El próximo martes los alumnos del instituto Manuel Murguía de Arteixo vivirán, en parte, lo que es ser astronautas. Un grupo de seis alumnos del centro llevan meses trabajando en la fabricación de un satélite de órbita baja que el próximo martes será lanzado a mil metros de altura. Esto es, la atmósfera.

Lo harán en el aeródromo de Cerceda. El objetivo es que el pequeño artefacto surque el cielo y aterrice de nuevo en tierra gracias a un pequeño paracaídas que llevará incorporado. No se trata únicamente de un estudio educativo, ya que paracaídas el pequeño artefacto recogerá datos de todo tipo (altura, velocidad, imagen, posición, etc.) y los enviará online a través de Internet.

Esta "misión" espacial corresponde al desafío CanSat, una iniciativa que promueve la Agencia Espacial Europea. Alumnos de toda Europa construyen y lanzan cada año un mini satélite del tamaño de una lata de refresco.

¿Qué es un CanSat?

Un CanSat es una simulación de un satélite real, integrado dentro del volumen y la forma de una lata de refresco. El desafío para los estudiantes es adaptar todos los subsistemas principales que se encuentran en un satélite, como la energía, los sensores y un sistema de comunicación, dentro de este espacio tan reducido.

El objetivo es recuperar el satélite sano y salvo. De ahí que lleve un paracaídas incorporado. El grupo de estudiantes de Arteixo se ayudará de un dron para subir el pequeño artefacto a la capa baja de la atmósfera.

El nombre de este pequeño equipo de "astronautas" se llama CosmoMurguía. El grupo está dirigido por Ramón Pasandín, profesor de tecnología y sistemas electrónicos en la ESO. Con todo, el equipo está formado tanto por alumnos de Bachillerato como de Educación Secundaria Obligatoria.

El próximo martes los alumnos del IES Manuel Murguía no solo comprobarán si su pequeño cohete es capaz de alcanzar el kilómetro de altura, sino también si es viable retransmitirlo en tiempo real.