Nada de ir mirando los adoquines cuando pasees desde María Pita hacia el Ensanche. Si alzas la vista y eres buen observador, verás los geniales ejemplos de arquitectura modernista que exhibe A Coruña.
Un estilo reconocible por su gusto por las líneas curvas y el juego de volúmenes. Destacan las decoraciones vegetales y la predilección por materiales como el vidrio o el hierro de la fundición Wonenburger.
La nueva burguesía coruñesa quería mirar hacia el mar, en oposición a la decimonónica nobleza que vivía "encerrada" en la Ciudad Vieja, de ahí los grandes ventanales y balcones.
En Quincemil recopilamos algunos de los edificios construidos entre 1910 y 1930 en A Coruña bajo el estilo modernista, conscientes de que nos dejamos muchos otros iconos de este estilo de principios del siglo XX en el tintero.
Casa Rey
En la esquina de la Plaza de María Pita se alza la Casa Rey, obra que el arquitecto Julio Galán Carvajal en el año 1911. Destaca la combinación de materiales, galerías blancas de madera, y los balcones de primer piso que incorporan hierro forjado. Especialmente característicos son los bustos de mujer sobre los dinteles de las puertas de la planta baja.
Diente de oro
Cercano a la Puerta Real, en la avenida Montoto, se ubica este icónico edificio, que es la excepción entre las predominantes galerías blancas de La Marina que han hecho que A Coruña se haya ganado el apelativo de "la ciudad de cristal". En la sonrisa blanca coruñesa, destaca este "diente de oro", construido en 1926 por el arquitecto Leoncio Bescansa. Este arquitecto coruñés fue también autor del edificio Escuelas Labaca ubicado en Juan Flórez, que fue una de las primeras obras modernistas de la ciudad.
Calle Galera 10-12
Julio Galán firmó esta original construcción ubicada en la calle Galera. Destacan las líneas sinuosas en las dos plantas y el hecho de que haya que lamentar que se perdiera el diseño original de la planta baja.
San Nicolás 11-13
Frente a la iglesia de San Nicolás, se yergue una de las obras más originales del modernismo en la ciudad. Cada uno de sus pisos es diferente al anterior, destacando los arcos de herradura de la planta baja. Fue terminado en 1913 por el arquitecto Ricardo Boán, de origen cubano. El edificio albergó unos grandes almacenes y recientemente fue restaurado.
Casa de los elefantes
Necesitado de una restauración, el edificio sobrevive en el número 8 de la calle Orzán. Lo más característico de esta obra son las cabezas de elefantes a ambos lados de la puerta, así como su construcción original a base de ladrillo.
Casa Fuente de San Andrés
El edificio que preside la plaza de San Andrés desde 1911, es otra de las obras del asturiano Julio Galán Carbajal. Se inspiró en la arquitectura vienesa para concebir una fachada simétrica que juega con los volúmenes de los balcones.
San Andrés, 100
Al caminar por la calle San Andrés hasta la plaza de Pontevedra encontrarás varios ejemplos de arquitectura modernista recientemente sometidos a procesos de restauración. En el número 100 está esta obra del arquitecto Antonio López Hernández que data de 1910. Un ejemplo de fachada con abundante decoración inspirada en motivos vegetales.
San Andrés, 118
También recientemente restaurado, en la esquina de San Andrés con la calle Pastoriza está el Edificio La Llave, que luce en su fachada el año de su construcción, 1911. Constituye un claro ejemplo de cómo el modernismo aúna la madera de su galería central con las forjas de hierro de los balcones del primer piso.
Kiosco Alfonso
Terminamos en los Jardines de Méndez Núñez, donde se encuentra esta obra de planta baja del arquitecto Rafael González Villar. Sus orígenes y su nombre están ligados a la visita que el Rey Alfonso XIII hizo a la ciudad en 1909. Hoy es una sala de exposiciones gestionada por el Servicio Municipal de Cultura y se encuentra en la recta final de las tareas de restauración que precisaban su fachada y cubierta.
El kiosco de Sada que antes estaba en A Coruña
¿Sabías que La Terraza de Sada antes ocupó el enclave del Kiosco Alfonso? El edificio modernista que ahora se encuentra en el Paseo Marítimo de Sada fue desmontado pieza a pieza y trasladado desde los Jardines de Méndez Núñez a su actual ubicación, para dejar paso a la construcción del Kiosco que homenajeaba al monarca de la época.