El jardín de San Carlos se ubica en el interior de la antigua Fortaleza Vieja de A Coruña, un baluarte que protegía el casco histórico de la ciudad cuando toda ella se reducía a ese pequeño enclave. Levantado en el siglo XIV con fines defensivos, el fortín permaneció a las "afueras" durante más más de doscientos años.
Un lugar privilegiado
Ya en el siglo XVIII, el político y militar español de origen galo Carlos Francisco de Croix recuperó los exteriores ajardinados de la construcción defensiva, que habían sido abandonados tras una explosión de pólvora. Sin embargo, no fue hasta 1834 cuando el gobernador Francisco de Mazarredo rehabilitó el jardín con el aspecto que presenta en la actualidad. A día de hoy, San Carlos recuerda el rico pasado de A Coruña a la vez que la observa con mirada orgullosa; la panorámica del puerto visto desde lo alto de la Solana dirige la vista a la intensa actividad marítima de la ciudad.
El descanso de un héroe
Presidiendo notoriamente el jardín, se encuentra la tumba de Sir John Moore, en la que yacen los restos de este general inglés caído durante la batalla de Elviña (1809) mientras intentaba defender la ciudad herculina de las tropas napoleónicas encabezadas por el mariscal Jean-de-Dieu Soult. Desde 1927, a petición del alcalde Manuel Casás, se ubican a los lados del acceso al mirador del jardín dos placas que honran la figura del general Moore, sobre quien también hay una leyenda amorosa. Una de las placas recoge un fragmento de un poema de Charles Wolfe, titulado The burial of Sir John Moore (En español, El entierro del Sr. John Moore), mientras que la otra se corresponde con un extracto de Rosalía de Castro llamado Na tumba do Xeneral Sir John Moore.
Además, una tercera placa recuerda las palabras de Lord Wellington, otro general británico que alentó a los soldados españoles de la batalla de San Marcial (1813), librada en Irún por las tropas del general Freire contra los invasores de Soult: "[…] Españoles, dedicaos a imitar a los inimitables gallegos.", en alusión a la perseverancia del pueblo coruñés durante la batalla de Elviña. Finalmente, la placa número cuatro homenajea a los 172 miembros de la Armada Inglesa que perecieron en el naufragio del buque Serpent frente a las costas del Cabo Vilán en 1890.
Innumerable patrimonio
Anejo al jardín, del que también resulta obligatorio destacar la presencia de olmos centenarios, se halla la sede del Arquivo do Reino de Galicia, el principal archivo histórico de la comunidad. El centro, en el que se encuentran fondos datados del siglo IX en adelante, es de titularidad del Ministerio de Cultura, pero está gestionado por la Xunta de Galicia desde 1989.