Descubriendo la Casa de Europa en Santiago de Compostela
Su origen va de la mano de la familia Simenón. Actualmente está destinada al alojamiento de profesores y visitantes del mundo universitario
17 septiembre, 2023 05:00Santiago de Compostela tiene fama de ser la ciudad donde cada piedra esconde un secreto. Y aunque no entra dentro de nuestros planes llevarle la contraria a la leyenda, lo cierto es que podríamos incluir a todas las zonas verdes de la capital gallega en eso de poseer auténticos tesoros.
Este es el caso de la Casa de Europa, en el Parque de Vista Alegre. La zona verde situada en el norte de la ciudad es propiedad del Consorcio de la Ciudad de Santiago desde el año 1995. Un año más tarde el Consorcio encarga a los arquitectos Arata Isozaki y César Portela una importante labor de rehabilitación del espacio que acoge dos edificios de la Universidad de Santiago de Compostela: el Centro de Estudios Avanzados y la Casa de Europa. Las obras de restauración (costosas y que sufrieron diferentes retrasos por cuestiones económicas) comenzaron en el año 1999 y la cesión para el uso de la Universidad por parte del Consorcio se produjo con motivo de la celebración del 500 aniversario de la universidad compostelana y el paso de uso privado a uso público permite que los ciudadanos y visitantes tengan la suerte de disfrutar y conocer este espacio.
Situándonos en el año 1796 podemos encontrar que lo que hoy conocemos como Parque de Vista Alegre aparece en los planos de la ciudad como Huerta de San Martín, propiedad del Monasterio benedictino de San Martín Pinario. A comienzos del siglo XX la finca pasa a ser propiedad de la familia Simenón, importantes empresarios y banqueros de Compostela que hicieron una auténtica fortuna económica.
La superficie de la Finca Simenón es de aproximadamente 36.000 metros cuadrados donde llaman la atención a partes iguales el grandioso jardín con inspiración barroca con múltiples especies de árboles, plantas y flores y las edificaciones que poseen diferentes estilos arquitectónicos.
La Casa de Europa se levantó en el año 1903 con un estilo claramente colonial, con una amplia galería en su fachada sur que aprovecha todos y cada uno de los rayos de sol de la tarde, tan preciado en esta ciudad. En la planta baja y como podemos intuir desde el final de la grandiosa escalinata, se encuentra una amplia balconada que daría acceso a un comedor interior.
Actualmente la Casa de Europa es una residencia universitaria que está destinada al alojamiento de profesores invitados o visitantes que procedan del mundo universitario, sea cual sea su país de origen y que acudan a Compostela con el fin de participar en actividades docentes o investigadoras de la USC. Tras la rehabilitación nos encontramos con un edificio contemporáneo que combina piedra, acero y vidrio y que contrasta con la arquitectura tradicional de la antigua residencia de los Simeón.
En su interior cuenta con un total de seis cuartos de uso doble o individual con una decoración sencilla y austera pero con todos los servicios para facilitar el estudio. Esos cuartos de descanso reflejan el afán de personalizar cada estancia del espacio y por ello cada habitación lleva el nombre de pensadores y actores principales de la creación de la Unión Europea, como Jean Monnet, Salvador de Madariaga o Robert Schuman.
A mayores de los dormitorios existen espacios para realizar amplias reuniones de equipo o reuniones de participantes en congresos y eventos, así como cursos, foros o talleres de formación para los huéspedes.
En la parte superior, dentro de la antes citada galería, además de disfrutar de la estupenda luz de la tarde, se realizan comidas institucionales o de trabajo.
Y en la planta baja se encuentran dos salones sociales, una sala de reuniones y el acceso a uno de los grandes signos distintivos de la propiedad, el singular jardín que posee un sinfín de especies arbóreas como palmeras, naranjos, encinas, manzanos o una peculiar camelia japónica situada junto al hórreo de granito
En un agradable paseo por el jardín podremos además disfrutar de un cruceiro obra de Francisco Asorey, estatuas ornamentales y diferentes zonas de bancos y asientos en los que descansar, leer un libro o, simplemente, disfrutar del paisaje y soñar cómo sería vivir en un lugar tan maravilloso como la Casa de Europa.