José Luis Martí trabaja contrarreloj para implantar en el Dépor el sistema e idea de juego que siempre ha utilizado durante su etapa como entrenador. En las primeras sesiones de entrenamiento, el técnico perfila un sistema de 4-4-2 que en ocasiones se transforma en un 4-2-3-1. Esto supone un cambio sustancial con respecto a Natxo González. El vitoriano implantó en el conjunto blanquiazul un sistema con rombo y con muchos jugadores actuando en el centro del campo.

La plantilla deportivista fue confeccionada al gusto y al estilo de Natxo González. Este cambio de entrenador supone que Martí se encontrará con una superpoblación de futbolistas para solo dos puestos. El técnico mallorquín apostará por un clásico doble pivote y tendrá siete jugadores para dos puestos. Álex Bergantiños, Pedro Mosquera, Vicente Gómez, Didier Moreno, Vítor Silva y Edu Expósito se repartirán esas dos posiciones el próximo sábado en el encuentro ante Osasuna. A ellos hay que añadir al danés Michael Krohn Dehli, que sigue trabajando para recuperarse de sus problemas físicos.

Un quebradero de cabeza

Este excedente de futbolistas provocará un quebradero de cabeza para Martí. La polivalencia de algunos integrantes de la plantilla hace que en algún momento puntual pueda situar a alguno de ellos escorado en banda, una de las demarcaciones en la que menos efectivos tiene el nuevo entrenador del Dépor. De hecho, lo más normal es que en El Sadar, Borja Valle y Matías Nahuel ocupen esas posiciones. Los problemas físicos de Fede Cartabia convierten al argentino en una baja casi segura para el encuentro de este sábado.

Martí tiene pocos días por delante para decidir su primer once inicial. Su estreno se producirá en uno de los campos más inexpugnables de la categoría, ya que Osasuna ha disputado dieciseis encuentros en casa donde ha logrado catorce victorias y solo ha cedido dos empates. Osasuna es líder de la categoría y una victoria este fin de semana acercaría al equipo de Jagoba Arrasate al objetivo del ascenso.