Hércules (Heracles) era el héroe más célebre y admirado de la mitología griega, hijo del Rey del Olimpo, Zeus. El principal atributo por el que se le conocía era su extraordinaria fuerza, pero también era un ejemplo de coraje, honor, orgullo y bondad. Se le consideraba el ancestro de los Reyes de Esparta y, de todos los relatos mitológicos que existen sobre él, los más famosos son los “Doce trabajos de Hércules”, en los que se tuvo que enfrentar a animales y seres fantásticos, convirtiéndole en el héroe por excelencia de la Antigüedad. En Galicia también tuvimos nuestro propio Hércules. Un gallego con una vida de novela que fue marinero, que se enfrentó con toros, que fue actor, entrenador de fútbol, campeón mundial de lucha y boxeador de los pesos pesados que a punto estuvo de arrebatarle el título a una de las mayores leyendas de la historia del boxeo. Esta es la historia del gigante de Mugardos, el Hércules gallego: Andrés Balsa Antón.

Estatua de Hércules en el Museo de Arte Metropolitano, Nueva York. https://www.metmuseum.org

Andrés nacía en Mugardos el 11 de marzo de 1883. Era hijo de una humilde familia de agricultores que creció entre penalidades, hambre y miseria, hasta que descubrió que tenía algo que los demás no. Con sus dos metros de altura y sus más de 100 kilos era una formidable fuerza de la naturaleza, un portento físico que decidió aprovechar esa ventaja que el mundo le había dado.

Así que, a principios del siglo XX, comenzó a ir de feria en feria, realizando espectáculos y exhibiendo su fuerza y fortaleza sin igual, hasta que decidió enrolarse en la Marina Mercante y partir rumbo a América. Sería en las cubiertas de aquellos barcos en donde nuestro gigante aprendería a luchar.

En un viaje a Nueva York, con 19 años, uno de los oficiales del barco le animó a inscribirse en un torneo de lucha que se iba a celebrar en Brodway dotado con un premio de 500 dólares, en el que un campeón norteamericano retaba a cualquiera a enfrentarse a él. Andrés volvió al barco 500 dólares más rico y vio claro cuál iba a ser su futuro.

Foto promocional de Andrés. http://deferrolparaelmundo.blogspot.com

En 1912 aparecen ya en algún periódico norteamericano noticias sobre el extraordinario campeón gallego de lucha y sus logros a lo largo y ancho de Estados Unidos. Sus hazañas se volvieron legendarias cuando se hizo con el cetro mundial de lucha libre en el torneo mundial celebrado en Nueva York en 1915, y en el que participaba junto a otros 35 luchadores de todo el planeta.

Los norteamericanos comenzaron a llamarle “Bull-Dog”, ya que era intratable en la lucha. Nadie podía con él y su fama traspasaba fronteras.

En octubre de 1916 viaja a Panamá para un torneo que fue un fracaso, ya que nadie se atrevía a luchar contra él. Su paso por Estados Unidos, en el que había vencido a decenas de campeones, le había labrado una fama de campeón invencible, lo que le supuso grandes problemas al no encontrar contrincantes con los que enfrentarse. En un torneo en Lima tuvo que animar él mismo a gritos a que alguien se enfrentase con él. Un ruso aceptó el reto, pero le pidió combatir en lucha grecorromana, no en lucha libre, creyendo que Andrés declinaría la invitación. El gallego por supuesto aceptó, pero el ruso se excusó porque ese día se encontraba indispuesto…

Retrato de Andrés en la revista “Vida Gallega”. https://www.wikidata.org

En uno de sus viajes a México fue invitado a una novillada, en la que se vio obligado a agarrar un toro de lidia por los cuernos con sus titánicos brazos. En tan solo 3 minutos ya había derribado al animal inmovilizándole la cabeza contra el suelo. De ahí nacería otro de los “deportes” que solía practicar, el de derribador de toros.

Tras haber luchado prácticamente en todas las capitales del mundo occidental, Nueva York, Río de Janeiro, Montevideo, Liverpool o Madrid, Andrés decidió volver a casa. Llegaba al puerto de Vigo el 1 de julio de 1920, y fue recibido por la multitud como el héroe gallego que había vencido a todos sus contrincantes. El de Mugardos había conseguido uno de sus mayores sueños: “Que sus victorias se conocieran en su pueblo”.

Andrés y su hijo. http://deferrolparaelmundo.blogspot.com

Y decidió que la lucha le aburría y se propuso boxear, un deporte para el que no tenía técnica, ni conocimiento, ni estrategia. Y aún así siguió venciendo en el cuadrilátero por golpes secos y formidables que tumbarían a cualquiera. 

Foto promocional de Andrés Balsa. https://superdeporte.es

Pero el cénit de su carrera llegaría en 1921, con un combate del que hoy en día la prensa americana todavía escribe. Porque ese año Andrés llegaba a Nueva York para disputar el título mundial de los pesos pesados al vigente campeón, Jack Dempsey. No consiguió derrotarlo, pero el norteamericano llegó a decir que nunca se había enfrentado jamás a un rival tan extraordinario como el gallego, y que su victoria había sido por pura suerte. Dempsey mantendría el cetro del título mundial de manera ininterrumpida hasta 1926.

Jack Dempsey. https://deportescineyotros.com

Si su vida con la lucha y el boxeo no fuera ya suficientemente legendaria, entre victoria y victoria, Andrés participó en 1913 en la película “Quo Vadis”, una de las primeras superproducciones de la historia, con más de 5.000 extras, decorados lujosos y una duración inédita para la época, dos horas. “Quo Vadis” fue uno de los primeros éxitos de taquilla en la historia del cine y se convirtió en el ejemplo a seguir por las superproducciones que se rodarían en las siguientes décadas. En esta película Andrés interpretaría a “Ursus”, el protector de la hermosa Ligia, y formaría parte de una de las escenas más épicas e icónicas de la historia del séptimo arte: su enfrentamiento con un toro en el Coliseo de Roma. Por este papel ganaría una pequeña fortuna para la época, 5.000 dólares.

Fotograma de la película. https://biblefilms.blogspot.com

A partir de los 40 años su capacidad física comenzó a mermar y, aunque seguiría peleando, decidió fijarse en otro deporte que le atraía enormemente, el futbol. Andrés dirigió al Celta de Vigo, al Deportivo de La Coruña, al Castellón y al Valencia, dejando recuerdo de sus efectivos métodos de entrenamiento físico, que en aquella época nadie había utilizado jamás.

Andrés Balsa con un jugador lesionado. https://medium.com

A finales de la década de 1950 emigra a Brasil con su esposa, para vivir con su hijo, pero parece ser que regresan a España tras el fallecimiento de éste.

A pesar de ser un portento físico, un gigante, un luchador que se ganaba la vida a mamporrazos, se decía de Balsa que era un pedazo de pan, un bonachón a más no poder, que era demasiado bueno para este mundo, falto de cualquier tipo de malicia quizá desaparecida tras tanto puñetazo. Andrés fallecía en Madrid en diciembre de 1973, nadie en Galicia le recordaba, hasta hoy, que ya forma parte para siempre de nuestras Historias de la Historia como el Hércules gallego que maravilló al mundo: Andrés Balsa Antón.

Andrés Balsa

Historias de la Historia…

Iván Fernández Amil. Top Inspira LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.

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Referencias:

  • es.wikipedia.org
  • fameceleste.com
  • deferrolparaelmundo.blogspot.com
  • lasprovincias.es
  • medium.com
  • laopinioncoruna.es
  • boxeadores.cl
  • yoentrenealcelta.blogspot.com
  • ciberche.net
  • boxerlist.com
  • wikidata.org
  • farodevigo.es
  • superdeporte.es