavía es posible apreciar algunos restos de la pintura que cubría la cruz a los pies del Cristo, en la zona en la que también está representado algún tipo de templo sobre unos arcos ojivales.
Sea como fuere, su cruz se levanta ahora sobre un pedestal en el que se asienta una columna octogonal de corte moderno. La cruz original se fusionó al pie del cruceiro mediante una argolla de hierro y en su anverso puede observarse la representación de un Cristo en Majestad, sentado en el trono, coronado y mostrando las llagas de sus manos producidas durante la crucifixión. En la otra cara del cruceiro aparece un Cristo crucificado con la Virgen, San Juan y otra figura arrodillada. En definitiva: una verdadera joya del arte y el patrimonio popular gallego que lleva más de 7 siglos como testigo directo de la historia de Melide.