La Navidad en A Coruña se vive de una manera diferente. Si eres de esta ciudad o sueles pasar las fechas navideñas en la ciudad herculina, seguro que esto que te vamos a contar te suene, y mucho. Sin embargo, si no has tenido la suerte de disfrutar de unas (no blancas) navidades en la ciudad coruñesa, puede que te cueste entender lo que viene a continuación.
Comprar el roscón, ir a patinar al Coliseum, tomar los churros, terminar la noche de Fin de Año en el Feirón de Betanzos… En Quincemil echamos la vista atrás y recordamos algunas de las antiguas costumbres (muchas todavía se mantienen) en las navidades coruñesas. Y tú, ¿tienes alguna otra tradición? Cuéntanosla.
Hacer cola para comprar los roscones de Glacé y Flory
¿Quién no ha probado alguna vez un trozo del roscón de Glacé? Esta tradicional pastelería ubicada en la zona de la Plaza de Vigo congrega cada 5 enero a cientos de coruñeses que, llueva o calienta el sol, hacen cola para llevarse a su casa uno o varios (según lo dulce que sea uno) roscones de Reyes.
Si alguna vez te ha coincidido pasar por la zona, seguro que te has llevado las manos a la cabeza al ver como una fila de personas daba la vuelta a la esquina de Juan Flórez. Los hay que hacen cola desde las seis de la mañana. Y todo por un roscón. Está claro, algo tiene que tener este ansiado dulce.
El roscón de Glacé no es el único que genera colas. Hay otro dulce por el que los coruñeses también están dispuestos a esperar a la intemperie. Algo más alejado del centro de la ciudad, en la zona del Agra del Orzán se encuentra la pastelería ‘Flory‘. Todo un clásico también. La cola de gente en la víspera de Reyes también es interminable.
Glacé y Flory son dos de las confiterías más visitadas durante ese día, pero en general en la mayoría de locales de repostería se dan cita muchos coruñeses. Pero desde luego, nada comparable.
Buscando el chocolate con churros
En Fin de Año las tradiciones se multiplican. Que si hay que vestir algo rojo, echar algo de oro en la copa de Champagne o cava… Son muchas las "tradiciones" que se siguen en la última noche del año, pero los coruñeses tenemos las nuestras propias.
Si uno sale en Fin de Año y el cuerpo le aguanta hasta primeras horas de la mañana del día 1, lo que se suele hacer es reponer fuerzas tomando un chocolate con churros. Sí, esta es una tradición que traspasa las fronteras herculinas, pero los coruñeses no toman el chocolate con churros en cualquier sitio. Bonilla, el Timón y el desaparecido Torre Esmeralda eran y son los preferidos por los coruñeses. Algunos no siempre abrían sus puertas en fin de año, así que siempre tocaba ir paseando de uno a otro en busca del local abierto. ¡Qué recuerdos!
Pero no todo es chocolate con churros, también los hay más atrevidos. Aquellos más atrevidos, y más hambriento, acuden a La Internacional, en Rubine, o al Delicias, en Cuatro Caminos. Sus hamburguesas o bocadillos son de los mejorcito para terminar la noche de fiesta.
Ir a La Favorita a "comprar" la suerte
La Favorita, como su propio nombre indica, es la Administración de Lotería más querida por los coruñeses. Al menos así lo demuestran las largas colas que se pueden ver durante las semanas anteriores a la celebración del sorteo del 22 de diciembre. Colas que después se repiten para el Sorteo del Niño.
¿Qué tendrá esta administración que tanto gusta a los coruñeses? Es una de las más premios reparte, así que quizás por ello los coruñeses llaman a su puerta en busca de esa suerte. Una suerte que no siempre llega. Pero como se suele decir, lo importante es tener salud.
Patinar en la pista de hielo del Coliseum
Ahora la única pista de hielo está en la plaza exterior del centro comercial Marineda City, pero esta gran área comercial es bastante reciente en la ciudad. Entonces, ¿dónde patinaban antes los coruñeses? En el Coliseum.
Sí, este espacio que tanto se convierte en una plaza de toros como en el escenario de una exhibición de motocross, acogía, hace no tanto años, una gran pista de hielo. Además de sus grandes dimensiones, uno de los recuerdos que tendrás si patinaste en el Coliseum será la sensación de frío que inundaba tu cuerpo en el momento que cruzabas la puerta de este recinto.
Ir a una fiesta privada en Fin de Año
Antes de llegar a los churros, hay que disfrutar de la noche de Fin de Año. En A Coruña, como en el resto de ciudades, la mayoría de locales abren su puertas para despedir el viejo año y dar la bienvenida al nuevo, pero si hay algo "mítico" (como decimos los coruñeses) son las fiestas privadas. El Casino, el Playa o el Náutico son lugares que, antes de la existencia de las macrodiscotecas como la Pelicano o la Moon, congregaban a la mayoría de jóvenes coruñeses con ganas de disfrutar de la noche. Eran, y son, grandes fiestas.
"Empezar" el año en el Feirón de Betanzos
No dejamos Fin de Año, aunque en realidad la siguiente tradición está más relacionada con el Año Nuevo. Hablamos de las fiestas de Fin de Año y del chocolate con churros, ¿y ahora qué viene? El Feirón de Betanzos. Aunque cada año pierde adeptos, los cierto es que hubo una época en la que los más "festeiros" terminaban la noche (o más bien comenzaban el día) de paseo por la feria que se celebra el día 1 en la localidad vecina de Betanzos.
La imagen más fotografiada era la de las mujeres en zapatillas. Después de una larga noche con tacones, ¡Qué mejor que ponerse unas zapatilla de andar por casa! Pues eso era precisamente lo que hacían muchas jóvenes que se acercaban hasta Betanzos. Una tradición que ha ido perdiendo fuelle pues cada vez se venden menos zapatillas. Cada vez acuden menos jóvenes.
Hasta aquí las cinco tradiciones navideñas de A Coruña, una ciudad que, como la inmensa mayoría, se llena de gente en Navidad. Muchos coruñeses son como ‘El Almendro’, vuelven a casa por Navidad. Bienvenidos.