Foto: Fernando Fernández

Foto: Fernando Fernández Fernando Vazquez

Deportivo

Fernando Vázquez: "Para mí un Deportivo – Celta B no es un derbi"

El técnico espera llegar al parón navideño en lo más alto de la clasificación y afronta tranquilo el choque ante el filial celeste.

11 diciembre, 2020 16:36

Fernando Vázquez compareció ante los medios de comunicación este viernes para analizar el último partido de liga que afrontará el Deportivo en este año 2020. El técnico de Castrofeito dejó claro que "la rivalidad del Deportivo es contra el Celta, no contra su filial". El entrenador asegura que no siente una gran presión y avisa: "si la afición del Celta considera este partido como motivo de burla, me parece un error".

El conjunto blanquiazul recibirá al filial celeste este domingo en Riazor. El Deportivo acude a la cita como líder del campeonato con quince puntos. "Es un partido importante porque podemos irnos líderes al parón y te vas de vacaciones con buen sabor de boca. Si no ganamos tenemos que esperar casi un mes para jugar el siguiente partido de liga y serían semanas duras y difíciles.

El Celta B por su parte ha logrado ocho puntos y tras lograr dos triunfos consecutivos, la semana pasada caía con claridad ante el Compostela por cero goles a tres. Algunos futbolistas están pendientes de saber si viajarán con el primer equipo o ayudarán al filial en Riazor.

Riazor, con público

Fernando Vázquez se mostró muy contento con la presencia de público este fin de semana en Riazor. Las autoridades aumentaron el aforo permitido y mil aficionados del Deportivo disfrutarán del encuentro ante el Celta B. Las gradas de Riazor permanecían cerradas tras las restricciones impuestas por Sanidade. Solo el partido de la primera jornada, hace casi dos meses contó con unos tres mil aficionados. "Estoy expectante y emocionado porque con gente hay un espíritu diferente".

Bajas importantes

El equipo se ejercitará este sábado y después el club ofrecerá la lista de convocados. Lara no estará por sanción y Keko sigue lesionado. El equipo pierde de esta manera potencial ofensivo en un momento en el que sigue abierto el debate sobre su producción en ataque.