La Casa de las Ciencias vuelve a contar con uno de sus módulos estrella: la incubadora de pollitos de la planta baja que tanto gusta a sus visitantes, sobre todo a los más pequeños. 

El objetivo era hacerla más espaciosa y accesible a las visitas, estando especialmente adaptada para facilitar que los más pequeños puedan contemplar el nacimiento de las crías de gallina a través de una cristalera baja. 

Volverá a estar situada en su ubicación original, en la planta baja del museo, y se estima que cada día se producirán diez nacimientos de crías de gallina en su interior. En parte, gracias a la mejora de condiciones de temperatura, humedad e higiene de la nueva incubadora.

La primera vez que este elemento formó parte de la Casa de las Ciencias fue hace 27 años, en 1997, como parte de la exposición temporal Amarelo por natureza. Desde entonces, se mantuvo de forma permanente por su interés didáctico y las peticiones del público.

Tras 21 días de incubación en unas condiciones determinadas, los pollitos rompen el cascarón y, después de un breve descanso, empiezan a caminar, beber y alimentarse de manera autónoma. Posteriormente, son repartidos en granjas locales de la provincia de A Coruña.