El arranque liguero del Deportivo es altamente decepcionante. Las buenas sensaciones de las primeras jornadas se han convertido en todo lo contrario y los datos no invitan al optimismo. Los de Idiakez han sumado siete puntos en siete jornadas y están empatados con el Rayo Majadahonda, equipo que ocupa posición de descenso a Segunda RFEF.

Los coruñeses han entrado en barrena y firman su peor arranque liguero de estos últimos cuatro años. Sin fútbol ni argumentos, el equipo despliega un juego ramplón y acumula algunos datos muy negativos.

En Riazor no ha sido capaz de ganar un solo de encuentro de los cuatro que ha disputado hasta la fecha. En esos cuatro partidos en su estadio sólo ha conseguido un gol, el que hizo Pablo Vázquez ante el Cornellá a pelota parada.

La afición despidió con silbidos a su equipo tras caer ante el Celta Fortuna y los jugadores sólo pudieron pedir perdón a una hinchada decepcionada que mira con preocupación el futuro de su equipo.

El Dépor se ha convertido en un equipo frágil y fácil de superar. Las derrotas ante Fuenlabrada y Fortuna dejan a los coruñeses muy tocados. El único dato al que agarrase es que la temporada no ha hecho más que empezar. De hecho el año pasado el Amorebieta era colista con estos mismos puntos y acabó ascendiendo de manera directa. Más allá de cuentas, el equipo ha dado muestras de estar desconectado.

Las lesiones de Barbero y Yeremay han pesado mucho y varios jugadores han iniciado la temporada muy por debajo de su nivel. Con este panorama, el conjunto coruñés se desplaza el próximo fin de semana a Ponferrada con la necesidad de lograr un buen resultado que suponga un punto de inflexión ante el peor arranque liguero del Dépor en Primera RFEF.