El origen del nombre de Ferrol es una incógnita. Historiadores, geógrafos, filólogos y estudiosos han planteado hipótesis durante siglos sin llegar a un acuerdo. Desde la relación del topónimo con el mártir San Ferreol hasta la posibilidad de que proceda del término latino ferrum o de la palabra farol. La única certeza hasta el momento es que la ciudad departamental ya se llamaba así en 1087, según las investigaciones de Juan Burgoa. Este autor recogió todas las teorías sobre la procedencia del nombre de Ferrol en el número 33 del Anuario brigantino, publicado en 2010.
El culto a San Ferreol
La teoría más asentada es la que vincula el nombre de la ciudad con el culto a San Ferreol. La tradición popular cuenta que el mártir francés llegó a Ferrol en una barca de piedra para evangelizar a los habitantes de la villa. Mitos aparte, su figura fue estudiada por el sacerdote y profesor en la Universidad de Santiago, Casimiro Torres, en 1960. Según su trabajo, los “santos gemelos” San Ferreol y San Julián fueron dos militares romanos destinados en Vienne que compartieron muerte y martirio. La relación entre San Ferreol y el patrón de la ciudad departamental avalaría así la posibilidad de que también se rindiese culto a su figura.
Los investigadores que apoyan esta teoría explican que el culto a San Ferreol habría sido introducido en Galicia y Asturias por la influencia normanda. El marino y miembro de la Real Academia Galega Ángel Suances publicó un estudio en 1943 en el que defiende la idea de que la ría de Ferrol era uno de los lugares de invernada de los barcos normandos: "Como recuerdo están las numerosas parroquias que tienen por patrón a San Julián, el santo normando hermano de San Ferreol, que dio su nombre a la ría y pueblo de El Ferrol".
Otra de las hipótesis en las que se apoya esta teoría es la influencia cluniacense en el monasterio de San Martiño de Xubia. “Teniendo en cuenta la procedencia francesa de la orden de Cluny, se entiende la vinculación de San Julián y San Ferreol en el culto y en la toponimia”, explica Juan Burgoa.
El topónimo de la ciudad departamental no es el único que podría proceder del culto a San Ferreol. El profesor Manuel Comellas escribió en 1908 que los normandos "dieron el nombre del santo a diversos lugares de España y Francia". Ejemplo de ello es la existencia de localidades como Saint-Ferréol en el país vecino, Sant Ferriol en Cataluña o Friol en Lugo.
Origen señorial
Otra de las teorías sugiere que el topónimo procede del nombre de un dueño de las tierras que hoy conforman la ciudad. El filólogo Álvaro Porto se muestra partidario de esta hipótesis: "Ferrol nunca fue un nombre común; por contra, procede del nombre en genitivo de un antiguo propietario llamado Ferreolus, y no de San Ferreol, como se tiene dicho alguna vez".
El catedrático zamorano Abelardo Moralejo llegó a la misma conclusión en 1973, cuando estudiaba la presencia del artículo El en el topónimo de la ciudad. Juan Burgoa expone que el académico “contempla la posible existencia de un poseedor, un Dominus Ferrol, de ahí Dom Ferrol, con el Dom latino pasando luego al Do gallego, o a su igual Del castellano, todo lo cual pudo tener lugar para acabar en O Ferrol o en El Ferrol”.
Ferrol hace alusión a un farol que había en el muelle
Las primeras investigaciones sobre el topónimo sitúan su origen en las palabras faro y farol. El monje Martín Sarmiento escribió en 1757 que "doblando la rr a la castellana, se dijo Farrol y hoy Ferrol, el sitio de la villa". Quienes respaldan esta teoría hacen referencia al faro había en la entrada de la ría, ubicado en el pico que hoy se conoce como Montefaro.
José Alonso López, uno de los primeros escritores que investigó el tema en profundidad, señaló en 1820 que "también pudo denominarse puerto del Farol, por la linterna o farol que tenía el pueblo en una torre de las restingas del muelle". Esta hipótesis se apoya también en la presencia de un farol en el escudo ferrolano, que data de 1778.
Esta teoría fue rebatida por los investigadores con el paso de los años, que consideran que el topónimo es anterior a la existencia de la linterna del muelle. La edición de 1924 de la Enciclopedia Espasa termina de invalidar esta idea: “A pesar del Farol o Faro que sobre una torre almenada se ve en el escudo de Ferrol, y que según el dicho popular dio nombre a esta población, no es posible que así sea”.
Ferrol viene de granero
Una de las teorías más desconocidas, pero defendida por los eruditos del siglo pasado, es la que vincula Ferrol con el almacenamiento de cereales. Según el ensayista Emilio Balás, el topónimo procede “del latín Farrarium-ii, o sea depósito de grano”. Y añade que el nombre de A Graña surge también del “latino Granea, comida hecha de grano de trigo". Una posibilidad nada descabellada si se tiene en cuenta que los barcos se abastecían de estos alimentos en la ría.
El historiador Eugenio Carré se sumó a esta teoría en 1936, cuando dijo que el nombre de Ferrol podría proceder de Portus Farrealium o puerto de los granos.
Origen celta
El historiador y escritor Manuel Murguía defendía que el nombre de la ciudad es de origen celta. Esta teoría se encuadra en las tendencias culturales del Rexurdimento, que buscaban recuperar y reivindicar la historia, legua y tradiciones de Galicia.
Los posteriores estudios sobre las lenguas celtas echaron luz sobre esta hipótesis. El antropólogo Manuel Amor señaló en 1918 que Ferrol proviene “de Fer, embocadura, puerto, salto de agua; y Ol, junto a, cerca de”. Según su trabajo, el nombre de la ciudad puede interpretarse también como “puerto cercado”, por la forma de la ría.
Ferrol, lugar de hierro
Una de las teorías más extendidas vincula el topónimo de la ciudad con la palabra latina ferrum. Según esta hipótesis Ferrol deriva de Ferralium, la unión de los términos ferrum (hierro) y locus (lugar). El significado sería “lugar de hierro o sitio abundante en hierro”, según el trabajo de Burgoa.
Aunque la historia de la ciudad está ligada al metal, la hipótesis fue rechazada por la mayoría de investigadores. La Gran Enciclopedia Galega de 1975 descartó esta posibilidad porque “el subsuelo no es rico en mineral de hierro”.
Otras teorías
El político ferrolano Jesús Suevos sugirió dos nuevas teorías sobre el origen del nombre Ferrol en el pregón de las fiestas de 1975. La primera relaciona de nuevo el topónimo con el metal: Ferrol deriva de la palabra gallega ferro por ser una ciudad “donde se trabaja el hierro”.
La segunda defiende que el topónimo viene de la palabra ferrón, nombre con que los marineros llamaban al ancla primitiva. De acuerdo a esta hipótesis, Ferrol significa “el sitio donde se echa el ancla o fondeadero”.
Entonces, ¿cuál es el origen del nombre de Ferrol? La única certeza en la que todos los investigadores se ponen de acuerdo es que no hay una respuesta clara. El paso de los años, la ausencia de documentos que arrojen luz y la singularidad del topónimo han dado lugar a multitud de hipótesis e incluso a alguna leyenda como la de San Ferreol. Mientras los expertos intentan resolver el misterio, cada ferrolano puede creer en la teoría que más le seduzca.