Alberto Fraga (izquierda) y Francisco Chas (derecha),

Alberto Fraga (izquierda) y Francisco Chas (derecha), Aprendizaje Vital

Educación

A Coruña acoge un taller sobre autoliderazgo para adolescentes: "Es una etapa clave"

Alberto Fraga y Francisco Chas impartirán del 28 al 31 de agosto este taller dirigido a menores de 12 a 16 años que está centrado en el proceso de alcanzar las metas integrando su pensar, su sentir y su hacer

4 agosto, 2023 14:10

Taller de autoliderazgo. Confía en ti: más allá de la educación formal. Este es título de un taller que impartirán Alberto Fraga, especialista en procesos de desarrollo humano a través de la integración cuerpo-mente, Máster Internacional en Coaching y Programación Neolingüística, y Francisco Chas, Máster en Psicología Aplicada especializado en intervención en contextos Educativos y licenciado en Pedagogía, a finales de agosto en A Coruña.

El objetivo de este taller educativo es ayudar a los adolescentes de 12 a 16 años a desarrollar habilidades básicas para la vida, aprender a manejar el propio espacio personal y explorar y optimizar, a través del uso de la mente completa, el propio pensar, sentir y hacer. El lugar elegido para su realización es el Ibis Styles del 28 al 31 de este mes, en horario de 09:30 a 14:30 horas.

Las personas interesadas pueden pedir más información o inscribirse enviando un correo electrónico a aprendizajevital.es@gmail.com o en los teléfonos 687361244 y 639179717 hasta el 25 de agosto. Mientras, en Quincemil hemos charlado con Alberto Fraga y Francisco Chas sobre esta etapa, las dudas e inquietudes de los adolescentes y qué pueden hacer familias y centros educativos para asegurar el bienestar de los jóvenes.

Proponéis un taller sobre autoliderazgo para adolescentes. En ese sentido, ¿qué entendemos por autoliderazgo? ¿Qué aspectos se tratan en el taller? Y, ¿por qué está dirigido a adolescentes?

Entendemos el autoliderazgo como un proceso. Un proceso que consiste en el desarrollo de la habilidad de impulsarte a ti mismo hacia tu autorrealización, yendo hacia tus propias metas de una manera ecológica y congruente, es decir, integrando tu pensar, tu sentir y tu hacer. En el taller tratamos aspectos estructurales que soportan y permiten alcanzar y sostener el autoliderazgo; aspectos como el autoconocimiento, la autogestión, la autorregulación, la importancia de saber generar distinciones adecuadas y aprender a manejar el espacio personal.

Hemos decidido crear este taller para adolescentes porque consideramos que están en una etapa clave de su desarrollo, en un momento de frontera, en un final pero también en un principio. Tienen por delante un territorio desconocido que surge de una metamorfosis total, están en un momento de cambios muy profundos y esto es siempre una gran oportunidad para que puedan crear una vida a su medida, si reciben el apoyo y la orientación adecuada.

Nuestra experiencia trabajando con jóvenes y adolescentes nos dice que si les das la oportunidad de crecer y de mejorar, lo hacen; porque están deseando recibir los permisos, la orientación y los recursos para hacerlo

¿Es la primera vez que hacéis este taller en A Coruña? ¿Cuál es vuestra experiencia en ediciones anteriores?

Específicamente de autoliderazgo con adolescentes es el primero que hacemos. Aunque sí hemos trabajado, con grupos de edades diversas y con grupos de jóvenes, diferentes temáticas en las que el autoliderazgo está implícito, como por ejemplo "creando futuro", "autorregulación emocional", "más allá de tu familia", entre otros muchos. Nuestra experiencia trabajando con jóvenes y adolescentes nos dice que si les das la oportunidad de crecer y de mejorar, lo hacen; porque están deseando recibir los permisos, la orientación y los recursos para hacerlo. Necesitan sentirse sostenidos, respetados y comprendidos por los diferentes contextos en los que habitan: familiar, escolar, de amistades…

¿Cuáles son las dudas o inquietudes que os transmiten los chicos/as en los talleres? Y, ¿qué problemas o necesidades detectáis en estas edades?

Les preocupa cómo relacionarse ahí afuera, los aspectos sociales y la imagen que han de dar. Nos transmiten los miedos e inseguridades que tienen con respecto a sí mismos, a quiénes son, a los demás, al mundo que nos rodea, a cómo crecer y poder crear un futuro. Muchos echan de menos tener más apoyo en casa y una mejor comunicación. Algunos expresan su desencanto con el ámbito escolar y formativo. Otro tema que les preocupa y con el que algunos se ven sobrepasados, son los cambios que están viviendo a nivel físico, mental y emocional. En general nos transmiten su necesidad de ser escuchados, no juzgados.

En cuanto a los problemas en estas edades, lo primero, es que percibimos padres inseguros y con miedo ante la pubertad y adolescencia de sus hijos, lo que conlleva una falta de referentes claros. Por otro lado, reciben infinidad de mensajes contradictorios lo que les genera una gran confusión. Estos mensajes contradictorios, los reciben de los dos mundos que habitan de igual manera, de su mundo real o físico, de su mundo virtual y de la gran divergencia entre ambos. También observamos que han desarrollado una grave necesidad de inmediatez y a menudo no han aprendido a elegir. Están en un contexto confuso y cambiante, lleno de retos, en el que necesitan aprender a gestionar la incertidumbre, para lo que es básico comprender su propio proceso de desarrollo y adquirir la capacidad de ser asertivos.

Imagen de archivo de un grupo de adolescentes (Shutterstock).

Imagen de archivo de un grupo de adolescentes (Shutterstock).

En los últimos años se han publicado numerosos artículos alertando del empeoramiento de la salud mental de los/as adolescentes, tanto por la exposición a las redes sociales, como por la incertidumbre general acrecentada por la pandemia, ¿cómo percibís el estado de ánimo en estas edades? ¿Creéis que ha empeorado o se ha visto afectado de algún modo por estas variables?

Es cierto que cada vez hay más datos que alertan sobre un empeoramiento de la salud mental, también de los adolescentes. Vivimos en un mundo cada vez más líquido, en el sentido en que hemos pasado de un mundo de certezas y certidumbres a un mundo de incertidumbres y cambio permanente. Nosotros a su edad, más o menos, sabíamos a qué atenernos, qué nos podía deparar el futuro. Hoy a los jóvenes en general se les presenta un futuro cada vez más incierto sobre el que no hay referencias precisas, además de una versión negativa a nivel ecológico, social, laboral… Ante este panorama es normal que buena parte de los jóvenes vivan perdidos y desorientados, aunque cuentan con un gran potencial de mejora a su disposición. Hay jóvenes que viven con la ilusión de poder cambiar y mejorar el mundo en el que viven, chavales proactivos dispuestos a crear un mundo nuevo, a vivir mejor, pero necesitan orientación para poder enfocar y canalizar su potencial de manera eficaz para poder crear un mundo a su medida.

La pandemia ha provocado una mayor dependencia de las redes para interactuar con los otros, ha llevado a pasar un mayor tiempo expuesto en las mismas y ha ayudado a visibilizar aún más, problemas que ya había. Internet y las redes sociales bien utilizadas son una herramienta de gran valor. Indudablemente todos los jóvenes están mediatizados por la influencia de las redes y el tipo de material y contenidos a los que pueden acceder, de lo que los adultos somos responsables, responsabilidad que no ejercemos. Muchos de los materiales a los que tienen acceso son inadecuados para su edad y su desarrollo e implican importantes riesgos. Tener acceso a contenidos totalmente inadecuados provoca, entre otras cosas, dependencias, compulsividad, desinformación y deteriora el desarrollo de los modelos relacionales sanos, tanto a nivel psicoafectivo como psicosexual.

En general la población adulta no comprende bien a los adolescentes. Esto se muestra a través de la tendencia que hay por parte de los adultos a dramatizar sobre esta etapa, a justificar y a mirar hacia otro lado

En ocasiones se habla de "generación de cristal" para referirse a los/as nacidos a partir de los 2000. ¿Qué pensáis de este término? ¿Son los/as adolescentes de ahora más "frágiles"? ¿Creéis que la población adulta comprende bien a los/as adolescentes?

Utilizar este término para definir a los nacidos a partir del año 2000 es un estereotipo, una etiqueta como tantas otras que se emplean para hacer generalizaciones. No creemos que los adolescentes de ahora sean más frágiles. Creemos que han aprendido, como consecuencia de lo que se les ha enseñado y se les ha demandado, a comportarse de una manera distinta como adaptación a un contexto que ha respondido a sus necesidades y sus carencias de una determinada manera. En general la población adulta no comprende bien a los adolescentes. Esto se muestra a través de la tendencia que hay por parte de los adultos a dramatizar sobre esta etapa, a justificar y a mirar hacia otro lado. Esto, la mayoría de las veces, nos habla de su propia confusión, de sus carencias, de no sentirse competentes para apoyar, orientar y acompañar a los adolescentes como lo necesitan. Todo esto, normalmente, está motivado por la no superación o la no integración de los retos de la propia adolescencia.

¿Qué se puede hacer desde los colegios e institutos para asegurar el bienestar de los/as adolescentes? ¿Y en las familias? ¿Echáis algo en falta?

Lo primero sería que los adultos a cargo de adolescentes, en cualquier ámbito, entiendan que la adolescencia es una etapa del desarrollo vital llena de posibilidades y la importancia que tiene dar un apoyo de calidad en la misma, ya que va a ser determinante para el desarrollo y la orientación de los jóvenes en su vida adulta. Teniendo esto claro, lo siguiente sería que tengan un conocimiento claro de cuáles son las necesidades en esta etapa evolutiva y de cómo responder a las mismas de manera eficaz y congruente.

El siguiente paso sería la generación de entornos relacionales sanos y ecológicos en todos los ámbitos, con referentes consistentes y de alta calidad humana, basados en el compromiso, la disponibilidad, la atención y el cuidado. Es decir, el desarrollo de una competencia parental consciente a nivel familiar y la formación de los educadores y docentes más allá de un ámbito meramente académico. Esto mismo es lo que echamos de menos, por eso hemos desarrollado un modelo de trabajo con diferentes talleres, en los que atendemos tanto las necesidades de familias, como de los profesionales de educación y por supuesto de los propios adolescentes.