Paula Domínguez (Redondela, Pontevedra, 1997) tuvo lo que llama un "flechazo" con cinco años, uno de esos que marcan un antes y un después. Fue acompañando a su hermano, un año mayor que ella, a entrenamientos y partidos de fútbol sala cuando se quedó prendada del fútbol. Unas semanas después, de unió a ese equipo y no soltó el balón.

Ahora es capitana del Benfica, uno de los mayores clubs de Portugal y líder en la liga, con el que lleva varios títulos conquistados. Una lesión en la rodilla la tendrá fuera del campo por unos meses, pero la centrocampista no necesita del césped para serlo, tiene la actitud de quien ha nacido para liderar y el talento para demostrarlo.

Desde aquella experiencia, Pauleta, así la conocen, pasó por varios clubs gallegos, hasta que con 18 años dio el salto a Portugal, llamada por el Braga para jugar con ellos en la liga portuguesa. Dice que este nombre, que recuerda al jugador portugués que pasó por el Deportivo entre 1998 y el año 2000 es coincidencia: "Cuando empecé a jugar al fútbol me llamaban Paulita y no me gustaba porque me parecía muy ñoño. Alguien dijo lo de Pauleta y me gustó". Aún así, la similitud no deja de ser llamativa, la del jugador que triunfa en la tierra fronteriza.

Imagen: SD Benfica

Después de aquellos entrenamientos de fútbol sala llegaron unos cuantos clubs, ya en el césped, con los que Pauleta comenzó a alimentar el sueño de ser profesional, a pesar de ser la única niña en esos equipos. "Te sientes diferente siempre al resto, aunque tuve mucha suerte porque siempre me trataron genial, directivos, entrenadores y el equipo, pero hay ese grupo de chicos y tu estás al lado y te ves diferente", recuerda. Con 15 años llegó al Olivo, ya como sénior, en el que fue su primer equipo femenino: "A medida que iba jugando sentía que estaba evolucionando y mejorando, veía que conseguía cosas en el campo que podían hacer que algún equipo se fijara, pero era un sueño, no un objetivo".

En este sentido señala la falta de atención que hay desde los clubs españoles por Galicia, que hacen que muchas jugadoras pasen desapercibidas a nivel nacional: "Por muy bien que lo hicieras desde los equipos del resto de España no se miraba nada hacia la jugadora gallega e irónicamente me llegó la oportunidad desde Portugal". Con la llamada del Braga, comenzó una trayectoria como profesional que se consolidó en el Benfica, equipo de Lisboa al que llegó con la fundación del equipo femenino y del que es capitana. Con este club, uno de los más importantes y con más historia en el país luso, ya lleva a sus espaldas varias ligas, torneos y dos participaciones en Champions, una competición que Pauleta tenía como objetivo desde que llegó a Portugal.

Llegó al Benfica por un "proyecto ambicioso"

La llamaron del club lisboeta para poner en marcha el equipo femenino, hace cinco años. Ella ya llevaba dos jugando por el Braga y lo que la hizo cambiar de camiseta fue "la ambición del proyecto". Un equipo que comenzaba en segunda división porque "los valores que promueve el club en el deporte no concordaban con comprar una plaza de algún equipo que había sufrido para estar ahí o para subir". "Me decidí a ir al Benfica por la ambición del proyecto, la grandeza del club y los valores que mostraron", una ambición que se está cumpliendo y que se manifiesta en hitos como jugar en la Champions dos años consecutivos, aunque no lograron pasar la fase de grupos: "Yo creo que en cuestión de calidad nuestras jugadoras no tienen mucho más que envidiarle a otros equipos de Europa como el Barcelona o el Bayern, pero el conocer la competición, gestionar los tiempos del partido, en general saber competir en esos contextos es lo que nos falta y eso solo se coge viviendo esas experiencias".

Un referente para las nuevas generaciones de jugadoras

La apuesta de clubs como el Benfica hicieron que el fútbol femenino viviera en los últimos años una explosión en Portugal e, igual que en España, la que era una liga desconocida, ahora también está en boca de la afición que llena los estadios y celebra con entusiasmo los éxitos de sus jugadoras. Pauleta también lo nota en la calle, "cuando llegué nadie nos conocía y ahora no hay día que no salga de casa y alguien me reconozca y me hable de los partidos… No solo te reconocen, saben lo que estamos haciendo, los resultados, y eso es bonito".

Además, este aumento de la visibilidad también se refleja en el fútbol de base, en el que también apuestan los grandes clubes para consolidar a los equipos sénior a largo plazo, por lo que se abre la puerta a que muchas niñas vivan desde pequeñas lo que para Pauleta era "una utopía". Es esta generación, la de Pauleta, la que las inspira: "Ahora nosotras estamos demostrando que se puede vivir de esto y mostrando el camino, es una responsabilidad añadida, tenemos que demostrar que se puede y que hace fala mucho trabajo para tenerlo". Cuando era pequeña, a Pauleta le costaba encontrar información sobre las ligas femeninas, a pesar de tener referentes como Vero Boquete, a la que conocía en gran parte por ser también de Galicia.

En camino de ser internacional con Portugal

En Portugal, Pauleta comenzó su carrera como profesional y vivió momentos como el gol "más importante" de su carrera: "Fue con el Benfica en la final de la Supercopa, contra el Braga, ganamos por 1-0 con ese gol y ese día me quedó marcado, porque al no ser delantera no marco muchos goles y marcar uno en la final, el que nos dio la copa, creo que fue el gol más importante de mi carrera".

Sobre la posibilidad de dejar el Benfica cuenta que "mientras tenga un proyecto ambicioso en Europa" se quedará, por las condiciones que le ofrecen "no solo de salario, te dan las condiciones ideales para que solo tengas que trabajar para ser mejor jugadora", aunque reconoce que en el fútbol "nunca se sabe".

Un camino que se comienza a marcar es su futuro como internacional, aunque será por Portugal, ya que Pauleta está en camino de nacionalizarse para poder vestir la camiseta del equipo luso, que ya se clasificó para el próximo Mundial: "La oportunidad que tuve de ser profesional en el fútbol fue en este país, en clubs portugueses, en la Federación con esta liga y no habría mejor forma de agradecerlo que dentro del campo". Lo que está claro es que con una camiseta, o con otra, a Pauleta aún le quedan muchos partidos y victorias para celebrar.