Los caprichos del fútbol vuelven a situarse cerca del Deportivo. El conjunto blanquiazul se jugará el ascenso este sábado ante el Albacete de Rubén de la Barrera. El técnico coruñés aceptó el puesto de entrenador del conjunto manchego tras su extraña salida del Deportivo la temporada pasada.

Ambos equipos disputarán una bonita batalla deportivo este sábado por lograr una de las dos plazas que faltan por otorgar en Segunda División. Se trata de dos equipos con proyectos fuertes e importantes que medirán sus fuerzas en un choque que se presenta apasionante.

A falta de confirmación oficial, el partido se jugará en Riazor. A pesar de las críticas que aparecen en redes sociales sobre la designación del estadio, las normas indican que el encuentro se disputará según demanda de entradas. No hay duda de que el choque entre Deportivo y Albacete tendrá mucho más seguimiento en las gradas que el Villarreal B – Nástic, la otra final que también se disputa el sábado.

Esto provoca que el campo con más aforo de los tres elegidos previamente albergue el encuentro entre gallegos y manchegos y ese no es otro que Riazor. Si el pasado sábado se dieron cita más de 26.000 aficionados en el templo blanquiazul, la final podría superar la barrera de los 30.000, por lo que se espera un ambiente brutal.

Riazor sonó el otro día igual que en las grandes citas del equipo.

Los coruñeses pasaron en apenas dos décadas de codearse con los grandes de Europa a intentar salir de la tercera categoría del fútbol español. Y ahí el apoyo de la afición resulta fundamental.

El equipo de Borja Jiménez no cambia rutinas de entrenamiento y empezará este martes a preparar el partido más importante del año. La importante ventaja obtenida el otro día ante el Linares permitió al técnico dar descanso en la segunda mitad a varios jugadores pensando ya en el trascendental Deportivo – Albacete.