El día en que cayó la balaustrada de la Praza das Praterías de Santiago
La balaustrada izquierda de las escaleras de la Praza das Praterías se cayeron la madrugada del 22 de marzo de 1989. Se encontraba en un pésimo estado de conservación, aunque la investigación determinó que también hubo "ayuda exterior" para tirarla
30 agosto, 2021 19:29La escalera que conecta la Praza das Praterías de la Praza da Quintana es una de las más concurridas de Santiago de Compostela. Uno de sus elementos más característicos es la robusta balaustrada que podemos encontrar en cada uno de sus extremos.
A pesar de que parece que siempre ha estado ahí, todo el sector izquierdo de la balaustrada tuvo que ser reconstruido en 1989, cuando se desplomó casi por completo en plena madrugada.
En un primer momento se habían achacado los hechos a un acto vandálico, pero el principal culpable de los hechos fue su mal estado de conservación, que la dejaba a merced de la "ayuda exterior": la base de los balaustres estaba muy deteriorada y los vástagos de sujeción estaban muy deteriorados.
Los hechos
La caída de la balaustrada tuvo lugar alrededor de las 3:00 horas de la madrugada del 22 de marzo de 1989. El primero en dar la voz de alarma fue el vigilante nocturno de la Catedral de Santiago, quien salió del templo tras escuchar un tremendo estruendo.
El vigilante se dirigió a la zona "sin que haya podido ver a nadie", según el Cabildo Metropolitano de Santiago de Compostela. Lo único que se pudo comprobar es que, de los doce balaustres, tan solo cuatro quedaban en pie. El resto estaban desparramados por el suelo, en el hueco entre las tiendas del lateral de la plaza y las escalinatas.
En su comunicación, el cabildo se refiere a los hechos como "el derribo", vinculándolo a la reciente rotura de las bolas terminales de esa misma balaustrada o a "la frecuente subida a los tejados de la Catedral con una serie de destrozos".
Tras la caída, operarios del Concello de Santiago se dirigieron a Praterías y procedieron a recoger y apilar los restos de la balaustrada caída, que fueron trasladados a un depósito municipal situado en la antigua estación de autobuses.
Una vez allí, la consigna fue clara: había que reconstruir la balaustrada para comprobar el estado en que se encontraban los restos, toda vez que los elementos que no se habían caído también mostraban desperfectos fruto de la meteorización de la piedra.
Tras una inspección llevada a cabo el 29 de marzo, una semana después, por el director de la Escola de Canteiros, Rafael Fontoira, el jefe de taller y dos canteros el 29 de marzo, se decidió la fórmula de proceder y se apostó, además de por reconstruir la parte destruida, por reforzar también la parte de la balaustrada que había resistido.
Mientras tanto, el entonces concejal de Turismo del Concello de Santiago, Luis Pasín, logró recaudar 6.000 euros para ofrecérselos a cualquiera que pudiese dar información sobre los responsables de la "ayuda exterior" imprescindible para echar abajo la balaustrada.
A la hora de abordar la reparación, la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia había destacado también la importancia de acabar con la intervención antes de dos fechas fundamentales: el 25 de julio y la visita de Juan Pablo II a Santiago, prevista para el 20 de agosto.
Los plazos se pudieron cumplir y la balaustrada volvió a su lugar en tres meses. Nunca se pudo localizar a ninguno de los presuntos responsables de haberle dado el empujón final para derrumbarla.