El mes de julio de 1936 será siempre recordado por el alzamiento militar que dio origen a la Guerra Civil y posterior dictadura. A Coruña fue una de las primeras ciudades en caer en manos de los golpistas y Bebel García uno de los primeros en ser fusilados. Tenía 22 años y era jugador del Deportivo.

Además de jugar como extremo en Riazor, también militaba en la Juventud Socialista. Él y sus hermanos eran conocidos como los hermanos de la lejía porque trabajaban para su padre en una pequeña fábrica de este limpiador. Eran cuatro y tres murieron aquel año. Solo uno, el mayor, consiguió huir en un pesquero rumbo a América.

Bebel García nació en Ribadeo en 1914. A su corta edad ya formaba parte de las milicias antifascistas, participó en la defensa del Gobierno Civil y en la defensa de la ciudad contra los sublevados. Se encargaba de trasladar a milicianos y heridos al hospital Labaca, al que también transportaba alimentos.

Tres de los cuatro hermanos muertos

Tras la caída de A Coruña, fue detenido en Guitiriz cuando huía por la Guardia Civil. Fue juzgado en A Coruña por rebelión militar y sentenciado a muerte. Hace unos días, el 29 de julio, se cumplieron 83 años de aquel fusilamiento, en el que también pereció su hermano France, también muy recordado.

Jaurés, otro hermano, todavía menor de edad, fue encerrado en la cárcel, pero acabaría apareciendo muerto en los alrededores de la misma y se alegó que se le había aplicado la Ley de Fugas. El mayor de los cuatro, José, de 25 años, consiguió exiliarse en Sudamérica, tras luchar en la Guerra Civil por el bando republicano. La noticia de la muerte de tres de los cuatro hermanos de la lejía conmocionó a la ciudad, ya que eran muy conocidos por su trabajo.

La historia de Bebel García, más allá de haber formado parte del Deportivo en los años 30, es también de dominio público por lo que ocurrió en el momento de su fusilamiento. Tal y como relató entonces un preso, Bebel se puso a orinar delante del pelotón. Estos hechos traspasaron fronteras y llegaron hasta el escritor uruguayo Eduardo Galeano, que le dedicó un breve relato.

El relato íntegro de Eduardo Galeano

La Coruña, verano de 1936: Bebel García muere fusilado.

Bebel es zurdo para jugar y para pensar.

En el estadio, se pone la camiseta del Depor.

A la salida del estadio, se pone la camiseta de la Juventud Socialista.

Once días después del cuartelazo de Franco, cuando acaba de cumplir veintidós años, enfrenta el pelotón de fusilamiento:

—Un momento —manda.

Y los soldados, gallegos como él, futboleros como él, obedecen.

Entonces Bebel se desabrocha la bragueta, lentamente, botón tras botón, y de cara al pelotón echa una larga meada.

Después, se abrocha la bragueta:

—Ahora sí.

Eduardo Galeano “Espejos, una historia casi universal”