Afectados por la Covid-19 es un emotivo vídeo de poco más de 10 minutos en los que varias personas del área sanitaria de A Coruña-Cee que padecieron o vivieron muy de cerca la enfermedad cuentan su experiencia. El director de esta pieza audiovisual, Iago Prada, quiso darles voz a través de su relato para concienciar sobre lo ocurrido y llamar la atención sobre un hecho que a veces se olvida: las víctimas tienen nombre y apellidos y el coronavirus afecta a todo el mundo.

Prada lleva unos diez años dedicándose al sector audiovisual y al cine y trabaja de forma habitual con los mismos compañeros. El grupo saca adelante proyectos de producción propia sobre diferentes temas, como maltrato animal o lucha obrera, si cree que es necesario, "un poco por activismo". Este vídeo sobre el coronavirus "era casi una obligación", según defiende su director, que añade: "Está pasando esto y está habiendo un montón de bulos, de medias verdades, de cosas que no son ciertas… Vamos a dejar hablar a la gente que lo ha vivido, darle voz a quien tiene que contar esta historia, que son los afectados: los que han podido sobrevivir y los familiares".

Los protagonistas del vídeo son amigos, gente de su círculo cercano que sufrió muy de cerca la pandemia. "La entrevista de Pablo, que fue la primera que hicimos, era para meterla entera. Porque lo cuenta tan bien, tan directo… Su situación es muy dura. Perdió a su abuelo, su madre también estaba infectada, no podían salir de casa", ejemplifica el director. El objetivo de esta pieza audiovisual no es solamente concienciar sobre lo que ocurre a diario debido al coronavirus, sino también recordar que las víctimas tienen nombre y apellidos, que es una enfermedad que afecta a jóvenes y mayores y que muchas personas tienen secuelas meses después.

Los testimonios

Uno de los protagonistas del vídeo es Pablo Otero, un informático de 30 años cuyo abuelo se contagió en el centro cívico al que acudía y que murió durante la primera ola de la pandemia. "Lo que voy a decir es un poco fuerte, pero no seas un asesino. Ten cuidado. Sabes que lo que hagas tú, puede matar a alguien. Que lo que le pasó a mi abuelo, no le pase a otro abuelo, eso es lo importante", pide Otero. Nacho Sánchez, un joven dependiente de 23 años de Cambre, hace hincapié en la importancia de usar la mascarilla, relata que tuvo problemas respiratorios y asegura que llegó a dormir con 100 pulsaciones.

Los otros dos testimonios son los Perfecto López-Novoa, jubilado de 73 años, y su hijo Carlos Perfecto López-Novoa, profesor de Náutica de 30 años. "Estuve allí casi tres meses, creo que fueron 87 días, en dos fases de la UCI. Después me llevaron a nefrología una semana porque tenía los riñones tocados y después me mandaron al Hospital de Oza a rehabilitación dos meses. Cuando me dieron el alta, llevaba cinco meses y dos días hospitalizado", relata Perfecto López-Novoa, que actualmente arrastra secuelas de la enfermedad.

Padra indica que el vídeo fue publicado en varias cuentas de diferentes redes sociales y que han tenido unas 15.000 o 20.000 visitas, además de que varias personas se han puesto en contacto con ellos para contarles su experiencia. "Queda mucho por decir, mucha gente por hablar", asegura el director, que espera disponer de un poco de tiempo para poder sacar adelante algún otro proyecto relacionado con este tema.