Son muchos los países del mundo en los que tiene lugar la Fiesta de los Muertos. En algunos de ellos predomina la faceta religiosa, que busca adornar de forma especial las tumbas de los fallecidos, orarles y honrar su nombre; en otros la celebración es más lúdica, basada en ritos ancestrales de comunión entre la vida y la muerte. Y es que la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre y tiene muchas y muy diversas interpretaciones

El origen de esta fiesta en el mundo occidental está en el Samhaín, un término procedente del antiguo idioma gaélico, hablado por los Celtas que significa “fin del verano”. Hay muchas evidencias que afirman que en algunas regiones de la Europa Atlántica tenía lugar una fiesta de origen pagano llamada Samhaín, que conmemoraba el final de la temporada de cosechas y daba la bienvenida al invierno, la llamada “estación oscura”. Países como España, Portugal, Francia, Irlanda, Escocia e Inglaterra celebraban este evento del 31 de octubre al 1 de noviembre y consideraban a esta noche la más sagrada del año.

 Samhaín celta (Fuente: History.com)

Los celtas creían que durante el Samhaín se difuminaba la distancia entre el mundo de los vivos y de los muertos, que los espíritus regresaban desde el más allá para mezclarse con los vivos. Para alumbrar su camino tallaban nabos con velas dentro, una tradición muy popular entre los pueblos celtas. El ritual se acompañaba con disfraces de animales, con grandes túnicas que pretendían despistar a los malos espíritus y evitar ser poseídos por ellos. Los Druidas o sacerdotes celtas dirigían la ceremonia, en la que se bailaba alrededor de una hoguera. Se dice, incluso, que se realizaban sacrificios animales y humanos, aunque esto último no ha llegado a constatarse. 

En definitiva, el Samhaín sobrevivió como fiesta pagana en la que dar salida a los instintos más primarios. Pero llegó la romanización de los pueblos celtas y el Samhaín se mezcló con las fiestas romanas. Con la dedicada a la diosa de la cosecha, Pomona y con el festival romano de los difuntos, conocido como Parentalia. En él los romanos rendían culto a sus familiares fallecidos llevando flores a su tumba

Con la caída del Imperio romano y la consolidación del Cristianismo como religión predominante se reprimieron las fiestas paganas. Pero el Samhaín siguió celebrándose en la intimidad y logró llegar hasta nuestros días, en los que ha tomado diferentes manifestaciones. 

¿Cómo se celebra el Día de los Muertos en todo el mundo? Estas son las principales fiestas y tradiciones relacionadas con la mágica y ancestral fiesta celta.

Samaín: cómo celebramos en Galicia la fiesta más siniestra del año

Grafiti de la Santa Compaña en Pontevedra (Fuente: @Lameiro vía Wikipedia)

Curiosamente es en Galicia donde la celebración del antiguo Samhaín ha resistido el paso del tiempo mucho mejor que en otros lugares de Europa y de la Península Ibérica, quizá porque la invasión romana no alcanzó muchos lugares de especial orografía donde la fiesta pagana logró sobrevivir. Eso sí, la cristianización de la región hizo que el Samhaín, en Galicia denominado Samaín, Noite de Bruxas o Noite de Meigas, tomara tintes religiosos. 

Es por eso que el Día de Difuntos en Galicia es cosa seria, con visitas a los cementerios y ofrendas florales a los muertos. Es en el rural gallego donde se mantienen tradiciones como el desfile de la Santa Compaña, en la que procesionan las almas de los muertos o la Misa de Ánimas. 

En las zonas urbanas, la influencia del Halloween americano, con disfraces de personajes terroríficos y el famoso “truco o trato”, van ganando cada vez más terreno a nuestras antiguas costumbres. 

Irlanda, uno de los orígenes del Samhaín

 Jack O’Lantern (Fuente: Taylor Foss vía Unplash)

Países como Irlanda y Escocia, donde el Samhaín tenía gran importancia, conservaron casi intactas sus tradiciones, pues los romanos no consiguieron jamás poner un pie en las islas, por lo que el legado celta mantuvo su entidad. 

Así, los irlandeses siguen disfrazándose para engañar a los malos espíritus y evitar ser poseídos, encienden grandes hogueras protectoras, tallan calabazas con velas en su interior y cocinan dulces especiales. Los niños salen a la calle en busca del Truco o Trato, que en Irlanda es una costumbre muy antigua, y juegan al famoso Muerde la Manzana, colgando varias manzanas de una cuerda e intentando cogerlas con la boca. 

Austria, la Semana de Todas las Almas

Semana de Todas las Almas (Fuente: @coincidence vía Unplash)

En Austria prolongan la celebración de esta fiesta durante siete días. Es la Semana de Todas las Almas o “Sleenwoche”, que tiene lugar desde el 30 de octubre hasta el 8 de noviembre. 

Consiste en honrar a los difuntos mediante misas y otros eventos religiosos. Además la Noche de los Muertos reciben a los buenos espíritus dejándoles agua y pan y la luz encendida para orientarlos en la oscuridad

Halloween, la versión americana y la más comercial

Adornos en el jardín (Fuente: Dillon Kydd vía Unplash)

Sin duda, la celebración más extendida a nivel mundial es el famoso Halloween, una fiesta que se proclama como americana pero que en realidad tiene orígenes celtas, romanos y cristianos.

¿Cómo llegó el antiguo Samhaín a Estados Unidos? A mediados del s. XIX, durante la Revolución Industrial, fueron miles los irlandeses y escoceses que emigraron a Estados Unidos escapando de una gran hambruna en las islas. Fueron ellos quienes introdujeron en el país la festividad de Samhaín, que se mezcló con otras costumbres americanas derivando en el actual Halloween.

Fueron también los irlandeses los que contagiaron a los americanos la leyenda de Jack O’Lantern, personaje que tallaba nabos, aunque en EEUU se sustituyeron por calabazas por su abundancia y su facilidad para tallarlas.

Payaso terrorífico (Fuente: Tom Roberts vía Unplash)

Hoy en día Halloween se ha apartado de su antigua esencia para convertirse en una fiesta muy comercial. Eso sí, los americanos adornan sus casas a lo grande, cocinan su Pumpkin pie o tarta de calabaza, se visten con disfraces terroríficos y los niños salen a la calle buscando caramelos mediante su “Trick or Treat”. Es también en EEUU donde nace la relación entre Halloween y el miedo más absoluto, con disfraces de brujas, momias, vampiros, zombis y personajes de películas del género de terror. 

Es indudable que Halloween tiene un gran tirón y que se ha extendido a otros lugares del mundo, como Canadá y gran parte de Europa, que siguen la estela americana en su celebración del Día (o la noche) de los Muertos. 

México, el Día de los Muertos

Catrina mexicana (Fuente: Shutterstock)

Si hay un país que se desmarca del Halloween americano y conmemora a lo grande su Día de los Muertos, ese es México. La película de Disney “Coco” ha popularizado estos últimos años la estética mexicana del Día de Muertos, aunque ya personajes como la Catrina eran conocidos e imitados en todo el mundo en estas fechas. 

Los indígenas realizaban muchos rituales relacionados con el mundo de los muertos desde los tiempos prehispánicos, enfocados al recuerdo, a no olvidar, de ahí que en la famosa “Coco” la canción protagonista sea Recuérdame. No olvidar a los muertos, sentir que siguen presentes en el mundo de los vivos, es el propósito principal de la fiesta mexicana.

Madagascar, el regreso de los muertos

Famadihana (Fuente: Instagram @vazahaofficial)

No sólo en Occidente se rinde culto a nuestros fallecidos. En muchos países africanos tienen una relación muy íntima con la muerte. Es el caso de Madagascar, donde celebran la “Famadihana”, una noche en la que los muertos regresan al mundo de los vivos y se mezclan con ellos. 

Una de sus costumbres es exhumar esa noche los restos de sus familiares, vestirlos, acicalarlos y pasar tiempo en su compañía, bailando, comiendo y, en definitiva, honrando su memoria con este curioso ritual. 

China, los espíritus y el “más allá”

En algunos países asiáticos también tienen su particular relación con la muerte, como China, donde el Halloween se llama “Teng Chieh” y consiste en volver a conectar con sus familiares fallecidos a través de ofrendas. 

Como en China la vida se hace a pie de calle, estas ofrendas florales, con velas, incienso y mucha comida, se suelen celebrar en altares improvisados en las calles, parques o plazas. También hacen barcos o figuras de papel que dejan en los ríos para simbolizar que las almas de los fallecidos parten en paz al otro mundo

Emma Sexto

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