El Deportivo cerró el 2022 con un triunfo muy sufrido ante el Ceuta, colista de la categoría, por cero goles a dos. Quiles y Villares fueron los goleadores del equipo blanquiazul en la primera mitad. Los locales apretaron mucho con la desventaja de esos dos tantos, y merecieron más.

El Dépor salió airoso en un inicio de partido completamente loco. El Ceuta golpeó primero en un balón suelto en la frontal que tocó en un jugado blanquiazul que a punto estuvo de convertirse en gol. Los coruñeses se repusieron bien y disfrutaron de una buena ocasión tras una buena conducción de Quiles.

No perdonó el andaluz desde el punto de penalti. El defensor del Ceuta cometió un penalti muy claro que el colegiado no dudó en señalar. Quiles supero al guardameta y hacía el primero. Lejos de conformarse, el Dépor buscó el segundo. Y lo logró gracias a Villares. El canterano calcó el gol de la semana pasada tras una gran presión sobre el defensa y con una buena definición por bajo.

Los herculinos encaminaban el partido hacia la victoria ante un Ceuta desarbolado. Sin embargo, con la ventaja de dos tantos, los locales arriesgaron y pelearon por meterse en el choque. La más clara llegó tras un zapatazo desde la frontal que se estrellaba en el larguero. Los jugadores pedían gol pero los colegiados estimaban, con buen criterio, que el balón no había entrado.

El Dépor se echaba atrás y el Ceuta apretaba para meterse en el choque. Los coruñeses pedían a gritos el descanso al que se llegaba con ventaja de dos goles. La segunda mitad nacía con el mismo guion. Los blanquiazules estaban relajados y el Ceuta no paraba de generar peligro.  Un disparo fortísimo desde la frontal se estrelló en el larguero de la meta de Mackay. Los coruñeses no lograban parar las acometidas locales y así llegó el gol. Ataque por la banda derecha, centro al área y Cuevas, absolutamente solo, remataba a placer.

El Dépor tenía por delante media hora de sufrimiento de un partido que tenía controlado en la primera mitad. Villares dio el susto tras una caída feísima. El centrocampista no podía seguir y Bergantiños entraba en su lugar. 

Las sensaciones no cambiaban y el Dépor sufrió una auténtica barbaridad. Sin apenas generar peligro, los coruñeses se dedicaron a defender. La estrategia y los centros laterales castigaban a un equipo que pedía a gritos el final.

Un final que se demoró por la injusta expulsión de Narro y un descuento eterno. A pesar del sufrimiento, el Dépor logró tres puntos muy importantes que le permiten acabar el año natural a cuatro puntos del liderato.