Richard Barral ya es historia en el Deportivo de la Coruña. Aunque la noticia era un secreto a voces, el club anunciaba la no continuidad del máximo responsable de la parcela deportiva a última hora de este sábado. Ambas partes decidían poner punto y final a una relación que ya no tenía futuro tras no lograr el ascenso a Segunda División.

La última etapa de Barral en el Deportivo vivió diferentes momentos. Llegó de la mano de Fernando Vidal con el equipo camino de la Segunda División B. El acuerdo con Abanca y la contratación de Fernando Vázquez, generaron una ilusión que permitió a los blanquiazules soñar con la permanencia. Un mal tramo final con cuatro partidos sin ganar, condenó a los coruñeses a la categoría de bronce del fútbol español.

El máximo responsable de la parcela deportiva mantuvo su puesto y recibió el encargo de formar una plantilla que lograra devolver al equipo al fútbol profesional. Barral reunió a un equipo con mucho nombre y experiencia en categorías superiores que no respondió a las expectativas.

Su poca sintonía con Fernando Vázquez, y un mal mes de diciembre, precipitaron los acontecimientos. Rubén de la Barrera se hizo cargo del equipo con el objetivo de ascender. No fue posible. El desgaste era más que evidente. A pesar de que todo iba encaminado a la renovación del técnico coruñés, su coqueteo con Las Palmas precipitó su adiós.

Barral pasó a un segundo plano y Carlos Rosende fue ascendido y nombrado secretario técnico. A él le encomendaron la tarea de seleccionar nuevos candidatos para el banquillo sin la opinión de Richard. Los rumores apuntaban a una salida a 30 de junio, pero los hechos se precipitaron.

Barral dice adiós tras una etapa irregular en la que la autocrítica ha brillado por su ausencia. El Deportivo inicia una nueva época en la que pretende promocionar el talento interno.