La Gran Depresión se originó en Estados Unidos a partir de la caída de la bolsa de valores de Nueva York, el martes 29 de octubre de 1929, y rápidamente se extendió por todos los países del mundo trasmitiendo la inseguridad y el miedo, provocando la caída de la renta nacional, los ingresos fiscales, los beneficios empresariales y los precios. El comercio internacional descendió más de un 50% y el desempleo en los Estados Unidos aumentó hasta el 25%. Esta situación provocó que los ciudadanos cambiaran sus hábitos de gasto y ahorro, algo de lo que se percató el tendero neoyorquino Michael Cullen. Los compradores acudían a las tiendas de barrio para conseguir los mejores precios, sin embargo, se trataba de locales muy pequeños en los que eran atendidos uno a uno por los comerciantes, formándose colas que duraban varias horas. Fue así como se le ocurrió la idea de abrir una tienda mucho más grande donde poder vender cualquier tipo de producto, ofrecer mayores descuentos al poder almacenar grandes cantidades y que los clientes se sirvieran ellos mismos, creando el concepto de autoservicio. De esta manera, el 4 de agosto de 1930 abrió sus puertas en Queens, Nueva York, el primer supermercado del mundo: “King Kullen”. Seis años después ya contaba con 17 supermercados y facturaba alrededor de seis millones de dólares anuales. Unos años más tarde, un hombre decidió que podía salvar un ruinoso supermercado de Pontevedra en el que trabajaba como carnicero, a pesar de que no tenía ni idea de cómo cortar un filete. No solo lo consiguió, sino que su legado sería uno de los mayores imperios de la alimentación tanto en Galicia como en España: Supermercados Froiz.

Magín Alfredo Froiz Planes nacía el 14 de diciembre de 1943 en la localidad de Barbastro, en Huesca. Su padre, Celso, era un gallego de Lalín que había luchado en el frente del Ebro durante la Guerra Civil, donde conocería a su futura esposa, Luisa. Tras el nacimiento de Magín, Celso, que provenía de una familia de tratantes de ganado, decidió regresar a Galicia para regentar una carnicería en la plaza de abastos de la ciudad de Pontevedra, ciudad en la que crecería nuestro joven protagonista.

Allí estudió Bachillerato en el colegio Inmaculada Concepción y el preuniversitario en el instituto de Pontevedra. Durante su adolescencia acompañaba a su padre por el rural gallego a las ferias de ganado donde compraban animales para vender en la carnicería familiar mientras aprendía a negociar, a valorar el trabajo de los proveedores, la importancia del compromiso de la palabra y a cumplir con lo pactado.

Tras terminar sus estudios comenzó a trabajar en una empresa constructora, en el que sería su primer empleo, aunque no duró mucho en él, y encarriló su vida profesional hacia lo que más le gustaba. Con 22 años, en junio de 1968, alquiló por un precio simbólico, una pequeña carnicería de un supermercado de la calle Cobián Roffignac de Pontevedra, a pesar de que no sabía ni cortar un filete, por lo que tuvo que acudir a su madre para que le enseñase.

En 1970, con tan solo 24 años, le ofrecieron el traspaso de todo el supermercado y comenzó a gestionar un negocio ruinoso con una plantilla de 12 personas donde perdía 3.000 pesetas diarias (18 €), lo que suponía una pequeña fortuna en la época. Pero Magín, que siempre se consideró un simple tendero, comenzó a aplicar a su nuevo supermercado su filosofía de vida: servir bien al cliente, disfrutar con el trabajo bien hecho y tratar de hacer cada las cosas cada día un poco mejor que el día anterior para generar bienestar, empleo y riqueza.

De esta manera, este establecimiento de apenas 300 metros cuadrados se convirtió en el primer “Supermercado Froiz”, una tienda que estuvo funcionando como tal durante 33 años, hasta que fue reformada integralmente en el año 2003 para convertirse en un hipermercado urbano Hiper Froiz, con más de 4.000 metros cuadrados.

Con su supermercado funcionando a pleno rendimiento inauguraría, en 1979, un segundo establecimiento Froiz también en Pontevedra. En 1990, construye un almacén logístico en Lourido, en el ayuntamiento de Poio, donde establece la sede de la empresa, dando inicio a la expansión del grupo, abriendo tiendas en todas las provincias de Galicia, Portugal, Castilla León, Castilla La Mancha y Madrid.

Pocos meses antes de fallecer, el ayuntamiento de Barro le concedió la licencia para su proyecto más ambicioso: el traslado de su centro logístico desde Lourido al polígono de Outeda, en unas instalaciones de más de 24.000 metros cuadrados sobre una parcela de 49.000, con una inversión de casi 6 millones de euros y donde daría trabajo a medio millar de personas.

Los que le conocieron decían de él que su objetivo siempre fue sacar adelante a su familia y cumplir con todos los que habían confiado en él. A pesar de estar enfermo, su presencia era diaria en la sede del grupo, donde acudía todos los días a su despacho, cuya puerta siempre estaba abierta a todos sus empleados a quienes alentaba a que le dijeran lo que les diera la gana.

Por encima de su trayectoria empresarial, Magín siempre se destacó por su calidad humana, por su generosidad y su sencillez. Era presidente de la Asociación y la Fundación Juan XXIII, de personas con discapacidad intelectual e impulsó, en 1987, junto a Evaristo Portela, el equipo ciclista Froiz, considerado el mejor de ciclismo amateur de la historia de España, ya que dentro de su filosofía consideraba de vital importancia ayudar a los jóvenes a hacer deporte y a tener hábitos saludables.

Cuentan que Magín dio 15.000 euros a un empleado para poder operarse de una grave enfermedad, que pagó de su bolsillo la factura del taller del coche particular de otro y que le ofrecieron miles de millones de pesetas para que vendiera su compañía, algo a lo que siempre se negó. Decía que, mientras ganase un euro y pudiese pagar las nóminas de sus empleados, Froiz jamás se vendería. Además, era famoso por el modo en que explicaba a sus empleados sus objetivos, con una sencilla pizarra en la que exponía cómo ayudar desde cualquier puesto de trabajo a que las cosas fuesen mejor cada día, ya fuera al operario más humilde o al ejecutivo mejor preparado de la compañía.

Por eso se entiende que, en la actualidad, Distribuciones Froiz sea el tercer grupo alimentario de Galicia y esté entre las veinte primeras del sector a nivel nacional con 337 puntos de venta tanto en España como en Portugal, más de 6.500 empleados y una facturación anual de casi 1.000 millones de euros en 2023.

Tras el fallecimiento de Magín debido a una larga enfermedad, el 10 de marzo del año 2022, se celebró al aire libre un acto público en la sede de su empresa en la que algunos de sus empleados dijeron unas palabras. Una de ellas dijo: “Hay gente que nace especial, que vive entre nosotros y que viene a este mundo para ayudar a los demás a ser mejores personas. Magín era una de esas personas, pura energía y vitalidad, siempre activo y preocupándose por nosotros, siempre ahí”.

Y por eso tampoco sorprende la ingente cantidad de premios y reconocimientos que tuvo a lo largo de toda su carrera: Mejor empresario de Galicia, Premio ciudad de Pontevedra, Medalla de Oro de Galicia, Premio honorífico AJE, Premio familia empresaria de Galicia, Medalla de oro al mérito en el trabajo, Medalla al mérito deportivo…

No está mal para un simple tendero…

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

Referencias:

• es.wikipedia.org
• lavozdegalicia.es
• farodevigo.es
• laopinoncoruna.es
• eldebate.com
• economiadigital.com
• diariodepontevedra.es
• abc.es
• xunta.gal
• pontevedraviva.com