Toni Dovale: el coruñés que cambió el fútbol por la farmacia por el coronavirus

Son las 10:30 de la mañana y Toni Dovale se dirige a la farmacia que regenta su familia en la avenida de Arteixo con Juan Flórez. A este futbolista profesional, que en unos días cumplirá 30 años, la crisis del coronavirus le cogió en su A Coruña natal. "Estaba jugando en Tailandia y allí el parón más grande no es en los meses de junio o julio como aquí. Allí se para en diciembre y enero. Las cosas empezaron a complicarse y los clubes tenían la intención de poner a los jugadores europeos en cuarentena para no contagiar. Sin embargo todo se fue complicando con el paso de los días hasta la prohibición total de viajar allí".

Toni se marchó de niño a la cantera del FC Barcelona y a los 16 años fichó por el Celta de Vigo. Debutó en el primer equipo a las órdenes de Eusebio y también jugó para Paco Herrera y Luis Enrique. Su inquietud le llevó a jugar a Estados Unidos antes de regresar a España para jugar en clubes como el Lugo, Leganés o Rayo Vallecano. Durante su carrera como futbolista no desaprovechó el tiempo y estudió Farmacia. "Terminé la carrera de Farmacia hace cuatro años e hice el proyecto de fin de grado pero no pude completar las prácticas porque es complicado compatibilizarlas con el fútbol profesional".

Dentro de lo malo, la crisis del coronavirus le cogió en casa y no dudó un segundo en aportar su granito de arena. "Le dije a mi familia que era un buen momento para ayudar en la farmacia. "Mi familia reaccionó con algo de preocupación porque saben que también me expongo yo. En las farmacias estamos muy desprotegidos y no tenemos ningún material. Nos hacemos las mascarillas con papel de cocina y grapas y mucha gente busca lo mismo: alcohol, paracetamol, guantes… cosas sencillas pero que no están disponibles y por ello estamos desbordados por las peticiones".

Toni trata a diario a todos los coruñeses que pasan por la farmacia familiar. "Se nota mucha incertidumbre, miedo y respeto, tanto en la gente como en nosotros mismos. Es una situación que genera mucha inquietud. La situación real es preocupante porque no consigues mascarillas, alcohol ni el material necesario para hacer frente a esto. Hemos pasado de abrazarnos todos los días a estar confinados en casa y es un cambio que nos coge a todos descolocados. La gente ve como se aplican ERTES, como se cierran empresas. A mí me ha cambiado la vida pero soy un ciudadano más".

Un entrenamiento diario antes de ir a trabajar

La intención de Toni es regresar al fútbol profesional cuando todo esto acabe. "Tenía todo listo para volver a Tailandia pero evidentemente se paró todo. Me levanto todos los días a las 7 de la mañana y entreno porque es mi obligación como jugador profesional. Para no molestar mucho a mis vecinos espero hasta las 8 y algo para realizar los ejercicios que requieren andar dando saltos. Vivo en un séptimo y como habitualmente no vivo en A Coruña todo esto me cogió sin equipamiento en casa. Fui a comprar garrafas de agua y utilizo mesas y muebles para subirme a ellos y entrenar".