Bárbara Grandío (A Coruña, 1983) es Sonia en la afamada serie La que se avecina. Un papel que, además de llenarla profesionalmente, le he traído muchas satisfacciones personales. Triunfando en el mundo audiovisual además lo hace también en el mundo de la joyería con su marca La Basita. Charlamos con la actriz que presume de ser coruñesa allá donde va.
Es imposible no preguntarle esto a un artista… ¿ Recuerdas cuando dijiste eso de “mamá, quiero ser artista”?
Realmente no tengo ni idea. No recuerdo un día o un momento como tal en el que pensase que sí que eso era lo mío. No era la típica niña que se disfrazase o que emplease sus horas de juego en interpretar. Yo jugaba con mis muñecas Barbie, las colocaba, las ordenada, quizás tenía más madera de directora de escena, porque buscaba que todas estuviesen perfectas.
Es cierto que gracias a mi abuela y a mi tía vi muchas películas porque ellas son unas grandes aficionadas y recuerdo ver a Audrey Hepburn o a Bette Davis y flipar con aquellas dos mujeres. De hecho creo que descubrí, siendo ya algo mayorcita, que las películas no tenían porque ser en blanco y negro, que era lo que veía con mi abuela y con mi tía, grandes clásicos.
Luego, más adelante, recuerdo perfectamente ver a escondidas, detrás de una cortina, las película Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón de Almodóvar, porque era muy pequeña y no me dejaban verla.
Yo sabía de alguna manera que quería ser actriz pero tampoco lo verbalizaba, no le ponía nombre, sabía que ocurriría pero decirlo me daba algo de vergüenza.
Y ocurrío…
Sí. Luego ya de adolescente empecé a hacer teatro en el Instituto de Zalaeta en donde interpretábamos nada más y nada menos que obras de Shakespeare. En ese grupo de teatro fue donde aprendí cómo se preparaba un texto, en qué consistía interpretar.. Y después llegó el momento de decidir que quería profesionalizarme. Aunque he de decir que estudié cosas muy diversas, desde márketing, algo de diseño… . En fin, que di algunas vueltas hasta que llegué a la interpretación y ahí estaba realmente mi vocación.
Mis padres siempre me apoyaron en lo que decidí y eso es muy importante para cualquier profesión. La interpretación es una profesión dura en la que no siempre llega el reconocimiento
¿Hubo algún momento en el que sintieras que por fin llegaba?
Creo que cuando fui consciente de que esto iba realmente en serio fue cuando estaba con la obra de teatro Los miércoles no existen con la que estuvimos nada más y nada menos que cinco temporadas. Cada día llenábamos pero a la vez sentía ese famoso “síndrome de la impostora” que me hacía repetirme una y otra vez “esto es el último día que sucede”.
Fue una experiencia maravillosa profesionalmente pero además se creó un grupo de trabajo del que surgieron muchas relaciones personales importantes para mi.
Currar con todos ellos, desde Javier Rey, Dani Guzmán, Marta Solaz… Recuerdo aquel momento con mucha felicidad, desde luego.
Superado ese síndrome de la impostora ahora triunfas con tu papel de Sonia en ‘La que se avecina’…
Estoy encantada, para mí es estar en un constante aprendizaje. Estoy rodeada de actores y actrices a los cuales admiro y eso es tremendamente enriquecedor.
Entré en La que se avecina para un capítulo y ahí sigo, dándole vida y voz (de pito) a Sonia. Es una fortuna y siempre intento aportarle cosas al personaje para superar esos miedos a no estar a la altura.
En esa misma serie participó Verónica Forqué, me imagino que su muerte te afectaría…
Por supuesto, no coincidí trabajando con ella pero sí la conocí porque nos dio unas clases en un máster que estudié y puedo corroborar que era un ser especial, que desprendía bondad.
Me quedo con lo que publicó Yolanda Ramos en su Instagram que decía algo así como que Verónica murió en “accidente laboral”. Nosotros, los actores, trabajamos con nuestras herramientas, en muchos casos las emociones.
Yo la recordaré como te decía, como una persona con algo único, que daba paz.
Y entre escena y escena te ha dado tiempo a crear tu propia marca de joyas, La Basita ¿Cómo surgió la idea?
Yo estudié algo de diseño de joyas y llevaba años queriendo crear algo. Cuando estábamos confinados en 2020 tuve tiempo para pensar, probar materiales… Era algo que me relajaba y me entretenía. Pero luego venía la parte de venderlo y ver si gustaba y eso me costó unos cuantos meses más.
No me puedo quejar porque todo han sido cosas buenas. Ha tenido una gran acogida y han hablado de La Basita en revistas como Vogue, Telva o Martes Galicia y siento que a la gente le gusta llevar estas piezas de arcilla polimérica con las que cuento historias.
Ahora mismo no paro de hacer paquetes y me tiro hasta altas horas de la noche preparando envíos.
Triunfas en la interpretación, como diseñadora de joyas y he escuchado que, como dicen los jóvenes ahora, “se vienen cositas”
Estoy trabajando en un texto teatral que voy a dirigir que se llama La vida real de Nacho López Murria, guionista en La Caña Brothers y que ha trabajado en diferentes proyectos para Atresmedia.
Por otro lado, hace años escribí un corto y lo rodé y ahora estoy escribiendo una serie, es decir, mi primera experiencia con algo extenso. Es mucho trabajo pero me encanta, es apasionante.
Y todo esto desde tu ciudad, A Coruña
Por supuesto, en mi sitio. Ahora ya no es como antes, que tenías que vivir sí o sí en Madrid para vivir de esta profesión.
Desde la llegada de las plataformas se rueda en diferentes ciudades y vas y vienes cuando es necesario, te organizas y vas a Madrid o a la ciudad en la que te toque trabajar el tiempo que sea necesario.
Yo viví en Madrid 15 años y fui tremendamente feliz pero me gusta mucho Coruña, es mi ciudad, en la que desde bien pequeña disfrutaba haciendo patinaje, surf… . Entre mis sitios favoritos de la ciudad no puedo dejar de nombrar todo el barrio de Monte Alto y la Playa de Riazor y el Orzán.