El 2 de febrero de 1974 se realizaba en China uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de todos los tiempos: el legendario ejército de terracota, enterrado para proteger la Tumba de Qin Shi Huang, unificador y “Primer Emperador” de China. Durante su gobierno Huang ordenó la edificación de una gran fortificación a lo largo de su frontera. Pero para financiar este proyecto necesitaba ingentes recursos de los que no disponía. La leyenda cuenta que usó un juego de azar, el keno, considerado la primera lotería de la historia, para financiar su monumental obra: la Gran Muralla China. En España, otro juego de azar fue también instaurado para financiar al Estado, la Lotería Nacional. Cada 22 de diciembre se celebra el Sorteo de Navidad, el Gordo, que ha hecho millonarios a miles de personas a lo largo y ancho de todo el mundo. Pero en una ocasión, el “azar” quiso que el premio casi al completo cayera en una sola persona, uno de los mayores empresarios y banqueros de la historia de España, un gallego que tuvo la “suerte” de su lado, y quizá también una mano amiga. El “afortunado” Pedro Barrié de La Maza.

En el siglo XVIII, el Rey Carlos III traía a España desde Nápoles una idea para concebida para aumentar los ingresos del erario público sin quebrantar aún más los bolsillos de los contribuyentes, la lotería. El primer sorteo se celebró el 10 de diciembre de 1763 y se le considera el antecesor de la actual Lotería Primitiva.

Pero la Lotería moderna como la conocemos en la actualidad surgiría casi 50 años después, mientras los españoles luchaban en la Guerra de la Independencia contra Napoleón para expulsarlo de la Península. Debido a la guerra la Hacienda Pública estaba bajo mínimos, por lo que se ideó un sorteo a nivel nacional para intentar recomponer las arcas del Estado. Para ello se creó la Real Lotería Nacional de España el 25 de noviembre de 1811. Su primer sorteo se realizaría en Cádiz el 4 de marzo de 1812.

Desde que existen registros de la Lotería Nacional, tras la Guerra Civil, la recaudación de dinero para el Estado creció exponencialmente, pasando de recaudar 330 pesetas (1,98€) en 1940 a los 10.000 millones de euros que se recaudan anualmente en la actualidad. El primer Sorteo de Navidad, conocido en los cinco continentes como El Gordo Español, se celebró el 18 de diciembre de 1812 y desde entonces nunca ha sido suspendido, ni siquiera durante la Guerra Civil, en la que cada uno de los bandos organizó su propio sorteo. 

Y en 1958 se produjo un episodio quizá único: Todo el premio, o casi todo, fue a parar a una sola persona. El “afortunado”, nada más y nada menos que uno de los gallegos más importantes de todos los tiempos: Pedro Barrié de La Maza, Conde de Fenosa.

Barrié tenía una de las mayores fortunas de España, y su grupo de empresas llegó a contar con más de 12.000 empleados, con negocios en astilleros (Astano), navieras, consignatarias, eléctricas (Fenosa), bancos (Banco Pastor), balnearios, minas, ferrocarriles… y marcó como nunca antes nadie había hecho el devenir económico, industrial y social de Galicia. Las obras de ingeniería que Pedro Barrié impulsó a través de Fenosa marcaron hitos en la historia de la construcción hidráulica mundial, y Astano se convirtió bajo su mando en el astillero más moderno de España y en un referente de la Construcción Naval mundial.

Barrié era un “lince” para los negocios, pero además tenía algo que pocos poseían, la amistad de Francisco Franco. Su relación llegaba hasta tal punto que el industrial se hizo con el famoso Pazo de Meirás para regalarlo como residencia veraniega al dictador. Hay quien teoriza que su aproximación a Franco es consecuencia directa de su posición social, ya que necesitaba favores que solo podía conseguir acercándose a él y al régimen, aunque realmente no comulgaba ni con sus ideas ni con sus actos. Otros, en cambio, creen todo lo contrario, que Barrié era otro fan del ideario del franquismo y que su proximidad al dictador fue, además de interesada, voluntaria y acorde con su propia manera de pensar.

Sea como sea, sus paseos públicos en el yate “Azor”, sus días de golf con el ferrolano, su nombramiento como Conde de Fenosa, sus veranos en el Pazo de Meirás junto a la familia Franco, y su puesto de procurador en las Cortes, le convirtieron en una de las figuras más prominentes de todo el aparato franquista.

Pero en 1957 las cosas no iban tan bien cómo parecía. Ese año se comenzaba la construcción del Embalse de Belesar, el más grande y moderno de Galicia y, en aquella época, de toda Europa, pero una fuerte crisis económica había vaciado las arcas tanto del Estado como las de Barrié, que se encontraba en una situación extrema. Hacía falta dinero y quizá, solo quizá, la Lotería podía ayudarles a todos…

El 22 de diciembre de 1958, el Gordo cae en el número 33.704, dejando como premio 210 millones de pesetas (un millón doscientos mil euros), una fortuna para la época. Seis de las siete series del número habían sido vendidas en la Administración de Loterías Nº3 de A Coruña, situada en la calle San Andrés, 180 millones (1,08 millones de euros al cambio actual). 

Solo alguien con gran poder económico podría haber hecho semejante desembolso de billetes de lotería, así que se desataron las especulaciones y teorías sobre quiénes podrían haber sido los agraciados. Se intentó por todos los medios saberlo, pero nadie soltaba prenda. La última semana de diciembre se supo que el número había sido depositado en la oficina del Banco Pastor en el Cantón Grande, pero su director se negó siquiera a hablar sobre el tema con nadie. Lo que quedaba claro es que solo había un propietario y un ganador, que había comprado seis de las siete series del número.

Pero la gente ató cabos: Un comprador, con un importante capital para hacerse con el número casi completo, los décimos depositados en el Pastor… Todo apuntaba a una persona: Pedro Barrié de La Maza.

Algunas teorías dicen que Barrié fue el agraciado de aquel Gordo de 1958 porque así lo quiso Francisco Franco, y para ello aportan algunos datos, como que el sorteo de ese año no fue público por primera vez en la historia, o que la séptima serie del número (puesta a la venta una semana antes del sorteo) fue a parar íntegramente al Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil, quizá para silenciar bocas. O que su viuda, Carmela Arias, afirmaba que a Pedro “le había tocado el gordo, pero que había sido para beneficio de Galicia”.

Aunque nunca hubo confirmación oficial por parte de Barrié, parece que, efectivamente, él había sido el ganador de los 180 millones de pesetas, aproximadamente la mitad del coste del Embalse de Belesar…

¿Tuvo Barrié una suerte increíble? ¿O fue Franco el que se la regaló? ¿Se utilizó el Gordo de la Navidad para financiar la construcción de Belesar? Quizá nunca lo sabremos. Quizá toda esta historia sea una leyenda urbana. Quizá todo sea cierto.

Lo que sí sabemos con total seguridad es que a las 10 de la mañana del 10 de septiembre de 1963, el coche oficial de Francisco Franco dejaba atrás el Pazo de Meirás. Y que, a las doce y media, acompañado por el Ministro de Obras Públicas, el de Marina, el de Industria, y por Pedro Barrié de La Maza Conde de Fenosa, inauguraba el Salto de Belesar, el mayor y más moderno de toda Europa. 

Historias de la Historia…

Iván Fernández Amil. Top Inspira LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.

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Referencias:

• es.wikipedia.org
• farodevigo.es
• anosaterra.com
• laopinioncoruna.es
• masquedinero.weebly.com
• lavozdegalicia.es
• march.es
• galiciaunica.es
• dbe.rah.es
• galiciamaxica.eu
• economiadigital.es