Riazor vuelve a vivir una tarde de fútbol. No es exactamente como antes de la pandemia, pero cinco mil espectadores han podido volver a ver al Dépor en el estadio. Desde primera hora de la tarde numerosos aficionados alargaron la previa del encuentro en los locales de hostelería de la zona.

Pese a la gran afluencia a Riazor, no se produjeron grandes aglomeraciones en los alrededores del estadio. En general, se respetaron las medidas y el club hizo especial mención a que los asistentes con entrada acudiesen con suficiente tiempo.

Media hora antes del comienzo del partido sí que se produjeron colas en las accesos, ya que la mayoría estaban cerrados. En cada grada se tomó la temperatura de los aficionados y se dispuso de gel hidroalcohólico. Ya dentro del campo, los asientos disponibles estaban marcados para facilitar a los socios su localización.

Muchas fotos inmortalizaron en los instantes previos un día para el recuerdo. Por primera vez en más de un año Riazor pudo vivir un encuentro en relativa normalidad, aunque todavía faltaban muchos aficionados. Curiosamente, ningún fotógrafo de los medios se paró a sacar la foto del equipo a su salida. Estaban retratando a los verdaderos protagonistas: los deportivistas.