Suele decirse que las pretemporadas sirven para que los jugadores alcancen el pico de forma necesario para afrontar con garantías la temporada. Los resultados importan poco, pero las sensaciones que está dejando este Deportivo no son positivas. El conjunto blanquiazul fue inferior ante la Ponferradina e Idiakez apostó por un once en el que Villares ocupaba la demarcación de lateral derecho.

El partido nació con cierta igualdad pero con un Dépor incapaz de generar peligro sobre la portería contraria. Ni Mella ni Davo eran capaces de profundizar por las bandas y el centro del campo no conseguía fluidez en las transiciones.

Los errores en las entregas en balones sencillos también fueron preocupantes. En una de esas faltas de entendimiento, la Ponferradina se encontró con una contra en la que la defensa blanquiazul reculaba y Ernesto conducía sin oposición. El atacante adelantaba a su equipo con un disparo desde la frontal que pasaba por debajo de las piernas de Pablo Vázquez y que superaba a Germán.

El gol sentó todavía peor a un Dépor muy flojo y con carencias importantes sobre el terreno de juego. Los locales tuvieron alguna ocasión más pero con ese uno a cero se llegaba al descanso. Idiakez realizó dos cambios en el descanso dando entrada a Mackay y Pablo Martínez. La primera clara del segundo acto también fue para la Ponfe. Otra contra peligrosa que finalizaba con un disparo potente desde la frontal que sacaba atento Mackay.

El Dépor mejoró algo en el tramo final de partido buscando algo más de profundidad pero sin inquietar la portería rival. Las malas noticias se iban a multiplicar a nueve minutos para el final cuando Lozano superaba a Mackay con un disparo desde la frontal que iba centrado y que el guardameta del Dépor era incapaz de blocar.

Con este dos a cero finalizaba un partido que evidencia la necesidad de reforzar la plantilla blanquiazul en lo que queda de mercado.