El Dépor completó un notable partido tras el descalabro de Badajoz y se reconcilió con su afición ofreciendo un gran espectáculo sobre todo en la primera mitad. Villares y Svensson fueron los goleadores del conjunto blanquiazul.

El choque nació con ritmo y con un Dépor nuevamente dominador. Los blanquiazules, con un gran Villares, se comieron a su rival y apenas le dieron opciones. Sin embargo el dominio de esos primeros minutos no se tradujo en ocasiones y el choque recordaba al del Córdoba.

De hecho el plan de partido del Racing parecía ese, esperar, aguantar y jugar con los nervios del Dépor. Cano optó por darle de nuevo la titularidad a Villares en lugar del sancionado Olabe, y a Narro por Soriano. Los coruñeses volcaban el juego por banda derecha donde Antoñito llegaba pero seguía sin poner centros excesivamente peligrosos.

El Racing tuvo un par de acercamientos que obligaron a Mackay a aparecer aunque en ningún caso generaron un gran peligro. Villares seguía siendo el mejor jugador del partido con un derroche y ganas en el centro del campo del que se contagiaron sus compañeros. De hecho el primer gol llegó tras una gran presión suya sobre el defensa del Racing. Su robo le dejaba solo delante del portero y lo superaba tras un gran regate.

El gol ofreció más confianza a un Dépor que se fue a por el segundo. Y llegó tras un potente disparo de Svensson que llevaba un partido bastante gris. El segundo tanto espoleó aún más a una afición volcada con los suyos. Los coruñeses querían más y Svensson con un buen remate de cabeza estuvo cerca de hacer el tercero.

Con el dos a cero se llegaba al descanso de un partido con muy buenas sensaciones para los herculinos. La segunda mitad nació con el mismo guion y con un Dépor que no especulaba con el resultado. Quiles tuvo la primera en una buena contra que finalizaba con un disparo que sacaba la defensa ferrolana.

El Dépor intentó seguir con el mando y que pasaran pocas cosas en el segundo acto. Dio un paso atrás y se dedicó a guardar la ventaja. El Racing lo intentó y tuvo más posesión pero generaba muy poco sobre la meta de Mackay. El único pero del encuentro fue la gestión del banquillo y el reparto de minutos. Cano tan solo dio entrada a Kuki y Álex cuando el conjunto blanquiazul pedía a gritos más relevos. Rubén, Quiles, Svensson o Isi estuvieron más desacertados por ese cansancio. El técnico esperó al descuento para hacer un triple cambio en lo que se puede considerar un mensaje de las debilidades del equipo y la necesidad de acudir al mercado en este mercado de invierno.

Los coruñeses intentarán cerrar el año con un triunfo en Ceuta que les permita mantener opciones de acercarse a las primeras posiciones. Para ello deberá mejorar la imagen ofrecida en Badajoz.