La nueva Ley de Bienestar Animal obliga a todas las personas que tienen un perro a contratar un seguro. La obligación no se hará efectiva hasta que se apruebe el reglamento que permita la aplicación de la ley, pero la noticia generó gran revuelo tras la aprobación de la norma el pasado año, y son muchas las personas que ya cuentan con uno en previsión. Repasamos cómo funcionan estos seguros y qué opciones ofrecen.
Hasta ahora los únicos perros que debían contar con un seguro por ley son aquellos que entran en la categoría de "perros potencialmente peligrosos". En este caso, debe ser un seguro de responsabilidad civil por daño a terceros con "certificado individual". Es decir, no puede estar "vinculado con otro o dentro de otra póliza", tal y como explican desde la correduría de seguros Ansede, en A Coruña.
En cambio, la Ley de Bienestar Animal hace extensible la obligatoriedad de contar con este tipo de seguro a todos los dueños de perros. En concreto, establece que "en el caso de la tenencia de perros y durante toda la vida del animal, la persona titular deberá contratar y mantener en vigor un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros, que incluya en su cobertura a las personas responsables del animal, por un importe de cuantía suficiente para sufragar los posibles gastos derivados, que se establecerá reglamentariamente".
Desde la correduría cuentan que cuando se aprobó esta ley se armó "mucho el revuelo", ya que mucha gente pensó que en ese momento ya sería obligatorio contratar el seguro, y recibieron muchas llamadas con dudas sobre las distintas opciones. "Había muchísimas llamadas, aunque ahora se ha calmado la cosa", indican.
En ese sentido, según un estudio realizado por Línea Directa con encuestas por toda España tras la aprobación de la ley, el 52% de los propietarios de perros manifestó estar de acuerdo con el seguro obligatorio, pero el 27% no contaba aún con un seguro en ese momento. De los que sí, el 44% había optado por incluirlo en el seguro del hogar, y el 26% por un seguro específico.
En cuanto a la tipología, el más común entre los entrevistados fue el de responsabilidad civil (daños a terceros), seguido por el de daños al perro (robo, extravíos o accidentes) y el de asistencia veterinaria.
Distintas opciones de seguro
A día de hoy lo único que se sabe es que el seguro obligatorio deberá ser, como mínimo, de responsabilidad civil por daños a terceros, pero como "todavía no está reglamentado aún no hay detalles sobre la cantidad" que deben asegurar, aunque desde Ansede estiman que la cifra podría situarse entre los 200.000 y 300.000 euros.
Tampoco se sabe si será obligatorio contar con una póliza individual para la mascota, como en el caso de los perros potencialmente peligrosos, o si se podrá optar por incluir al animal en el seguro del hogar.
"Hasta ahora, la mayoría de pólizas de seguro de hogar de vivienda principal incluyen la cobertura de responsabilidad civil del propietario de las mascotas", y algunas compañías lo están haciendo de este modo. "Te dicen, si me das el nombre de tu perro, microchip y fecha de nacimiento, te certifico que está dentro del seguro y te lo incluyo en la póliza", explican desde Ansede.
En cuanto a los tipos de cobertura que ofrecen las aseguradoras, las hay desde las más básicas, que solo incluyen la responsabilidad civil por daños a terceros; hasta otras que son casi "un seguro médico", y que incluyen gastos como la asistencia veterinaria por accidente o enfermedad, el sacrificio e incineración, el robo o extravío o la asistencia jurídica.
El precio entre unas y otras puede oscilar entre los 40 euros año por la cobertura más básica, hasta los 200 por la más completa. Desde la correduría recuerdan además que la mayoría de las compañías "no te aseguran a cachorros de menos de tres meses, ni a perros muy mayores, porque tienen más riesgo".