Las ciudades modernas poco tienen que ver con como eran las mismas hace cien, cincuenta o veinte años. La ordenación municipal de un territorio es clave para su desarrollo y personalidad en el futuro. Proyectos como el característico Paseo Marítimo de A Coruña o el proceso de transformación de los Cantones, iniciado en el anterior mandato y que todavía está en desarrollo, están llamados a cambiar la imagen y ordenación de la ciudad en las próximas décadas.
Sin embargo, el skyline de la urbe está condicionado también por las edificaciones. Sería complicado imaginar A Coruña sin algunos símbolos del modernismo como el Kiosko Alfonso, La Terraza, Casa Escudero o el Diente de Oro de la Marina. Sin embargo, en la lista de "esenciales urbanísticos" también hay cabida para construcciones más modernas, aquellas que convierten a A Coruña en una ciudad construida en vertical.
El principio de la década de los 70 se caracterizó, entre otros hechos históricos, por la ampliación de A Coruña y la construcción de grandes edificaciones. Las torres más altas de la ciudad fueron levantadas en el mismo periodo histórico. La Torre Hercón, el Trébol y la Torre de Galicia se construyeron entre 1968 y 1975 y, cuarenta años después, siguen siendo piezas fundamentales de silueta urbanística de A Coruña.
En los últimos años, y ante el problema de vivienda que atraviesan los barrios coruñeses, se ha debatido la posibilidad de que la urbe continúe creciendo en vertical. Algunos de esos proyectos han avanzado lento, pero firme. Es el caso de la urbanización de San Pedro de Visma que, según los primeros cálculos, podría estar terminada en 2028 y con 3.600 nuevas viviendas.
Proyectos como el de las Torres de As Percebeiras de Labañou son un propósito a futuro que, en cualquier caso, sufrieron grandes modificaciones respecto a la idea original. Otros muchos fueron olvidados en un cajón de la administración local y autonómica. Estos últimos constituyen la A Coruña que nunca fue.
Museo Artabria en el Castro de Elviña
La Casa de la Historia es uno de esos proyectos que los expertos en arquitectura aseguran que, pese no haberse materializado, "ha dejado una nueva forma de entender el urbanismo en A Coruña". El edificio fue ideado por el arquitecto gallego Manuel Gago a principios de los años 2000 y buscaba habilitar un área cultural en torno al Castro de Elviña.
La propuesta recibía el nombre de Museo Artabia y nacía con la idea de conectar, pasado, presente y futuro de la ciudad. Por eso, el museo tenía vistas directas a la Torre de Hércules. De haberse realizado, contaría con cinco grandes contenedores que conformarían un recorrido en forma de zigzag que pasaría por las siete salas del museo hasta desvanecerse.
Cruz de los Caídos en O Montiño
Tras la Guerra Civil y con la dictadura de Francisco Franco como fórmula estatal, en Galicia y España se construyeron sendos monumentos franquistas en recuerdo a los caídos en el conflicto. Un ejemplo en la comunidad es la Cruz de O Castro, en Vigo. A Coruña también estuvo muy cerca de contar con una edificación de este tipo, pero finalmente no vio la luz.
Corría el 23 de octubre de 1950 cuando el Alcalde Alfonso Malina Brando anunciaba a la corporación municipal que se llevaría a cabo "el estudio de la erección en nuestra ciudad de un monumento a los Caídos por Dios y por España en nuestra pasada Guerra de Liberación". Una gran cruz se colocaría en lo alto de O Montiño para que pudiese ser visto desde tierra y desde el mar. El proyecto de Santiago Rey Pereira tenía una altura de 21 metros.
El monumento no se levantó dadas las dificultades para expropiar los terrenos necesarios para comenzar las obras, muy próximos a la actual Avenida de la Concordia —anteriormente llamada Avenida de los Caídos—. El proyecto habría costado 654.711,62 de pesetas (aproximadamente 4.000 euros).
El Riazor de Eisenman
Se trata de una ensoñación. Un proyecto que al antiguo presidente del Deportivo, Augusto César Lendoiro, le habría gustado hacer realidad, pero que nunca estuvo cerca de ejecutarse. El estudio fue presentado en los años grandes del Súper Dépor y tenía el objetivo de hacer soñar a los coruñeses a lo grande, tal como había hecho el equipo durante tantas temporadas.
El nuevo Riazor fue encargado al arquitecto neoyorkino Peter Eisenman, que diseñó un estadio con una capacidad para 36.000 personas y con instalaciones integradas como un hotel, restaurantes y un aparcamiento con 3.600 plazas. Lo más impresionante: perseguía unir playa y estadio. El presupuesto proyectado era de 141 millones de euros.
Un parque de atracciones en Santa Margarita
La Casa de las Ciencias y el Palacio de la Ópera podrían haber sido montañas rusas y una enorme torre de 100 metros de alto si el proyecto de parque de atracciones de Santa Margarita se hubiese ejecutado. Corría el año 1970 cuando se planteó esta posibilidad bajo el mandato de Pérez Ardá.
El proyecto incluía un gran auditorio, una zona con animales, montañas rusas, un planetario y una torre de 100 metros con un restaurante giratorio en lo más alto. Finalmente, la idea se desechó y dio lugar a la Casa de las Ciencias aunque de aquel proyecto todavía se conserva el planetario. De haberse hecho, le habría costado a las marcas municipales de 50 millones de pesetas (300.000 euros).
Proyecto Era 2000: Unir Ferrol, A Coruña y Ares
La cercanía entre Ferrol y A Coruña es más que notable. Tan solo 21 kilómetros separan ambas ciudades; sin embargo, su conexión es mucho más complicada, ya que el mar las separa. Para conectarlas es necesario bordear parte de la costa y recorrer cerca de 50 kilómetros, pero ¿qué pasaría si las uniese un puente? Esta fue la pregunta que se hizo la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad de La Coruña a principios del siglo XXI.
El proyecto, que recuerda ligeramente a la Cidade das Rías de Andres Fernández-Albalat, fue una propuesta que ni siquiera llegó a barajarse en el plano formal. La Escuela proponía la construcción de tres puentes que permitiesen "una vía de conexión directa y lo más corta posible" entre la ría de A Coruña, Ares y Ferrol. Un proyecto ensoñador, pero, aseguraban los diseñadores, viable técnicamente.
Plaza de agua en la Marina
¿Cómo sería A Coruña sin su Paseo Marítimo Urbano? Lo cierto es que no es necesario remontarse mucho en el tiemo para comprobarlo. En los años 80 la ciudad se preguntaba qué hacer con todo el potencial de las fachadas marítimas. En este contexto, el arquitecto Ricardo Bofill elaboró un proyecto para el paseo marítimo que el alcalde Francisco Vázquez llegó a describir que sería "la obra de más envergadura desde que se derribaron las murallas, en el siglo XVIII.
El proyecto contemplaba la transformación de 30.000 metros cuadrados de superficie. El elemento central de la remodelación era la dársena de la Marina, en la que se buscaba crear una plaza de agua que estuviese rodeada de instalaciones comerciales, entre ellas un edifico de 20 pisos. El proyecto reservaba también el entorno de la torre de Hércules para un gran parque celta que terminaría en Riazor.
Sede de Hacienda en la Avenida do Porto
Alejandro de la Sota y Ramón Vázquez Molezún plantearon la posibilidad de crear una ciudad alternativa para la sede de Hacienda en A Coruña. El proyecto apostaba por emplear el terreno comprendido entre la Delegación del Gobierno y la Delegación del Ministerio de Defensa para construir un gran edificio que albergase las tareas administrativas. Esto es, entre la Avenida do Porto y el muelle de Batería.
La propuesta resultó ganadora del concurso público, pero nunca llegó a construirse. El edificio buscaba reinterpretar de forma moderna las características galerías de la ciudad, una idea que en ese momento fue muy innovadora.
Torres que no rozarán el cielo de A Coruña
A Coruña es conocida por la altura media de sus edificios. En los últimos años se han promocionado diferentes proyectos de alturas superiores a 10 pisos, pero finalmente nunca verán la luz. Entre los más recientes se encuentra la Torre Infinity y las Percebeiras.
La Torre Infinity de Someso estaba llamada a ser un edificio de 16 plantas situado en el recinto ferial, pero el proyecto se desvaneció totalmente en 2023, cuando el Concello de A Coruña retiró la licencia a la cooperativa que planteaba el proyecto.
Por otro lado, la torre de las Percebeiras continúa con el proceso necesario para llegar a ser realidad, pero con cambios muy significativos. La idea inicial se basaba en la construcción un rascacielos de 47 plantas que, a su vez, estuviese escoltado por otra de 35. El proyecto inicial se presentó en 2006 y, casi dos décadas después, todavía no se ha materializado.
El impacto paisajístico que provocaría la construcción del proyecto inicial derivó en modificaciones significativas en su planteamiento. Actualmente, ya ha terminado la 1º fase para el co-diseño del proyecto y el boceto dibuja la construcción de nueve bloques de ocho plantas cada uno.