El 26 de julio de 1953 un grupo de guerrilleros cubanos, opositores a la dictadura de Fulgencio Batista, asaltaban el Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba. Comandados por un joven abogado, Fidel Alejandro Castro Ruz, fueron fácilmente derrotados, pero aquel asalto fue el inicio del fin del régimen dictatorial de Batista, que culminaría el 1 de enero de 1959, dando comienzo a la Revolución cubana. Muchos jóvenes españoles encontraron en la lucha contra Batista una forma de devolver el golpe a la dictadura franquista que tanto daño les había hecho a ellos y a sus familias. Entre aquellos muchachos se encontraba una gallega que llegó a enfrentarse al ejército de Franco, que había sido detenida en Vigo y que había tenido que salir de huyendo de España perseguida por la dictadura, una mujer cuya lucha en Cuba fue tan determinante que fue condecorada por el mismísimo Fidel Castro. Esta es la historia de María Araujo Martínez, la “guerrilleira” gallega que defendió la libertad enfrentándose a Franco y a Batista.

María Araujo Martínez nacía en Carril, un pequeño pueblo marinero de Pontevedra, el 28 de octubre de 1904. Su padre era pescador y su madre mariscadora. Con tan solo dos años la familia emigra a Cuba y se instalan en el barrio de Casablanca de La Habana, un lugar en el que solían residir los pescadores gallegos emigrados a Cuba.

Tras estudiar en un convento se casa con tan solo dieciséis años con Sebastián Carcaño, otro gallego nacido en Mugardos, con el que tiene dos hijos poco tiempo después.

Sebastián se dedica a la pesca en el Golfo de México y participa en el movimiento sindical cubano en defensa de los trabajadores del mar, se vincula con el recién creado Partido Comunista de Cuba e introduce a María en la lucha sindical.

Pero en aquella época Cuba estaba gobernada por la dictadura de Gerardo Machado, que desató una feroz represión contra sindicatos y comunistas, así que decidieron volver a Galicia en 1927 con sus dos hijos.

Se asentaron en Vigo, donde María comenzó a trabajar en una fábrica de conservas de anchoa propiedad de un magnate griego. Es elegida delegada sindical, poco después ya dirigía el sindicato que agrupaba a 25.000 trabajadoras de la conserva y se hace militante del Partido Comunista de España. Todo lo que había aprendido en Cuba sobre la lucha social y sindical intentó aplicarlo en Vigo. Uno de sus mayores objetivos era la igualdad salarial hombre-mujer.

Pero en 1936 estalla la Guerra Civil. En Vigo los obreros se movilizan contra el alzamiento de Franco y las mujeres de la conserva se enfrentan con las tropas franquistas. Durante dos días se parapetan defendiendo parte de la ciudad, pero finalmente Vigo cae. María y Ángel tienen que pasar a la clandestinidad, se lanzan al monte para luchar con las guerrillas antifranquistas y dejan a sus hijos al cargo de amigos.

María comenzó a colaborar como enlace de las guerrillas y participa en acciones de sabotaje y en emboscadas. La policía y los falangistas la buscan sin descanso hasta que un día sus hijos, tras haberse encontrado con ella, la siguen para ver dónde se esconde, dando la pista necesaria para que fuera detenida junto a su tercera hija, Dora, que había nacido en 1935.

Es llevada a la cárcel de Vigo en Príncipe y allí permanece varios años hasta que, en agosto de 1944, el Cónsul de Cuba en la ciudad intercede por ella y la hace pasar por ciudadana cubana. María es liberada y expulsada de España y se embarca junto a sus hijos en el vapor “Marqués de Comillas” rumbo a La Habana. Sebastián ya estaba allí, ya que había sido repatriado tiempo atrás.

María continuó en Cuba la lucha que había iniciado en Galicia. Comienza a militar en el Partido Socialista Popular y recorre toda la isla ayudando a los guerrilleros antifranquistas españoles y a los comunistas cubanos y denunciando al régimen de Franco.

En 1948, al crearse la Unión de Mujeres Españolas fue elegida vicepresidenta de esta organización y a partir de 1953 colabora en la lucha contra Batista escondiendo armas, combatientes, buscando financiación para el Movimiento 26 de julio, repartiendo propaganda y propiciando contactos.

Tras el triunfo de la revolución en 1959, creó el primer Comité de Defensa de la Revolución, formó parte de la Federación de Mujeres Cubanas, colaboró en las Campaña Nacional de Alfabetización y recibió preparación militar para defender al nuevo gobierno revolucionario.

Cuando el 17 de abril de 1961 se produce la invasión de Bahía de Cochinos, promovida por los Estados Unidos de Kennedy, en la que miles de exiliados cubanos intentaron retomar el control de la isla, María llegó a movilizarse contra la invasión de playa Girón, uno de los lugares escogidos como punto de desembarco por los estadounidenses. 

Por sus acciones ese día, María fue condecorada en agosto de 1975 por Fidel Castro en persona con la “Orden Ana Betancourt”.

María también recibió la “Medalla 23 de agosto” de la Federación de Mujeres Cubanas y la “Medalla 28 de septiembre” que le otorgaron los Comités de Defensa de la Revolución.

Finalmente, el 26 de diciembre de 1989, en su casa de La Habana, llegaba a su fin la vida de esta incansable luchadora: María “a guerrilleira”.

Su hija Dora decía de ella: “Mi madre no soportaba las injusticias y era una luchadora nata que defendía siempre a los que sufrían, fueran hombres o mujeres. María vivió para hacer frente a la discriminación del ser humano y logró en Cuba lo que no pudo ver en España”.

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

Referencias:

• PÉREZ LEIRA, L. Mulleres da emigración. Grupo de Comunicación Galicia en el Mundo, 2009
• DOMINGO CUADRIELLO, J.  El exilio republicano español en Cuba. Editorial. Editorial‎ Siglo XXI de España, 2009
• es.wikipedia.org
• lavozdegalicia.es
• culturagalega.gal
• ameijeiras.wordpress.com
• almanaquedasirmandades.gal
• peoplepill.com
• farodevigo.es
• laopinioncoruna.es
• consellodacultura.gal
• eldiario.es