El Dépor volvió a mostrar un fin de semana más sus carencias en otro encuentro en el que no logró sumar los tres puntos. Los coruñeses empataron a cero ante un Racing de Ferrol que no sufrió en exceso durante la primera mitad. Los coruñeses salieron al partido bien plantados y con dominio en el centro del campo.

Ese dominio no se tradujo en ocasiones en una primera mitad marcada por la igualdad y la falta de profundidad. El Racing defendía de manera cómoda y tranquila ante un Dépor en el que los nervios aumentaban con el paso de los minutos. Borja optó por un once con William y Álvaro Rey en la banda y el plan no funcionó. El único fichaje invernal realizado por el club sigue sin adaptarse y sin ser diferencial.

El árbitro también quiso convertirse en protagonista en la primera mitad haciendo un reparto de tarjetas surrealista. Borja, desesperado en la banda, también fue amonestado tras una protesta. Los minutos pasaban y la intranquilidad se adueñaba de Riazor. La primera mitad se esfumó sin pocas acciones y mucho por mejorar.

El segundo acto nació con sensaciones similares a la primera. El Dépor pisaba algo más el área contraria pero no era capaz de generar peligro. Villares tuvo la primera dentro del área pero su precipitación a la hora de disparar, dio al traste con el ataque.

Mackay, que hasta ese momento había sido un espectador más, salvó al Dépor en el minuto 65 tras un remate espectacular dentro del área que obligaba al coruñés a sacar una mano salvadora. La ocasión espoleó a un Dépor que se fue a por el gol de la victoria con el cronómetro en contra. Y ahí llegaron las ocasiones más claras del equipo. Juergen tuvo las tres más claras, pero el centrocampista no tenía su día de cara a gol.

En la más clara, Juergen tiró a placer y un defensa del Racing sacaba yendo al suelo y tocando el balón con la mano. Tampoco aprovechó el rechace Juergen, más pendiente de pedir penalti que de anotar el gol. Ese fallo generó nervios en un Juergen que le faltó confianza para marcar en otra buena jugada colectiva que el centrocampista optó por centrar cuando tenía todo para marcar.

El Dépor lo intentó con más corazón que cabeza desesperado por la situación. El colegiado decidió descontar solo cuatro minutos a pesar de las pérdidas de tiempo y los cambios. Tampoco los aprovechó un Dépor que sigue en caída libre y sin dar muestras de mejoría.