El 15 de diciembre de 1930 un avión Breguet 19 cargado de bombas despegaba del aeródromo de “Cuatro Vientos” en Madrid. Su destino era el Palacio Real. Su objetivo era bombardearlo y acabar con la vida de sus residentes: el Rey Alfonso XIII y toda su familia. Afortunadamente la Plaza de Oriente estaba a rebosar de mujeres y niños, por lo que se abortó la misión de aniquilar a los Borbones. El piloto que a punto estuvo de cambiar la historia de nuestro país era un héroe nacional, y el español más famoso de su época tras haber logrado una hazaña que batía todas las marcas de la aeronáutica en el legendario vuelo del Plus Ultra. En él recorrió 10.270 kilómetros y por ello el inolvidable Carlos Gardel le compuso un tango. Un hombre cuyo apellido siempre le precedía. Un gallego de izquierdas, republicano y aventurero, hermano menor del dictador que posteriormente gobernó España durante casi 40 años: Ramón Franco Bahamonde, el “Chacal”.

Ramón nacía el 2 de febrero de 1896 en Ferrol. Era el pequeño de cuatro hijos. Su padre era marino militar con experiencia en Cuba y Filipinas, y sus ideas tiraban por la vía liberal. Su madre, en cambio, era una ferviente católica y seguidora de las directrices morales de la Iglesia. Ramón era el que más se asemejaba a su padre. Era aventurero y rebelde, nada que ver con su hermano Francisco, más ligado a la manera de ver el mundo de su madre.

Los dos se decantaron por la carrera militar. Francisco se centraba en progresar siguiendo las directrices y el escalafón según lo establecido. En cambio, Ramón nunca perdía la oportunidad de salirse del camino y buscar maneras alternativas de saltarse las normas.

En Melilla, desde donde se controlaba la zona del protectorado español de Marruecos, Ramón estaba en su salsa haciendo gala de sus extravagancias y ocurrencias que la tropa jaleaba incansablemente: hablaba árabe, leía el Corán, vestía chilaba y llevaba la cabeza rapada y con barba. Además, era un temerario en el campo de batalla, lo que le valió para ganarse el mote de “Chacal”.

Su carácter inquieto le llevó a interesarse por la aviación, rama del ejército en la que se formó como piloto en la base aérea de Cuatro Vientos. Tiempo después sería trasladado a la base de hidroaviones de Los Alcázares, en Murcia, donde se especializaría en el manejo del aparato que le daría fama mundial y le convertiría en un héroe a la altura del legendario Charles Lindbergh y su “Spirit of St. Louis”.

Su espíritu aventurero le llevó en 1925 a presentar un proyecto de vuelo de larga distancia entre España e Iberoamérica. Alfonso XIII se mostró entusiasmado con el proyecto y Primo de Rivera vio en esta iniciativa el vehículo perfecto para publicitar a España y que el país apareciese en los titulares de todo el planeta. Así que las autoridades de esa dictadura decidieron financiarlo y apoyarlo.

Así, el 22 de enero de 1926, un año antes de que Lindbergh cruzara el Atlántico, Ramón partía de Huelva a bordo de su hidroavión “Plus Ultra” para convertirse en el primero en atravesar el Atlántico Sur con escalas, en un vuelo que duró alrededor de 51 horas, divididas en 19 días y 10.270 kilómetros, hasta llegar a Buenos Aires, donde fueron recibidos como auténticos héroes. Su gesta fue uno de los grandes hitos de la historia de la aviación y significó el establecimiento de dos récords a nivel mundial: el de mayor distancia recorrida con escalas y el de mayor velocidad alcanzada por un hidroavión en vuelo.

Gracias a esta aventura Ramón Franco se convertía en un héroe nacional y el propio nombre de Plus Ultra se puso de moda. Era un hombre al que todos adoraban y también envidiaban. Si su hermano Francisco hubiera podido elegir, probablemente habría escogido ser aquel hermano, aquella versión de sí mismo más alto, más guapo, al que todos admiraban y que además era un héroe de fama mundial.

Ramón sigue intentando hacer historia y pone en marcha otro proyecto: Viajar hasta Washington en otra travesía atlántica. Pero en esta ocasión las autoridades no tenían tan claro que la cosa fuera a funcionar igual de bien. Aun así realiza un vuelo de prueba sin autorización, pero su aparato cae al mar. Del 22 al 29 de julio de 1929 desaparecen en alta mar, hasta que el portaviones británico “Eagle”, que iba rumbo a su base en Gibraltar, los encuentra y rescata.

Tras llegar a España son recibidos por la multitud como héroes y el rey les invita a palacio, donde les amonesta por semejante imprudencia. Pero Ramón se despacha a gusto públicamente tanto con el monarca como con Primo de Rivera y se declara republicano y de izquierdas, por lo que se le quitan todos los honores y el grado militar. 

El héroe se convierte en rebelde.

Disgustado, decide plantar batalla a sus enemigos a través de la política. Se hace activista republicano y masón y pasa por la cárcel en varias ocasiones, hasta que llegamos al día en que casi bombardea el Palacio Real y a punto está de cambiar la historia de España.

Días antes varios militares proclaman la Segunda República en Jaca y el ferrolano inicia su propia lucha en Madrid, encabezando la sublevación de la base aérea de Cuatro Vientos. A bordo de un avión Breguet 19 cargado de bombas Ramón se dispone a atacar el Palacio Real, pero la afluencia de personas ajenas a la monarquía en la Plaza de Oriente le obliga a abortar la misión y tan solo arroja papeles con proclamas revolucionarias sobre Madrid.

Tras el fracaso de la sublevación se exilió en Portugal, Bélgica y Francia.

El 13 de abril de 1931 Alfonso XIII abandona España, un día después se proclamaba la Segunda República, y Ramón es nombrado Jefe de la Aeronáutica Española, recuperando además su antigua condición de héroe nacional. Incluso llega a ser diputado por Barcelona tras afiliarse a ERC. Pero Ramón seguía siendo conflictivo, cabezota, provocador, exhibicionista e inconformista, así que decidieron mantenerlo lejos pero atado, nombrándole agregado aéreo en Washington.

En julio de 1936, cuando se inicia la Guerra Civil Española, la República le suspende de su cargo. Ramón se pone en contacto con un amigo preguntándole sobre un hipotético retorno a la zona republicana para ponerse a las órdenes del gobierno. El propio Presidente Azaña le contestó que no volviera, ya que lo iba a pasar realmente mal. Así que en octubre se presentó en Salamanca, en el cuartel general de los golpistas, tras la proclamación de su hermano como "Caudillo de España".

Hay distintas teorías que intentan entender y explicar por qué Ramón se unió al bando rebelde. Algunos simplemente afirman que los lazos familiares fueron los que le motivaron a cambiar de opinión. Otros creen probable que se uniera a los sublevados tras la conocida como “matanza de la Cárcel Modelo”, en la que su gran amigo Julio Ruíz de Alda fue fusilado por anarquistas republicanos.

Francisco Franco ascendió a su hermano a Teniente Coronel y le nombró jefe de la base aérea de Baleares. Esta decisión levantó ampollas en las filas franquistas que recriminaban a Ramón su pasado de izquierdas y republicano. Pero en Palma de Mallorca Ramón se convirtió en un militar estricto, serio y eficiente muy querido por la tropa, que lo recibió como un héroe que además era el hermano del líder de la rebelión.

El 28 de octubre de 1938 despegaba de Pollensa en un hidroavión de fabricación italiana cargado con 1.000 kilos de bombas. Su misión era bombardear algunos puntos estratégicos (no está claro si en Cataluña o Valencia) pero nunca llegó a su destino. Una tormenta acabó estrellando su nave en el mar, en la Bahía de Palma. Algunas teorías conspiratorias afirman que no fue un accidente, sino que su avión había sido saboteado por los masones o que había sido su propio hermano Francisco quien ordenó su muerte para quitarse un peso de encima. A día de hoy el misterio sigue sin resolverse.

Tras su muerte fue ascendido de manera póstuma al rango de Coronel.

Francisco Franco, tras conocer la muerte de su hermano, dijo: “No es nada la vida que se da alegre por la Patria, y me siento orgulloso de que la sangre de mi hermano, el aviador Franco, se una a la de tantos aviadores caídos”.

La repercusión del vuelo del Plus Ultra fue tal que, hasta el legendario Carlos Gardel compuso un tango en su honor llamado “La gloria del águila”, en el que canta y narra las extraordinarias hazañas de uno de los mayores héroes españoles del siglo XX, Ramón Franco Bahamonde.

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

Referencias:

• es.wikipedia.org
• lavozdegalicia.es
• inclusión.gob.es
• eldiario.es
• cope.es
• sapiens.cat
• larazon.es
• biografiasyvidas.com
• lavanguardia.com
• buscabiografias.com
• vanitatis.elconfidencial.com
• elmundo.es
• dbe.rah.es