Deportivo 0 – Celta Fortuna 1: Hecatombe blanquiazul en Riazor

El Deportivo completó un nefasto partido y sigue sin conocer la victoria en Riazor. Un tanto de Pablo Durán en la primera mitad fue suficiente para que él Fortuna doblegara a un inoperante Dépor.

Los de Idiakez sólo generaron un par de acercamientos peligrosos por la banda de Ximo pero que no llegaron ni siquiera a convertirse en disparos a puerta. El Segundo de ellos acabó con un disparo alto de Valcarce.

Poco duró el dominio de un Dépor que se mostró muy frágil en el aspecto mental. Con poco, el Celta Fortuna empezó a inquietar la meta de Mackay.

La fórmula era sencilla, balones a la espalda de la defensa y nerviosismo en los jugadores deportivistas. Así llegó el gol vigués. Desconcierto en la defensa, disparo que sale rechazado y Pablo Durán superaba a Mackay. El coruñés se estrenaba como titular esta temporada, igual que Dani Barcia que jugó en lugar del lesionado Balenziaga. Arriba el técnico apostó por unos desacertados, Cayarga, Valcarce y Mella.

En el tramo final de la primera mitad, el Fortuna pudo hacer el segundo pero Mackay lo evitó con una buena estirada. Así finalizaba una horrible primera parte de un Dépor que se mostraba muy tocado.

El técnico introdujo un triple cambio al descanso buscando la reacción del equipo. Jaime, Paris y Hugo Rama sustituían a Ximo, Barcia y Cayarga.

El estado de nervios y ansiedad se adueñó de un Dépor que se fue a por el empate con más corazón que fútbol. El choque entró en una fase de histeria colectiva en la que los coruñeses al menos lograron generar peligro.

A base de centros, acciones de estrategia y acciones de juego pisaron área y se volcaron sobre la portería contraria. Sin embargo esa ansiedad trajo consigo inseguridad y precipitaciones.

A ello contribuyó un colegiado que también desesperó a jugadores y afición. Ese caldo de cultivo dejaba el partido en el minuto 80 con ese cero a uno adverso. Idiakez metió a Davo y Ochoa a la desesperaba en busca de un gol.

Ni los siete minutos de descuento, ni los balones a la desesperada cambiaron el devenir de una derrota sonrojante que deja al Dépor en una situación muy complicada.

La afición despidió con silbidos y hartazgo a unos jugadores que dieron la cara y se acercaron hasta la posición de los aficionados para pedir disculpas.