Álex Bergantiños, el considerado por muchos como el eterno capitán y ejemplo de templanza, humildad, compañerismo y buen hacer, cumple este domingo, 20 de febrero, 300 partidos oficiales como blanquiazul. Justo la jornada que el Deportivo se enfrenta en Riazor contra el Calahorra, en un momento delicado de la actual temporada dadas las dos derrotas consecutivas de los últimos partidos pero en el que parece que empiezan a ver la luz recuperando el gol en casa.

Bergantiños por su experiencia y el tiempo que lleva en el equipo, es una de las piezas fundamentales en el esquema de Borja Jiménez, además de respetado en el terreno de juego por sus compañeros y rivales y querido por los aficionados. Uno de los peores momentos de su carrera y en Riazor fue en junio de 2019 en el partido del playoff de ascenso contra el Mallorca, cuando el coruñés recibió un brutal golpe que le dejó tendido en el terreno de juego varios minutos y supuso la expulsión de Pedraza y su inmediata hospitalización. Algo que afortunadamente tras el partido quedó en un susto para olvidar.

Además, el jugador se vio inmerso en una polémica en verano de 2020 por un supuesto audio filtrado que el Fuenlabrada llevó hasta la Fiscalía y a raíz de lo que se vio obligado a declarar. Algo que finalmente quedó en nada y de lo que Bergantiños extrajo una enseñanza positiva, como fue el apoyo incondicional del club de sus amores y la afición que nunca tuvieron ninguna duda de la fidelidad del coruñés al equipo.

"Imprescindible" es otra de las palabras que va asociada con Bergantiños, esté o no esté en el 11 inicial, pero que siempre supone el denominador común de todos los entrenadores que se ponen al frente del equipo. Un jugador que a muchos les gustaría que fuese para siempre y del que previsiblemente seguirán disfrutando al menos alguna temporada más con su 4 a la espalda, porque a pesar de sus 36 años no tiene visos de no querer continuar dándolo todo en el campo.