Si no estáis entre el millón de personas que ya lo siguen, seguramente os habréis cruzado alguna vez con alguno de sus vídeos en las redes sociales. Su nombre es Xurxo Carreño, es gallego y es uno de los grandes referentes de la comedia actual.
Natural de Ourense, donde reside, destaca por sus doblajes y vídeos de humor en los que hace gala de su ingenio y su capacidad para el doblaje. Aunque cada día haga reir a un millón de personas, Xurxo es mucho más tímido de lo que aparenta y destaca por su sencillez y apego a su tierra.
"Tú me puedes ver como una persona súper abierta, un tío super gracioso, es la imagen que la gente tiene de mí, pero si me ves en persona soy mucho más tímido. Me tienen dicho: en los videos eres más abierto, y yo les digo, tú qué piensas, ¿qué voy a ir pegando gritos por la calle?", cuenta Xurxo a Quincemil con su habitual sentido del humor.
Este ourensano se inició en la creación de vídeos por casualidad. Todo empezó en las Navidades de 2016, cuando sus padres le regalaron una guitarra. Aquello no funcionó, y aunque la música perdió un posible guitarrista, las redes ganaron un gran humorista: "Compré un micrófono de buena calidad para grabar lo que tocaba con la guitarra, pero aquello no me duró nada. Empecé a ver en Youtube a un tío americano que hacía humor y aunque no entendía nada, me partía el culo. A mí siempre se me dio bien hacer voces, tenía el micrófono y dije, voy a intentarlo".
Así empezó a subir vídeos en su Instagram cuando nadie lo hacía. Vine, una plataforma que se utilizaba para este tipo de humor, daba sus últimos coletazos antes de desaparecer. En sus primeras creaciones Xurxo se encontró con el rechazo de sus conocidos, que le decían que "daba vergüenza lo que hacía".
A pesar de esto, siguió con sus vídeos y empezó a recibir cumplidos de muchas personas, y poco a poco empezó a crecer: "Viví la época buena de Instagram, aproveché el momento. Conocía a una chico que tenía 100.000 seguidores y subía vídeos de otras personas, así que invertí un poco de dinero para que me publicitara y eso fue lo que me dio el empujón. En ocho meses había llegado a los 100.000 seguidores, y en cinco meses más llegué al millón".
Encontrar la inspiración para subir tanto contenido ingenioso de forma casi diaria no es fácil, pero Xurxo lo hace de una forma totalmente natural: "Algunos vídeos me los pasan y otros los encuentro yo, pero no tengo ninguna inspiración ni sigo ningún criterio. Me levanto por la mañana, hago mi rutina diaria y me pongo a grabar y a editar".
El ourensano puede dedicarse a vivir de esto, aunque su contenido es tan variado que le dificulta algo más que a instagramers de nicho. "Una persona con el tercio de seguidores que tengo yo que se dedique a la moda, podría vivir muy bien, ya que es algo focalizado. Yo te puedo publicitar cosas de comida o tecnología, algo más general".
Su éxito podría tentar a este ourensano a coger la maleta e irse a la capital, sin embargo Galicia le tira demasiado: "Estuvo tentado de irme a vivir a Madrid el año pasado, pero yo no voy a renunciar a irme de Galicia, tengo a mis amigos y a mi familia, me encanta el mar y grabar documentales cuando voy a bucear. En Madrid tendría contacto con otros creadores de contenidos, pero me gusta mucho mi tierra, el clima, la gente y la gastronomía", dice orgulloso el cómico gallego, que el año pasado fue elegido para promocionar el Camino de Santiago.
En su ciudad natal, muchas veces es reconocido por la calle, lo que llegó a generar en Xurxo problemas de ansiedad. Ahora lo tiene más asimilado, pero no es fácil lidiar con la fama: "De noche vas a tomar unas copas y te viene un porrón de gente, no me molesta y atiendo a todos porque es lo mínimo que puedo hacer, aunque a veces te encuentra con gente intensa o que te viene en tono faltón".
Cuando no está grabando vídeos Xurxo se dedica a su otra gran pasión: el deporte. Dice que le gustan todo tipos de deportes, y como comentaba anteriormente, adora el mar y bucear. Actualmente juega al balonmano en el Carnes do Ribeiro y recuerda la divertida anécdota que le llevó a practicar este deporte a los 11 años: "Yo jugaba al fútbol y mi profesor de educación física entrenaba al balonmano. Un día le dije: a ver profe, ¿cuándo jugamos al fútbol? Y él me respondió con una frase que no olvidaré: "chaval, aquí balón con el pie, caca, aquí, balón con la mano".
Como se veía al inicio del texto, Xurxo es algo tímido y sufre "pánico escénico" para subirse a un escenario. Poco a poco va mejorando en esta faceta y ya ha dado alguna charla o conferencia. Aunque no ha podido avanzarnos mucho, sus fans están de suerte, ya que en mayo quizás lo puedan ver por primera vez sobre los escenarios, aunque para conocer más detalles habrá que esperar unos meses.
Así es Xurxo Carreño, un chico que cada día hace reír a millones de personas, pero que en su día a día sigue siendo ese ourensano apegado a su tierra que todavía se sorprende cuando alguien lo mira por la calle al reconocer a uno de los grandes cómicos del momento.