Rubén de la Barrera inició de manera inmejorable su segunda etapa como entrenador del Deportivo. El coruñés tiene por delante el reto mayúsculo de ascender al equipo de su ciudad tras una temporada complicada que ha vivido dos destituciones en el banquillo. Por delante queda una última jornada de campeonato en la que el equipo intentará conseguir la tercera plaza y un playoff donde se jugará el ascenso.

El nuevo entrenador llegó y apostó por lo conocido. Álex Bergantiños, casi inédito en la etapa Óscar Cano, se convirtió en la referencia defensiva del equipo en el centro del campo. Trilli ocupó la banda derecha y cuajó un partido sin sobresaltos en el que se notó su inactividad.

Pero quizás los dos cambios más significativos de Rubén fueron los de colocar a Yeremay en banda y Soriano en la mediapunta con libertad. Los dos futbolistas completaron un espectacular partido ante el Algeciras que volvió a ilusionar a una afición que ansía regresar al fútbol profesional.

Rubén se acordó en sala de prensa de los que no jugaron y lanzó un mensaje esperanzador para ellos. Todos cuentan en esta mini liga que el equipo tiene por delante. El Dépor finalizará la temporada en Pontevedra, intentando mejorar las prestaciones lejos de Riazor, su gran asignatura pendiente esta temporada.

En juego sólo está la posibilidad de lograr la tercera plaza y esperar rival. En el otro grupo no hay nada decidido en estas posiciones del tercero al sexto y lo normal es que el Dépor se mida en primera ronda a Real Sociedad B, Barcelona B, Castellón o Murcia, aunque el equipo murciano tiene escasas posibilidades de llegar.

Lo que está claro es que en Riazor el equipo ofreció una gran imagen que llena de esperanza a una afición que ya prepara un playoff de infarto.